Masky
Aline se alejó de mí, moviendo sus brazos exageradamente y levantando sus piernas. Su respiración agitada llegaba a mis oídos. ¿Tanto escándalo para algo tan sencillo?. Su falda se levantaba a causa del aire y la fuerza con la que se movía. Esperaba ver algo más, pero debajo tenía algo parecido a un short (estúpido pedófilo). Vi cómo se alejaba rápidamente de mí, y claro, no hice nada. ¿Por qué? No tenía razón por la cual perseguir a una mocosa resentida.
Podría recibir unos arañazos en la cara, un golpe bajo. Aunque en el fondo sabía que Aline me tenía miedo. Y eso amigos, era exactamente lo que quería lograr en ella. No cariñitos, abrazos, sentimientos, besos, y todo lo que implica envolverse en una amistad con una chica. Al menos como una adolescente normal. Aline es diferente, ella te llena de preguntas la cabeza, es pequeña e irritante, molesta a más no poder y tímida. Aún no sabía cuál era su problema, era delicada y sumamente sentimental. Después de ésto, no sé cómo preguntar aquello.
Siempre y cuando, tenía métodos que implicaban dolor en caso de que Aline no quiera corroborar.Tiré el cigarrillo al suelo y lo pisé con mis vans, apagándolo por completo. No quería iniciar un incendio forestal, y menos donde vivo yo. Tampoco era tan imbécil como Toby. Me encaminé a casa de Aline, veremos cuan rápido corrió, si llegó, ó si murió en el intento. No planeaba matarla, aún no. Mi corazón se estrujó al imaginar la muerte de aquella castaña. Pálida, con respiración entrecortada, hilillos de sangre saliendo de su boca, pidiendo ayuda. Cerré mis ojos con fuerza, y coloqué mis manos en los bolsillos delanteros. Suspiré y comencé a caminar.
De algo estaba seguro. Tarde o temprano descubriría la verdad sobre su vida.
(...)
Tal vez, sólo tal vez, podría creer que Aline sí llegó a casa. Pues su ventana se encontraba iluminada, con las cortinas corridas. El patio trasero se encontraba totalmente oscuro, el pasto aún se encontraba mojado y hacía demasiado ruido a mi preferencia.
—Bien ... comencemos.
Me acerqué con rapidez a la pared, tomando altura gracias al brinco que di. Escalé por las piedras que adornaban la casa de Aline. Esto me facilitaba las cosas de sobremanera. Soltaba suspiros cada cuanto, mi pecho oprimía mis pulmones y me hacia difícil la tarea de escalar. Cada vez me acercaba más y más, hasta que estiré mi mano y topé con el borde de la ventana de Aline. Usé las dos manos para impulsarme y subí una pierna, después la otra. Me recosté en el umbral mientras trataba de recuperar el aire. Giré mi cabeza a la cálida habitación, y admiré la dramática escena, triste y melancólica. Aline estaba dormida. Sobre un cuaderno abierto, bolígrafos de varios colores se extendían a lo largo de toda la cama y ella cubría las páginas de aquel libro con sus brazos, entre ellos acunaba su cabeza, con la boca entreabierta, y sus largas pestañas adornando su congestionado rostro. Hace unos instantes había bajado de la ventana, ahora me encontraba dentro. Cerré la ventana, la cual era formada por dos partes, se juntaban y al final tenías que unir un par de seguros.
Me acerqué un poco más a Aline, con pasos de ratón, ágil y tratando de no hacer ruido alguno que se reflejara en el piso de abajo. Rastros de lágrimas recorrían aún su rostro inmóvil, su cuerpo se movía arriba y abajo al son de su respiración y la mía. Pasé mi mano por las cobijas que la rodeaban y topé con las finas hojas del cuaderno. El extremo se encontraba algo húmedo, distorsionando el dibujo de una pequeña flor. No tenía ni idea de qué era aquello. Traté de jalarlo con mis dos manos, lentamente, se deslizaba por el rostro de Aline, hasta que logré sacarlo de sus garras. Se removió en su lugar y cambió de posición, dándome la espalda, cubierta por una cobija de caballos alados, o lo que parecían unicornios rosados. Me senté en la silla de su escritorio, crucé mi pierna y comencé a leer desde el principio.
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•Rec |Masky|
FanfictionPienso que las fotografías son recuerdos que necesitas conmemorar por siempre. Recordar un momento especial, alguna u otra cosa que te agrade, cosas que crees que sonreirás al verlas. Mamá era una de ellas. Quería grabar a flor de piel aquel d...