Me incorporé de mis lamentables y trágicos recuerdos, con el dorso de la mano sequé mis lágrimas, sintiendo cómo se irritaba la piel afectada por el llanto, un ardor e hinchazón en mis ojos impedía que los cerrara con facilidad, acompañado de un dolor de cabeza recién comenzado, no quiero imaginar cómo será en unas horas. Precavida, me levanté y caminé hacía la cocina con la cabeza gacha; impidiendo que vieran mis rastros de tristeza y culpabilidad. Realmente no había nadie quien me mirara, aunque puede que de un momento a otro, aparezca mágicamente papá de quiensabedonde, y mire mi evidencia de sufrimiento. A mi padre no le importaba mucho mi presencia en casa, se la pasaba trabajando día y noche, le habían ofrecido una oficina; la rechazó.
¿La razón?, no la sé. Así que comenzó a trabajar en la casa, aún así, pareciera que no lo está.
Puse un banquito azul, estaba claro que mi altura no sobresalía demasiado, no era una maldita garrocha, pero tampoco era un hobbit. Vamos, soy estatura mediana. Abrí la cajonera de la parte alta donde se encontraban todas las medicinas usadas tiempo atrás y que se fueron quedando, tomé una aspirina y bajé del banco nuevamente.
Me dirigí a el refrigerador y alcancé una botella de agua.Tomé la pastilla.
Pensándolo bien, papá se quedó en casa a trabajar, por miedo a dejar a su única hija sola, no conforme con eso, le compra un gato.
Chiswick.
Odié a ese gato desde el momento en que lo vi, al parecer tal sentimiento era mutuo, lo sé bien por que a los días escapo y no ha vuelto. (Ha pasado 1 año y medio)
Suspiré, dejando escapar mil palabras que quería soltar y no podía. Mamá me describía como alguien tímida, introvertida y curiosa.
"La curiosidad mató al gato"
Ciertamente, me sentía terriblemente identificada con esa frase; Masky me pareció alguien interesante y me picó la curiosidad de conocerlo más y saber cómo era. Fue un error.
Pensé, ¿Qué pasaría si no voy al bosque hoy? Evidentemente no sucedería nada, aunque si no acudía, la ansiedad carcomía mi estómago y mi mente.No en forma literal.
Subí las escaleras de regreso a mi habitación, al entrar, me detuve un momento a pensar, sí, mis momentos de filosofía. Cuando nos mudamos por primera vez aquí, tenía 7 años, tomen en cuenta que lo recuerdo por que caí en un pozo y me quedó un cuerno de unicornio.
Esta vez, literal.
Y mi habitación era de un color rosa, como cualquier niña de 7, que ama los ponys, hadas, princesas de Disney, el rosado y cualquier animal vivo y bonito, eventualmente, cambió de color, esta vez; púrpura, tenía 12 años. Creía que el púrpura era parecida a la palabra purpurina, lamentablemente yo no sabía el significado de esta, sólo me parecía linda, que idiota. Ahora, a mis quince años, mi cuarto es azul, tomé una buena razón por la cual pintarlo así.
Soy una loca obsesionada con los significados, siento que todo tiene una razón y un por qué de ser así, siempre pienso cosas fuera de mi alcance. Por ejemplo ¿Por qué estamos seguros de ver por los ojos? ¿Cómo funciona? Estoy segura de que bien podríamos mirar por las pestañas y no por los ojos. Mi curiosidad llega al infinito y más allá.
El azul representa principalmente la tranquilidad, además de muchos valores más, incluía también la fe y eternidad.
Y yo quería recordar a mamá hasta el final de mis días. Y quería que mis hijos la recordaran y los hijos de mis hijos. No quería que fuera olvidada de ninguna manera posible. Quiero que sea recordada para así vivir en el abismo que hay después de la muerte y que no sufra.
Decir que estaba aburrida era poco, decidí ir a la "oficina de papá" si se le puede llamar así, y saludarlo; si tenía suerte me abrazaría y me daría uno de esos grandes besos que plantaba en mi frente cuando era más pequeña, los cuales disfrutaba con todo su esplendor. Toqué la puerta dando tres toques; asimilando un ritmo.
Toc toc toc.
Una voz fría, ronca y cansada por la edad respondió a mi llamado— ¿Aline? —Me preguntó.
—Papá- comencé —¿Puedo pasar?
Tardó unos segundos en responder.
—Claro cariño, pasa— me respondió.
Giré la manija y empujé la puerta, rechinando en un abrir y cerrar, con una expresión de fuerza, volví a cerrar la puerta, recargándome en ella y explorando con la mirada la "oficina de papá", que había cambiado en mínimas cosas, aunque yo sí las notaba. Tenía papeles por doquier y olía a café quemado, con un toque de el perfume Calvin Klein que papá usaba a diario. Me embriagó el olor, pero decidí concentrarme en otra cosa, ignorar el olor serviría de mucho.
—Ahm, papá.—Giró su mirada hacia mi, quitándose los lentes y dejándolos en su escritorio- E- El gato no ha vuelto. Y ... Quería saber si podía tener un conejo. Claro, si no puedes no importa. Puedo esperar a que vuelva Chiswick.— Dije insegura.
Me examinó con la mirada, entrecerrando los ojos y parando una ceja, un gesto típico de los Eastwood— Aline, tengo mucho trabajo, pero, si quieres, el fin de semana podemos ir a comprarlo—Finalizó con una sonrisa sincera, que marcaba sus arrugas de la boca, los ojos y la frente.
— ¿Juntos?— Me emocione, papá y yo nunca salíamos, extrañaba esos días en los que íbamos al parque y comprábamos un helado.
— Si, juntos— Siguió con su sonrisa—Pero no podremos salir si no termino todo este trabajo.
— ¡Oh! Perdón, papá— Me acerqué a él y lo abracé, cerrando mis ojos para sentirlo en cada segundo—Adiós —le susurré, me separé de el y acto seguido, me dirigí a mi habitación.
Pósters de Harry Potter, Cazadores de sombras, Game of thrones y demás, decoraban mi habitación, dando a entender mi gusto por la lectura ficticia y realista, fotografías tomadas por mi, formaban un gran cuadro en una de las cuatro paredes azules.
—Y así quieren que esté en la realidad— murmuré, agachándome para tomar los libros de los que tenía tarea o trabajos pendientes.
Me senté en mi escritorio y abrí el cuaderno de Física.
—A quien engaño... me encanta vivir en la ignorancia— Dije, mientras miraba a través de la ventana y pensaba que era uno de esos pájaros que son libres y felices.
ESTÁS LEYENDO
•Rec |Masky|
FanficPienso que las fotografías son recuerdos que necesitas conmemorar por siempre. Recordar un momento especial, alguna u otra cosa que te agrade, cosas que crees que sonreirás al verlas. Mamá era una de ellas. Quería grabar a flor de piel aquel d...