– vaya, hace cuanto que no te veo Alex? Primera vez que te veo llegar tarde luego de unos días, que pasa? –pregunto el director y me miraba fijamente.
– que.. Que se siente estar enamorado? –pregunte mirándolo fijamente, mordiéndome el labio inferior, al parecer mi pregunta le sorprendió, pero luego su rostro se suavizó sonriendo ligeramente, tenía una leve sospecha, y al único que podía ser capaz de contarle de estas, era (aunque suene extraño) al director.
– es difícil explicarlo, pero.. Cuando te enamoras de esa persona, sientes que nada es más importante que ella, cuando estás cerca suyo, tu corazón se acelera sin motivo alguno –tragué saliva– sientes la necesidad de verle todos los días, planeas cosas, y su sonrisa es la mejor recompensa, puede que sea mala para los chistes, pero aún así tú te ríes de ellos, su perfume lo adoras, aunque sea asqueroso para otras personas, es el olor que más disfrutas, el tiempo pasa demasiado rápido a su lado.. –ambos suspiramos, se en quien pensaba él, y en mi mente solo había una persona, Bárbara.
– alguna vez.. Se enamoro de alguien de su mismo sexo? –susurre y este abrió sus ojos como plato.
– estas loca?! Eso es asqueroso! Por qué de pronto tantas preguntas Hernández? –enarcó una ceja y me apoye en el respaldo de la silla.
– quería saber si esa es la razón por la que mi amiga actúa tan extraño, debe estar enamorada entonces –reí ligeramente, agradeciendo poder ocultar mi nerviosismo– puedo irme a clases?
– woah! Que te está pasando? –se me acercó y me miro– te gusta alguien?
– que?! Esta loco?! –reí y me levante– parece que no tener con quien hablar en las mañanas le afectó el cerebro, eh? Lástima que no tenga tiempo, adiós director!
Expulse y salí de su oficina, de manera calmada hasta que no me vio y corrí al salón, Bárbara me matará por llegar tarde, demonios! Toqué la puerta y la profesora abrió.
– vaya, joven Hernández, primera vez que la encuentro en mi clase por las mañanas –expulsó la profesora de manera sarcástica, solo le dije "permiso" y entre, dándome cuenta que Bárbara no estaba, ayer se veía bien, le habrá pasado algo?[...]
– te noto muy distraída, pasa algo? –pregunto Brenda quien se encontraba sentada en el lugar de Bárbara, debería preguntar? O simplemente fingir que no me importaba?
– distraída? Acaso no soy siempre así? –murmuré riendo ligeramente, tratando de sonar lo más normal que pude, al parecer funcionó.
– ya veo, pues si, tienes razón, eres una distraída total –expulsó uniéndose a mí y me dio un leve empujón.El día pasó sin mucho misterio, Brenda y yo hablábamos de cosas sin sentido, e intente colocar atención a las demás clases para distraer mi mente, pero aún así no fui capaz, Bárbara estaba constantemente en esta, me perdí en el hermoso cielo azul que se veía a través de la ventana del salón, una mariposa apareció y la seguí hasta que desapareció de mi vista.
– Alex necesitamos hablar, hay algo que debo decirte –murmuro Bárbara quien se encontraba frente mío, llego tarde entonces.
– te pasó algo? Por qué llegas a esta hora? No tuviste problemas? –se sentía extraño "bombardear" a alguien a preguntas, jamás lo hacía, ni con Brenda lo hacía
– me gustas, no puedo sacarte de mi cabeza, desde la primera vez que te vi, luego la primera vez que me hablaste, y cuando la profesora nos unió, haz estado en mi mente desde el primer día, no lo entiendo, no creo que seas capaz de comprenderme..Sus palabras me dejaron congelada, no sabía cómo reaccionar ante aquella ¿confesión? Mi corazón saltaba de alegría, sentía como si fuera a salir de mi pecho en cualquier momento, el nerviosismo se apoderó de mi cuerpo, y comenzó a actuar por sí solo, primero acaricie su mejilla, de manera lenta mientras mis ojos se clavaban en sus labios, sus finos y Rosa labios, poco a poco me acerqué a estos, cerré mis ojos y pude sentir su respiración tan cerca mío, su perfume invadió mi nariz, que me sucede?
– Alex! Despierta de una puta vez! –me hablo Brenda y dio un leve suspiro mirándome, estaba ¿molesta?
