Capitulo 12:

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Ver esa situación y no hacer nada hacía sentirme una inútil, así que salí. Louis giró su cabeza de golpe para ver qué pasaba.

- ¡Suéltala!

Me hizo caso y se volteó quedándonos mirando uno al otro.

- ¿Por qué estás aquí? - me preguntó serio.

- No quiero contestarte a eso, Louis. He venido porque he querido y punto.

Se acercó a mí. Nuestros rostros quedaron a centímetros.

- Veo que te has vuelto más rebelde. - dijo con un tono serio y provocador. - Me gusta. - rió tocando las puntas de mi pelo.

- Sólo lo soy contigo. - dije tentándolo. Noté como se puso un poco más nervioso. Me acerqué a sus labios para besarle, pero cuando estaba a punto de rozarlos, me aparté. - Lo siento, no mereces este beso. - le guiñé el ojo.

Rió.

¿Desde cuándo te has vuelto tan mala? - volvió a acercarse a mí y se quedó detrás de mí. Juntó su pecho con mi espalda.

- ¿Y tú tan tentativo? - le sonreí. Quería provocarle y comprobar si seguía siendo el mismo Louis de antes.

Volvimos a quedarnos a centímetros de besarnos y me cogió las manos. Mientras se iba acercando a mí, me mostró una sonrisa dulce y tierna lo cual hizo que en ese momento quisiera besarlo. Cerré los ojos esperando sus labios contra los míos, pero él se apartó.

- Qué pena, creo que te mueres por probar estos labios. - el cabrón hizo lo mismo que yo.

- ¡Te odio! - dije rabiosa.

- Y yo a ti - sonrió.

Salí de esa casa con el corazón latiendo demasiado rápido. De un momento a otro, se me saldría. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué me sentía así? ¿Me estaba enamorando de Lou otra vez? Dios... no, por favor. Necesitaba desahogarme con alguien. ¿Pero con quién? Miré mi agenda y marqué el número de mi mejor amiga.

- Estelle, necesito que nos veamos ahora. En diez minutos en nuestra plaza. - colgué para que no pudiera decir nada.

Tal como acordamos, ella estaba allí. Corrí para abrazarla y estuvimos unos 5 minutos así. Nos sentamos en un banco.

- Idiota, ¿por qué no me dijiste que volviste? - dijo ofendida

- Lo siento, no me acordé. ¿Me perdonas? - hice un puchero.

- Claro. - me abrazó. - Ahora cuenta, ¿a qué viene esta cara? Se supone que este rostro - señaló su cara - alegra a todo dios.

Reí.

- Como me conoces, El. Notó un dolor en el pecho increíble.

- Mmmm... cuenta, amiga. - le expliqué todo lo sucedido con Sean y con Louis. - Es extraño, puede que sientas amor por Louis pero lo que tienes más que nada es rabia.

- ¿Rabia? - la miré extrañada.

- Sí, te da rabia que haya cambiado por ti. Y te odias a ti misma por eso. Sólo las buenas personas piensan eso, y tú eres una de ellas. No te culpes, Rachel. - tuve que abrazarla y empecé a llorar. - No llores, preciosa, nadie merece tus lágrimas.

- Lo dejé por cumplir mi sueño, él fue el que me lo dijo: "Para cumplir un sueño, has de sacrificar cosas que pueden ser muy importantes para ti pero después serás recompensada" - esas palabras quedaron grabadas en mi mente - Por eso me fui, si no, no me hubiera ido nunca y ahora estaría con él, a su lado y no habría cambiado.

Mi amiga suspiró.

- Tranquila, ya te he dicho que no te culpes. Él ha cambiado porque ha querido y punto. Se podía haber buscado otra novia o no, que encontrara a Kelly pero que fuera el Louis alegre de siempre. Rachel, es SU culpa - enfatizó esa palabra.

Después de un rato de cháchara, Estelle me convenció que no llorara más por ello.

- Gracias, de verdad. - le solté de sopetón. - No sé qué haría sin ti. - le sonreí secándome las últimas lágrimas. - Te quiero mucho.

- Es verdad, yo tampoco sé qué harías sin esta belleza - siempre sacaba un poco de humor. - Yo también te quiero, Rax. - nos abrazamos.

Su móvil interrumpió el abrazo. Ella lo cogió disculpándose.

- ¿Diga? Oh, de acuerdo, mamá. Ahora voy. - colgó. - Rachel, debo irme. Mañana nos vemos, ¿sí?

Vi como se alejaba y me dejaba sola, pensando. Estaba en mi mundo y me di cuenta de que ya eran las 14h. "Qué rápido pasa el tiempo", pensé. Me levanté para dirigirme a casa, pero alguien me cogió del brazo. Me volteé y vi a Richard con la respiración acelerada.

- ¿Richard? - no dijo nada, sólo me arrastró mientras corría. - ¡RICHARD DAVID DANSON PÁRATE AHORA MISMO! - dije sin parar de correr. No me hizo caso, parecía demasiado nervioso.

Miré hacia atrás y vi a unos matones persiguiéndonos. Ese momento empecé a tener miedo, miedo a que nos atrapasen. Llevaban navajas y parecía que querían usarlas con nosotros.

Hubo un momento que no podía correr más. Maldije al que hizo ese parque que no terminaba nunca. Estaba agotada y mis piernas empezaban a fallar.

- Ric, no puedo más. Corre tú, yo me esconderé. - le solté la mano y él paró.

- Debemos correr, van a por nosotros, Rachel. Saben que queremos cambiarlo, lo saben. - señaló a los que nos perseguían.

Volvimos a correr ya que cada vez estaban más y más cerca.

- ¿Cómo lo han sabido? - pregunté casi sin aliento.

- No lo sé, pero si nos cogen, más vale que neguemos el hecho que queremos al viejo Louis.

Asentí. Mis piernas volvían a fallar y, por variar, caí. Richard no sé dio cuenta y decidí no llamarlo. Puede que sea mejor que me atrapen porque no tienen pruebas de lo que dicen. Esperé a que esos llegaran y al final lo hicieron. Eran tres grandullones y de detrás salió una chica bajita, de pelo negro y muy blanca de piel. La reconocí, era Kelly Falco.

- Mirad a quien tenemos aquí. - sonrió. - Levantadla. -ordenó.

Novela "No te vayas, por favor" (Louis Tomlinson) [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora