Capítulo 10

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Si tuviera que describir el momento de un parto, sería tal como el que todos conocemos: Gritos, dolor, sangre y más sangre. Si tuviera que describir una posesión, sería algo por lo que KyungSoo había pasado tantas veces, con la única diferencia que ahora se trataba de un niño pequeño...

**

Ante sus ojos todo era una escena llena de destellos y escarcha irreal, lo que más captó su atención fue como el demonio miraba con intensidad al arcángel LuHan, quien lo miraba de la misma forma, pero hablaba con el espíritu que tenía en su interior, por lo que los demás se quedaron fuera de su burbuja.


- S1204...— susurró, aun así podían oírlo.—...Ya es hora, despierta.


Los ojos de KyungSoo se llenaron de más lagrimas y sollosos, por lo que el arcángel BaekHyun tuvo que palmearle la espalda para que se tranquilizada, quiso abrazarlo, pero era consciente que el pequeño ángel ya no tenía salvación.

- S1204... — susurró él también. — S1204... S1204...— siguió repitiendo.

LuHan le lanzó una mirada cargada de ira, por el hecho de mencionar el nombre del espíritu, pero fue más su enojo cuando este despertó.

- Hola...— susurró el espíritu en su interior.

- S1204, necesito que salga para iniciar. — el arcángel parecía tener prisa y claro que la tenía, pues el demonio veía con ojos ansiosos como la sangre escurría del interior de la mujer.

- Muy bien, posicioname.

- S1402... Señor... Por favor, no lo haga. — soltó KyungSoo con voz quebrada.

LuHan se quedó estático en pleno movimiento, el espíritu había echado mano en su cuerpo, el cual dejó de responderle.

- ¿Kyunggie? ¡Estás aquí! — el demonio, el ángel y arcángel encubierto miraron a LuHan que en ese momento no era el arrogante LuHan, sino alguien más, alguien de mirada dulce y amistosa.

KyungSoo se limpió los mocos, que no sabía que podía tener y se acercó hasta donde estaba su espíritu en una forma física, por lo menos para los que no eran considerados humanos, ya que nadie más podía verlos ni mucho menos sabían lo que ocurría en ese quirófano, que se suponía que era un simple parto.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, lo abrazó y se puso de puntillas para darle un beso en la mejilla.

- Señor, por favor, vuelva conmigo, este es el último día de los humanos, acaso quiere morir y no seguir viviendo una vez más. Yo no sabía nada de esto, ellos dicen que usted lo sabía, pero le creo a usted, por favor deje esta loca idea y regresemos, ¿Sí? Al menos hasta que pase todo esto. — fue casi una súplica desesperada.

El demonio, que había permanecido hablando con los de allá abajo se distrajo con las súplicas del pequeño ángel, le pareció lo más bello que había visto, porque al ser alguien lleno de maldad y las súplicas eran algo del día a día de un demonio a diferencia que él... No había cumplido con su labor tal como le habían encomendado, había había fallado innumerables veces gracias a algo que en los últimos años lo había hecho trastabillar, algo que había hecho que se replantee sus propósitos.

Ese algo era el joven ángel, y es que una de las tardes por las que se había ido a observar a los de mayor categoría se había topado con un pequeño gatito de color gris y ojos verdes, pero lo que lo cautivo no fue el animal, sino el ángel que lo cuidaba, el cual lo observaba con algo de miedo así que en cuanto pudo le dio unos toquecitos rápidos al felino para que saliera corriendo lejos del demonio, que el ángel no había reconocido como tal, pero que consideraba una amenaza para su espíritu.

En otra vida ➡ [KaiSoo - Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora