Se acababa el tiempo y KyungSoo seguía viendo las estrellas.
Esa noche habían decidido ser muy oscura, estaba claro que algo se avecinaba, algo que no traería nada bueno. Incluso lo supo cuando el resto de los ángeles que no tenían a un espíritu bajo su cuidado se habían quedado en sus hogares y no salieron a socializar entre sí.
Desde la última vez que había regresado al cielo muchas cosas habían cambiado, pero a la vez todo seguía igual. El que había cambiado había sido él, pues al haber pasado tanto tiempo fuera de su hogar, había perdido todo lo que lo relacionaba con él.
Lo que no perdió fue la solemnidad y aprecio por su espíritu, por lo que luego de llorar y preguntarse qué debía hacer, decidió hacer lo inimaginable para un ángel, romper las reglas, pero para eso debía hacer algo primero.
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El demonio tamborileaba los dedos con impaciencia, ya habían nacido tres humanos y los tres habían sido automáticamente tomados por los espíritus que andaban por ahí. La situación le resultó estresante en un grado inimaginable, ¿A qué hora sería su turno?
Su único propósito era adueñarse de un humano cualquiera, pero tenía que ser cuando se presentará la oportunidad perfecta, que para su desgracia no había llegado.
Los ángeles revoloteaban por todos lados protegiendo a sus humanos, le lanzaban miradas llegas de pánico cuando éste se ponía de pie y merodeaba a los recién nacidos, pero ninguno se atrevía a enfrentarlo, pues era imposible y eso desencadenaría una lucha que ninguno de los presentes deseaban, curiosamente era así como ángeles y demonios convivían en la tierra, soportándose los unos a los otros.
Siguieron así por un par de horas más, hasta que escuchó a los ángeles murmurar desde la otra sala, podía oírlo todo, pero simplemente no prestaba atención, pero ese "algo" hizo que dejará que molestar al ángel de una mujer y saliera a ver porqué tanto alboroto. En los oídos humanos solo existían los quejidos de las mujeres parturientas.
Fue así como lo vio.
"Un arcángel", pensó mirándolo desde lejos, "¿Qué hace uno de esos por acá?", se cuestionó.
Desde una distancia prudente decidió observar la situación, pues tampoco estaba lo suficientemente loco como para tentar su suerte con alguien de arriba con tal rango de superioridad.
El arcángel comenzó a observar a las mujeres en labor de parto, una por una, mientras hablaba consigo mismo, cosa que le resultó un tanto extraño, pero siguió observándolos de lejos. Su rostro era precioso, sus cabellos relucientes y sus brillos, a diferencia de los ángeles guardianes, eran platinados y más penetrantes, por dónde iba dejaba un rastro.
Se dirigió hasta los asientos en donde había pasado la tarde y había conocido a ese joven ángel, entonces recordó que ya debería haber llegado, más hasta ahora no lo había visto por ningún lado, cosa que le resultó bastante extraña. Quizá, solo quizá allá arriba habían reflexionado sobre su horrenda decisión.
Suspiró con impaciencia, las mujeres retrasaban sus partos por motivos de la naturaleza y la noche avanzaba sin perdonar a nadie. El arcángel iba y venía con impaciencia, hablaba con los ángeles de los bebés recién nacidos y con los veteranos que cuidaban de las mujeres, le pareció increíble la crudeza con la que lo ignoraba. El demonio se consideraba una terrible amenaza, pero el ser celestial no reparaba en su presencia más de un segundo para asegurarse de que no estuviera haciendo nada innecesario.
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En otra vida ➡ [KaiSoo - Terminada]
Fanfiction↪La pureza de un ser celestial es la tentación más grande para la oscuridad. ↪El bien y el mal combinados, de una manera muy peculiar. _________________________ ☦OTP: KaiSoo / KaDi - HunHan (al final) ☸Género: AU, angst, Raro (?) Ángeles , demonios...