—No puedes seguir desperdiciando fines de semana por el resto de tu vida, Li.Puse los ojos en blanco al escuchar a Harry. El chico llevaba repitiendome lo mismo los últimos cuatro meses, no entendía por qué gastaba tiempo y saliva tratando de persuadirme, yo estaba bien tal y como estaba. Además de que no le veía el punto a idolatrar los fines de semana y estar obligado a salir de fiesta.
—¿Qué te hace pensar que los desperdicio? —pregunté mientras tomaba mi laptop y salía de mi habitación.
Harry bufó mientras me seguía —No lo sé, quizá porque te pasas los sábados como un vago, encerrado aquí, comiendo chatarra y viendo series tontas.
—¿Por qué te molesta? —pregunté tranquilo. Entendía el hecho de que a Harry le gustara salir, quiero decir, su estilo de vida prácticamente lo obligaba a hacerlo.
El rizado era modelo de Gucci, acudía a cada fiesta, desfile y presentación que podía y lo disfrutaba y eso estaba bien. Pero yo no era así, tenía una columna que escribir para cada lunes ser publicado en el New York Times y no disfrutaba las fiestas.
Bueno, ya no.
—Porque este no eres tú, —dijo mirándome con ternura, siguió antes de poder responderle —Y ya han pasado cuatro meses desde lo de Andy.
Gruñí al escuchar su nombre. Y puede que Harry tuviera razón, habían pasado cuatro meses desde que mi novio de tres años decidió dejarme porque "ya no sentía lo mismo". Y sí, puede que esa sea una de las razones por las que no he salido a divertirme en mucho tiempo. Pero no quería admitirlo en voz alta, no quería que supieran que ya no me sentía bonito, que sentía, a mis 28 años, que nadie más podría fijarse en mí. Y tener a mi mejor amigo modelo pidiéndome salir con más modelos, no ayudaba.
—Hazz, estoy bien —sonreí tratando de mostrarme seguro —Eso ya es pasado, no importa.
—Entonces ven conmigo. Salgamos como lo hacíamos antes y olvidemonos de los problemas y los ex-novios idiotas.
Sonreí y lo consideré por algunos minutos. Harry estaba de pie, viendose fabuloso como siempre, esperando por mi respuesta. Sus sensuales labios formaron un exagerado puchero mientras sus hermosos ojos verdes empezaban a aguarse. Era un jodido manipulador.
—Por Dios que dramático —suspiré sonriendo —¿A dónde iremos?
•••
Me pasé los últimos dos días animandome a mí mismo para no terminar arrepintiendome sobre esto, así que luego de meditar y pensar mucho, decidí que asistiría y me divertiría sin importar qué.
Así que aquí estaba, llegando en un taxi a la dirección que Harry me había enviado. Había mucha gente en la acera y mucha prensa, como era de esperarse. Harry me explicó que Calvin Klein lanzaría una nueva línea de ropa, así que habría un desfile y luego una fiesta, la idea me gustó; quiero decir, no siempre tienes la oportunidad de ver a chicos guapos desfilar en ropa interior.
—¡Hey, aquí estás! —Harry gritó por sobre el ruido cuando bajé del taxi —Pensé que no vendrías.
—Prometí que lo haría.
—Lo sé y adoro que lo cumplieras. ¡Ahora ven conmigo, tengo que mostrarte algo!
Sonreímos cuando un par de fotógrafos nos pidieron una foto y luego Harry tiró de mí llevándome hacia el local. Había mucha gente adentro, casi tanta como afuera; la música electrónica sonaba y las luces apuntaban a nosotros y la enorme pasarela. Muchos modelos y muchos famosos por todos lados, pero Harry no fue hasta nuestros asientos, pasó de largo hasta detrás de la pasarela.