– lo siento.. Lo siento –todo había sido un sueño? Se sintió tan real, suspire pesadamente y pase mis manos por mi rostro para luego guiarlas hasta mi pelo, el cual acomode hacia un lado– cuanto.. He dormido? –pregunte y mire a Brenda.
– toda la clase, ya tocaron la campana, estás segura que estás bien? Usualmente no duermes en clase, a no ser que te hayas dormido en el recreo, te sientes bien? –pregunto preocupada por mi y yo simplemente asentí.
– me siento bien, ayer no dormí nada, por eso ando así –mentí y frote mi nuca dando un leve suspiro.
– hm.. –fue lo único que dijo, sabía que no estaba convencida, pero ella no siguió insistiendo, y no tenía por qué darle explicaciones de nada.La siguiente clase que tocaba es matemáticas, a estas alturas me sorprende que Ashley no este jodiendome, la profesora ya había llegado, y me giré disimuladamente para ver a Ashley, sorprendiéndome al notar que no estaba, por qué? Será que.. No, imposible, dudo que Bárbara le gusten ese tipo de chicas, dudo que sea lesbiana o bisexual, si un gran suspiro y decidí comenzar a anotar los ejercicios que la profesora estaba anotando en la pizarra.
Hoy sin duda fue un día bastante aburrido, quizás Bárbara se está volviendo parte fundamental de mi vida, pero que digo? En ese caso debería ser Brenda, después de todo ella me conoce más que cualquier otra persona en mi vida, no?
[...]
Miraba el piso, sabía que solo faltaban unos metros para llegar a casa, di un gran suspiro mirando mi brazo, cuando me quitaran esta cosa? Maldito sea ese hijo de puta, esto no se lo perdonaré tan fácil, bueno, sencillamente no se lo perdonaré, estaba a unos metros de la casa, cuando vi a Bárbara sentada a la puerta, en la escalera, no quería acercarme, temía a que fuera producto de mi imaginación, pero termine por hacerlo, cuando me vio inmediatamente se levantó, se ve totalmente distinta con aquella ropa, su pelo se encontraba no tan liso ni tan rizado, en el brazo derecho llevaba un reloj, el cual queda perfecto con el vestido hasta la mitad del muslo, dejando ver sus piernas, puesto lleva unos tacones, rojos, de un hermoso color rojo, tragué saliva y por un momento me sentí feliz, como no me sentí en todo el día, verla y saber que se encuentra bien, hace que mi corazón esté en paz.
– Alex.. Yo.. –se encontraba nerviosa, incapaz de formular alguna frase coherente quizás, y no entendía por qué.
– que pasa? –pregunte al notar que no continuaba, no quería un silencio entre nosotras, aunque sabía que no sería incomodo, no lo quería.
– me iré. –sus palabras me cayeron como balde de agua fría, esto debía ser una broma, seguro se iría por unos días y regresaría, no?
– pero regresaras verdad? –trate de buscar su mirada, pero simplemente me evitaba, ocultando su rostro, vi que lo movió negativamente, y sentí una presión en mi pecho– como que no? A donde?
– mis.. Padres quieren que vaya a estudiar a.. Francia –lejos?! Por qué?!.
– quieren que mueras? –no pude controlar ni medir mis palabras, simplemente se escaparon de mi boca.
– no precisamente, más bien es en Suiza, para ser más específica Zúrich –expulsó y soltó un leve suspiro– dile a Brenda que la quiero, y lamentó si me voy de esta manera, tan repentina.
– no puedes irte –expulse ante la impotencia de no poder hacer nada al respecto, mordí mi labio inferior, sin saber si decirle o no.
– por qué? –pregunto con curiosidad, yo también estaría curiosa con el tono desesperado en mi voz, pero supongo que lo mejor será no decirle nada.
– volverás algún día? –pude ver en su rostro aquella sonrisa que es capaz de robarme el aliento, y se acercó a mí para abrazarme.
– ha sido un mes hermoso en esta ciudad, y todo gracias a ti –susurro cerca de mi oído, provocando que me estremeciera, odio las despedidas.
– no hay forma alguna de que te quedes? –ese tono de desesperación seguía, pero así me sentía, desesperada, ella negó y beso mi mejilla.
– adiós Alexandra.
Oírla decir mi nombre hizo que me estremeciera por completo, cuando ya no pude verla, me sentí vacía, sentí que un pedazo de mí se estaba yendo junto con ella, y que quizás jamás volvería a verla nunca más.
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Te reto a que me ames [en pausa]
Romance¿Crees en el hilo rojo del destino? «Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper» eso dice texualmente, pero ¿Cómo...