Capítulo 4

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Capítulo IV

Me visto con unos jeans color turquesa, un top blanco y unas zapatillas altas del mismo color. Me parece bastante casual y atrevido, sobre todo por el tamaño del escote en mi espalda y lo largas que lucen mis piernas en estos zapatos. Mientras estoy utilizando la secadora de cabello, escucho un estruendo fuera de mi habitación. Salgo de inmediato, con el pelo a medio secar y escucho el llanto de Kathie al final de los escalones. Ha caído, debido a su imprudente acto de estar montando su nueva bicicleta acá en el segundo piso.

Bajo corriendo las escaleras y la levanto del piso. Todavía se encuentra un poco enredada en la bicicleta. Su llanto se podría escuchar hasta la siguiente cuadra.

—¿ Estás bien? ¿Dónde te diste, bebé? —le digo mientras paso mis manos por su pelo, a ver si logro calmar su llanto.

—Me duele mi pierna, me duele mucho —dice en medio de un profundo sollozo.

Pongo mi mano en sus pies y presiono levemente en los alrededores, al ver, me doy cuenta como su tobillo va inflamándose y tornándose cada vez más rojo.

—Voy a llevarte al doctor para que te revisen. ¿Está bien?

—Sí. Me duele —grita. Odio verla así, sobre todo cuando sé que ella es una niña llena de vitalidad y con una hermosa sonrisa. Me parte el alma ver sus lágrimas.

La cargo para colocarla en el sofá de la sala. Me dirijo a la cocina en busca de algo de hielo y las compresas para calmar el dolor, mientras llegamos a urgencias. Mamá me va a matar cuando se entere. Busco la bolsa en el armario. Escucho un auto aparcarse.

—Demonios, debe ser Jason —salto fuera de la cocina y me dirijo a la entrada. Efectivamente, veo su auto en la entrada. Salgo de la cocina y me dirijo hacia él—. Jason, qué bueno que llegaste, mi hermanita se cayó de las escaleras y al parecer se torció el tobillo.

—¿Dónde está? —pregunta mientras entramos a la sala. Él me siguió hasta el sillón donde ella está recostada, aún sollozando.

Jason la carga y la lleva a su auto, subo a mi cuarto a buscar mi bolso y el móvil para llamar a mamá e informarle que vamos camino a urgencias con Kathie.

Llegamos a la clínica, le toman unas radiografías en su tobillo y determinan que este efectivamente tiene un tendón torcido. Así que proceden a enyesar su pie. En esos momentos llega mamá totalmente alarmada.

—¡Dios mío!, y mi bebé ¿Está bien? —me pregunta alarmada.

—Se torció el tobillo, gracias a Dios no sufrió una fractura.

—¿Cómo sucedió esto, Kimberly State? —me mira con una expresión en su rostro bastante autoritaria—. Las dejo media hora y ya hay un desastre.

—Ella estaba en su cuarto jugando a las muñecas mientras me estaba bañando, de repente cuando estaba secando mi cabello, escuché el golpe y salí corriendo. Perdóname mamá, no creí que algo así iba a suceder mientras estaba en el baño.

—No te preocupes. Sé muy bien como es mi hija, cariño. Tendré que hablar seriamente con ella.

Cuando terminan de enyesar el pie de Kathie, el doctor nos llama para que entremos a la habitación y nos deja a solas con ella durante un rato.

—¿Cómo te sientes mi amor? —mamá le pregunta dulcemente, mientras acaricia el rostro de Kathie que ya tiene una pequeña sonrisa, por el color de su yeso. Es rosa con corazones. Qué novedad esta.

—Me duele menos la pierna. No podía caminar pero un chico muy bonito nos trajo a mí y a Kimberly para que me quiten el dolor.

Mi madre me mira con una mirada confundida. En ese preciso instante, entra Jason con unos refrescos y una chupeta tamaño gigante para Kathie. Inmediatamente intervengo y digo:

TRUST ME© El amor rompe todas las barreras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora