Miramos a nuestro alrededor y quizás esta vez algo cambie en nuestra perspectiva, esta vez no estamos solos, pilares indispensables de nuestro día mantienen que nuestra sonrisa no esté torcida, llenan un poquito más ese vaso de agua que siempre vemos medio vacío.
Ojalá pudiéramos guardar a todas esas personas para siempre, y quitarnos ese miedo de perderlas de encima por saber que eso nunca va a pasar. Aunque vaya a pasar y el miedo te recorra el cuerpo.