Capítulo 4.

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                        "aveces cometer errores son lo mejor que nos puede pasar en la vida."

                                                                                       

»Capitulo número cuatro.«

POV. ANTONELLA

Tire el libro a un lado de mi cama. Frustrada.

Pensé que al menos me duraría dos días.

Me levante, algo agotada. Tenía la vista cansada y en cima tenía hambre.

Mire la hora del celular, y este me indicó que eras las 6:30 pm. Me relaje el saber que aún era temprano y podría dormir de más.

Me tire en mi cama, nuevamente. Tenía hambre de mil demonios y vaya que se me antojaba una de esas pizzas de Paul's.

¡Paul's!

Me levante de la cama de un salto. Provocando unos segundos de mareo pero luego se pasó. Llame isadora.

—¿Dónde estás?.— pregunté, al momento en el que contestó.

—Arreglandome para Paul's, tonta. Tengo que producirme un poco, después de todo hay muchos galanes a los cuales conquitar.— reí por lo último.

—Perfecto, los veo allí a las 7.— le dije.

—Hasta entonces.— colgué.

Arregle mi bolso en el cual puse un poco de dinero y poner mis zapatos para bolos.

Paul's es un lugar de comida rápida, bolos y juegos de azar. La mayoría de los día está repleta, ya que son bastante conocidos por sus exquisitas pizzas.

Mierda.

El idiota de Brandon trabajaba en ese maldito local.

Es estresante tener que velo siempre. En el instituto y luego después de este en Paul's.

Oh, pero no me vendría joder a este local donde vengo desde que tengo memoria, estaba muy equivocado si pensaba de esa forma.

Yo mando ahí, idiota.

Tome las llaves del auto y el bolso dónde llevaba lo que necesitaba para esta tarde. Agradecía que al menos la semana entera se pasará rápido.

Solo compartía castellano y biología con el, por mi estaba bien.

Me despedí de mamá que hace poco había llegado de su trabajo, como siempre, agotada.

Salí rápidamente, si tenía suerte y este preciado bebe me aportaba, llegaría en veinte minutos.

Is vivía a diez o tal vez quince minutos del lugar, lo cual era bastante benefactor.

Doble unas cuantas veces hasta llegar a la gran avenida nover, donde casi al fin de esta, se encontraba Paul's.

Aparque en uno de los lugares disponibles del gran estacionamiento que tenía este local, de preferencia cerca de la entrada, así no tendría que caminar tanto después

En cuanto cruce la puerta de un local un grito con mi nombre llamo mi atención, Is y james ya estaban ahí, sentados en una de las cuantas mesas.

—Dios, muero de hambre.— dije llegando a la mesa.— ¿Ya pidieron algo?

—Si, y tranquila, ya encargue tu pizza española y unas papas fritas.— Is se corrió a un lado, indicándome que me sentará dónde ella estaba antes.

—Tu si me conoces bien, eh.— le dije, tomando asiento.

—¿Luego que haremos?.— preguntó james, metiéndose en la conversación.

—Juegos de azar, lo exijo.— dijo is, mirándonos a ambos. Los dos asentimos y yo le di una sonrisa.

Empecé a ver detalladamente el local y vi un pequeño cambio, la pintura ya no era color amarilla si no que ahora era color blanco, que le daba un toque más alegre a este lugar.

Era bastante espacioso. Pero aún así no se dejaban de escuchar los bullicios de la gente, que en estos momentos, era muchas.

Las mesas no eran tan grandes. Pero si tenían la capacidad para al menos unas cinco a seis personas. Más atrás estaban los juego de azar, separados por una pared de vidrio de la comida rápida, el color cambia automáticamente ahí de color negro, dándole un toque más peligroso al lugar.

Y luego a un costado, esta el boulling, también separada por una pared de vidrio, que separaba las tres salas de tanto bullicio.

La comida había llegado y agradecía a dios que la atención en este lugar realmente fuera buena, ya que de no ser así, este local no tendría éxito.

En lo absoluto.

Me concentre en comer mi pizza individual y mis papitas mientras hablaba de cosas sin sentido, como siempre.

Luego de un rato, James pidió la orden a uno de los cuentos chicos que pasaban por ahí, para luego poder irnos a jugar a azar.

Estaba tranquilamente terminando mi pizza cuando un reconocible olor llega a mis fosas nazales, ni siquiera me inmute a ver quien era, porque sabía la respuesta.

Brandon.

—son veinte dólares con noventa.— dijo, su detestable voz.

Sonreí irónicamente y me apoye en el respaldo de la silla, luego sale siente dólares de mi bolso para dárselo a los chicos.

Lo deje en la mesa, de una forma brusca y subí mi mirada hacia el, expresando el desprecio que le tenía, para luego pararme bruscamente eh irme caminando hacia azar.

—¿Qué a sido todo eso?.— preguntó Is, una ves a mi lado.

— Este chico no me agrada.— Respondí, restándole importancia.

—Ni a mi.— james me apoyó.

— Ese chico podría haber sido mi siguiente ligue.— suspiro, pesadamente is.

— Te tendrías que lavar completa en cloro y luego volverme hablar, claro está.— seguí caminando en donde se observaba una ruleta de azar para poder jugar.

Is solo guardo silecio.

Habían bastante chicos del instituto al igual que chicas, divirtiéndose como era digno de un viernes.

Todos venían a este lugar. Y no me sorprendía, era genial.

Los chicos fueron los primeros en pasar por la puerta también compuesta por vidrio, al hacerlo, los dos voltearon a darme una mirada de lo que tal vez creía, era compasión.

Frunciendo el ceño y adentrandome hacia dicha habitación, entendí el porqué me habían mirado de tal forma.

Algo se quebraba en mi, nuevamente. Las dos personas que en algún momento quise mucho se encontraban juntas, sin importarle mi presencia.

Sonreí. No quería que nadie se diera cuenta de lo mal que me sentía en ese momento. He intente creerlo yo misma, aunque resultará fallido.

Oliver.



Esto no es un juego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora