VEINTICUATRO

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¿A dónde me llevarás esta vez?– dijo cuando cruzamos la puerta

–Será una sorpresa– rodeé sus hombros con mi brazo derecho y caminamos

–Que linda vista– estaba sorprendida, después de subir una enorme cuesta, nos encontrábamos en el lugar perfecto, en una tarde perfecta– Amo la tranquilidad de este lugar– extendió los brazos y cerró los ojos.

–Aquí es a donde quería traerte, pero tienes que ver más de cerca– cubrí sus ojos con mis manos

–Estoy nerviosa– dio pequeños saltos

–Kattheryne, este es mi lugar favorito, a donde solía venir para desahogarme y para escribir canciones, El Mirador de Suffolk– quité mis manos para que disfrutara de mi vista e inmediatamente cubrió su boca.

–Es asombroso, Ed– ella observaba el paisaje y yo estaba apreciando su sonrisa, sus pequeños labios y la ternura de su mirada, ella es perfecta y me voy a arriesgar.

–Ed– hizo un sonido con sus dedos frente a mi cara para atraer mi atención– ¿Edward?

–¿Sí? ¿Pasa algo?– me levanté inmediatamente para comprobar que no le pasaba nada.

–No me pasa nada, solo quería saber si no te molestaba quedarte un rato más, para ver el atardecer y las estrellas– dijo juntando las manos, suplicando.

–Está bien, pero toma– me quité el suéter y se lo di– no quiero que te enfermes

–Estoy bien– apartó el suéter– no lo necesito

–Por favor– insistí

–Está bien– tomó el suéter y fingió una sonrisa.

Cayó la noche, nos acomodamos en la grama para observar las constelaciones, en lo personal a admirar a mi estrella cercana, Kattheryne Stephany Morgan.

–Me encanta ver las estrellas– apoyó su peso en los codos y giró para verme– Desde muy pequeña ¿Y tú?

–A mí también, pero un día me di cuenta que estaban cada vez más lejos y que tenía que encontrar una estrella cercana, cuya luz me guiara hacia lo inimaginable,  cuya esencia por más incomprensible que parezca me haga el hombre más feliz de esta tierra, que cuando esté a mi lado haga que mis días sean diferente y que eso los haga perfectos– pensé que era el momento perfecto para decirle lo que sentía, porque no podía seguirlo guardando.

–Me gusta como estribillo para una canción– rascó su cuello con nerviosismo– Tienes...

–Esa estrella eres tú,,Kattheryne– interrumpí y tomé su mano ente las mías– Amo tu luz, tu esencia y todo de ti, posiblemente no sea el lugar ni el momento perfecto para decir lo que siento pero te juro que si lo sigo ocultando me volveré loco– alcé mi mano hacia su mejilla para acariciarla

–Eres un gran amigo, Ed– suspiró y con su mano libre acomodó su cabello– Te he tomado mucho cariño pero creo que no es ni la mitad del que tú a mí. Quisiera expresar con certeza lo mismo, pero sería una idiota si te mintiera.

–Gracias por tu sinceridad– hice una sonrisa nerviosa y acaricié su mano– no te preocupes por ello, con ser tu amigo estoy más que feliz– mentí un poco porque me gustaría que fuese mi novia y presentarla al mundo como tal.

–Gracias por comprender– bajó la mirada y mordió su labio inferior.

Pensé inmediatamente «Esta es la oportunidad»

Tomé su barbilla delicadamente para tenerla más cerca, trataba de acercarme despacio para no alarmarla.

Vidas Paralelas (Ed Sheeran) ContinuaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora