Capitulo 3

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Ryan en multimedia ↑↑↑

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Se habia echo tarde, los padres de Ryan estaban por llegar y, lo peor de todo, Alea se había quedado echa polvo durmiendo en el sofá.

Que linda.

Su boca estaba un poco abierta para conseguir meter más oxígeno al cuerpo.

-Tio ¿que hacemos?

Ryan me miró preocupado y despues paso sus ojos por el cuerpo de la chica.

-Habrá que despertarla, pero no quiero que duerma en la calle. ¿Que dices? ¿Me la llevo a casa?

Mi amigo se encogió de hombros negando con la cabeza.

-La pobre debe de estar cansadísima! No se si deberíamos hacerlo.

Acto segido los ojos de Alea se empezaron a abrir, aún los tenia rojos pero se encontraba mucho mejor.
De repente se incorporó de golpe haciendome saltar de mi sitio para ver si estaba bien.

-Necesito ir a casa!- gritó poniéndome los pelos de punta.

Esperen... ¿casa? ¿tenia casa?

-¿Quieres que te lleve? - me ofrecí tratando de disimular mi sorpresa.

Pero ella nego rapidamente y tan rapido como habia aparecido, se fue corriendo por la puerta principal.

-¿Pero que cojones?

Solté una carcajada al darme cuenta de que se acababa de llevar la ropa de Ryan.

El se quedo parado en medio del salón rascandose la cabeza con confusión.

-¿Soy yo? ¿O me acaba de robar ropa? - reí aún más fuerte comiéndome el estomago.

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POV ALEA ( Point Of View)

Pero que mierda acababa de pasar!! Ni siquiera me di cuenta cuando sali corriendo que llevaba la camiseta y el pantalon del pobre chico.

Corrí por mas de 5 manzanas sin saber donde iba, entonces me di cuenta de que estaba perdida.

Perfecto A, tu sentido de orientación apesta tanto como tu.

Bueno eso no era cierto, me habia duchado después de unos cuantos días. Llámeme guarra si quieren pero lavarse en el baño de un centro comercial no era muy cómodo que digamos.

Cuando vi el cartel del McDonald solté un suspiro exagerado, ya sabia donde estaba.

Caminé hacia el edificio abandonado que habia al final de la calle y entre por un agujero en la verja. Despues de unos 20 metros habia una puerta oxidada y las ramas de los arbustos la camufraban. Ese sitio daba miedo pero yo ya estaba acostumbrada.

Atravesé la puerta y divisé la obertura en el suelo, era bastante grande, lo suficiente para saltar y no pegarse con el borde. Eso es exactamente lo que hice. Salté. Y caí. Y caí. Y caí. Hasta que mi trasero impactó con el montón de papeles, periódicos y revistas que había al fondo del abismo.

No me hice daño. También estaba acostumbrada a eso.

Habia caido en un pasillo oscuro que llevaba al centro del edificio, donde se encontraba la vida del lugar.

Me dirijo al sitio mas oscuro y meto la mano en el agujero de la pared sacando mi pistola.

No se asusten, sin estar armada en este maldito sitio no duraria ni media hora antes de que me matasen.

ALEADonde viven las historias. Descúbrelo ahora