Prólogo

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Nunca la habia visto antes y menos en esa esquina. Envuelta en mantas y un vaso con unos pocos centimos que la gente le echa mas por compromiso que por ayudar.

Pero incluso asi vestida y arrastrada en el suelo, cuando sus ojos azules como el fondo del mar, se posaron en los mios no pude evitar pensar en lo bonita que era.

Si, yo, Alan Maunier, habia llamado una vagabunda bonita.
Nadie tiene por que saberlo.

Me acerco a ella intentando no parecer interesado. Me meto las manos a los bolsillos antes de que se vuelvan hielos y me pregunto como esa chica puede aguantar este frio.
Me aclaro la garganta, mirandola a los ojos, para empezar a hablar, ella solo me mira esperando a que haga algo y no me quede aqui parado como un estupido.

-Te invito a un café...- la chica frunce el ceño y me doy cuenta lo raro que suena - ...prefiero darte comida que dinero - decir eso me acuerda de mi madre, ella me enseño a dar comida en cambio de dinero, sonrio inconscientemente - ¿Que me dices? ¿vienes? -asiente a la vez que se va levantando lentamente.

Cuando deja caer la manta en la que estaba envuelta me doy cuenta de que lleva la sudadera más vieja que he visto en mi vida. Siento una presión en el pecho de pena. La pobre debe de estar muriéndose de frio.
Entro con ella en el bar de enfrente y nos sentamos en la primera mesa que vemos.

-¿que vas a pedir? - la miro intentando que me devuelva la mirada pero no lo hace, solo baja la cabeza y se sonroja.

- Pide tu - apenas puedo oírla de lo bajo que lo ha dicho.

Junto las cejas con confusión - se supone que yo te invito así que puedes pedir lo que quieras - ahí es cuando levanta la vista otra vez y fija sus ojos en los mios.

-No tienes porque hacer esto- sus palabras eran solo un susurro apenas audible. Su mano derecha viaja hasta su pelo para ponerselo detras de la oreja.

-Quiero hacerlo

Me sonrie enseñandome unos dientes blancos. Dios, que guapa es...

-Yo se porque no me das dinero- la sonrisa no desaparece pero me mira con mas intensidad.

Ni siquiera me deja responderle -Tienes miedo de que me lo gaste en droga ¿no?-

Abro los ojos como platos, eso era justamente lo que estaba pensando.

-Yo...

-Da igual, todos piensan lo mismo, ¿me dejas pedir un chocolate caliente? Hace años no me tomo uno! - dice canviando radicalmente de tema, lo que agradezco.

-Claro, yo me iba a beber uno tambien- le sonrio de la misma manera intentando ser lo más amable posible.

Despues de pedir chocolates calientes con cruasanes, y de que nos lo sirvan, ella se lanza al plato como un leon sobre una gacela, parece que no ha comido en años.

Cuando terminamos despues de comer después de un largo silencio las cosas se vuelven incomodas. Me mira agradecida y me vuelve a sonreir con los labios llenos de chocolate.

-Gracias

-No es nada. - meto la mano al bolsillo intentando alcanzar las monedas que estan al fondo de este. Le entrego unos € y me mira impresionada.

-Pensaba que tu no dabas dinero

-Por alguna razon se que no compraras droga.

Sin decir nada más se da la vuelta y se comienza a alejar de mi.
Por alguna señal del universo me da por mirar el reloj y me doy cuenta de que solo tengo 10 min para llegar al instituto. Me deprimo más de lo que ya estaba antes al acordarme de que tengo examen de matemáticas a primera hora. Arrastrando los pies me dirijo a la entrada del edificio y saludo a Tim el portero con la cabeza. Un buen hombre que, aunque trabaje en un instituto publico y le pagen fatal, tiene mucha paciencia con los alumnos.

*******************

-Lo he clavado.

-Lo he jodido.

-Porque eres tan negativo?

-Solo digo la verdad.

Mi amigo pone los ojos en blanco y bufa en mi cara - Alan Maunier... - deja la frase suspendida en el aire como si fuera a decir algo muy importante - ...eres idiota - no esperaba que me dijera eso. Levanto las cejas en un intento desesperado de parecer interesante.

- Pues tu eres... - vamos Alan piensa, piensa por una vez en tu vida-...un gilipido- lo he harruinado, el unico intento de hacer parecer mi amigo un idiota y al final el idiota soy yo. Me doy una palmada en la frente mentalmente.

Ryan levanta las cejas sorprendido de mi ocurrencia - ¿que? -.

-Dejalo.

Acto seguido entramos a la cafetería y todas las miradas caen sobre nosotros, antes de que se adelanten, no, no somos los más populares del insti.

Bueno un poquito si.

Lo que pasa, según Ryan, es que somos demasiado guapos para ser ignorados. Lo se una gilipollez.

Aunque si que somos guapos, ¿para que negarlo?

Ryan sin perder oportunidad le giña un ojo a las chicas animadoras, algunas me miran aunque no les doy importancia ya que mis ojos estan puestos sobre una chica, en concreto, la chica de esta mañana.
Sigue llevando la sudadera vieja de esta mañana y esta recostada sobre una mesa vacía. Seguia igual de guapa que antes. Sus ojos se encuentran con los míos unos segundos pero los aparto como si no me conociera. Por un momento pensé en acercarme y hablarle, lo que habría echo de no ser porque Ryan me cogio de la camiseta y me arrastro hacia la mitad de la cafetería.

-Tio, tengo que contarte algo.

-¿Qué?

-¿Ves esa chica de allí?- le señalo la mesa sonde esta sentada.

-Mmhm- muerde un sandwich del tamaño de mi cabeza y asiente.

-Esta mañana la he visto tirada en la calle y la he invitado a desayunar, juraria que era una vagabunda.

Ryan me mira con los ojos muy abiertos - por su pinta yo también pensaría que lo es- se encoge de hombros y sigue comiendo.

¿que rayos hace la chica de la calle en la cafetería de mi insti?

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Holaaaa !!! Espero que les haya gustado el prólogo.
Recuerden que es mi primera novela asi que no sean tan duros.
Se aceptan criticas productivas :-D Gracias por leer!!
Besotes  ♡♡♡♡

Pd: ALAN MAUNIER EN MULTIMEDIA!!! ( esta bueno) ♡♡♥♥

ALEADonde viven las historias. Descúbrelo ahora