Frunció el ceño entre sueños cuando movió su cuerpo hacia adelante y no sintió el otro cuerpo, de inmediato se obligó a abrir los ojos y mirando hacia su mesita de noche notó que solo eran las siete de la mañana. Apoyándose en sus codos observó por toda la habitación, su ceño frunciéndose aun más al no ver a Liam por ningún lado.Gruñó antes de alejar el pesado edredón de encima de su desnudo cuerpo y tomando los pantalones a los pies de su cama se los colocó dando saltitos torpes, sus ojos aún pesados por el sueño. Caminó a la puerta y se detuvo en el momento en el que su mano tomó el picaporte, girando sobre su eje miró que las cortinas que cubrían la pared de vidrios del otro lado de su habitación había sido corrida, dando una vista espléndida de un Londres gris. Zayn amaba los días grises y el de hoy era estupendo puesto que además estaba empezando a llover.
Sin embargo, no había sido ese el detalle que lo hizo detener su camino, si no la melodiosa voz de su castaño siendo amortiguada por el sonido de la regadera y la puerta cerrada del baño. Zayn podría reconocer esa dulce voz estando en plena batalla bélica.
Sonriendo decidió que esperaría hasta que su pequeño novio saliera del baño para hablar con él. Asi que caminó hasta su escritorio y tomó su libreta y un lápiz de dibujo, tomó uno de los enormes almohadones de encima de la cama, lo arrastró hasta el ventanal y se dejó caer dispuesto a dibujar.
No supo cuanto tiempo pasó pero tenia el dibujo casi finalizado cuando la puerta del cuarto de baño se abrió y un Liam mojado apareció ante sus ojos envuelto en una nube de vapor. El castañito sonrió encantado al ver a su novio ya despierto delante del gran ventanal.
—Hey. Buenos días, mi amor. —saludó encantado mientras tomaba una toalla más pequeña del armario de Zayn y secaba su cabello.
—He abierto los ojos y tú no estabas. —respondió sin dejar de hacer trazos sobre la libreta en su mano —Sabes que odio despertar sin tí en la cama.
Liam frunció el ceño al no recibir si quiera una mirada por parte de Zayn.
—Buen día, Liam ¿cómo has dormido? Yo genial Zayn, ¿qué tal tú? —ironizó rodando los ojos.
El moreno levantó la cabeza por fin, una ceja alzada y su mirada encontrando la de su chico.
—Hablo en serio, Liam.
El menor de inmediato supo que Zayn no estaba jugando. Su novio podía ser todo lo dulce y tierno que él quisiera, consentía a Liam con cada capricho que salía de sus labios y perdonaba cada una de sus travesuras, sin embargo cuando se trataba de dormir juntos, Liam tenía prohibido dejar la cama antes de que Zayn despertase. Sin embargo ese día tenia una excusa.
—Lo siento. —dijo dejando de secar su cabello y acercándose hasta donde estaba su novio —Pero tengo que ir a la uni, bebé.
—Con este clima, ¿estás loco?
Zayn se puso de pie y de inmediato Liam rodeó su cintura con sus brazos y pegó su cabeza en su pecho. El moreno sin dudar lo envolvió en sus brazos, él no podría enojarse con Liam jamás.
—Sólo es un poco de lluvia, —Liam rodó los ojos y dejó un besito en la barbilla cubierta de barba —Además, tengo un examen hoy.
—Oh. —Zayn había olvidado por completo aquel detalle, desde que Liam amanecía en su cama solo los sábados. Había olvidado que los padres del chico habían salido de vacaciones y habían dejado a Liam solo. Por supuesto ellos aprovecharon aquello para mudar al castaño por esas dos semanas al departamento de Zayn —Pero has visto cómo está afuera, —murmuró apretando a Liam más contra su cuerpo y tratando de encontrar una excusa para que Liam no se fuera —Mira el cielo cariño, se están formando nuevas nubes. Creo que será una fuerte tormenta.