Daniel

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"Oh, dios mio" —pensé.

Me dolía mucho la cabeza y creí que era por la luz del cuarto.

–¿Quieres apagar la luz, Lorraine?

-–¿Quién es Lorraine?

Abrí mis ojos lentamente, pude visualizar un chico rubio con ojos oscuros y una hermosa sonrisa.

–Oh no.

–¿Qué pasa?

–He muerto, estoy en el cielo.

Me llevé una mano a la cabeza.

–¿Hora de mi muerte?

–Pero que dices, no estas muerta, estás en tu cuarto.

Miré a los alrededores, estaba en lo cierto, me encontraba en mi cuarto.

–¿Dondé esta mi hermana, le has hecho algo o peor, me has hecho algo?

–Pero que cosas dices, no le he hecho nada ni a ti, ni a tu hermana.

Parecía muy seguro de si mismo.

–Lo último que recuerdo fue purpurina, tiempo lento y me desmayo, ¿¡dondé esta Lorraine!?

Necesitaba saber que le pasó a mi hermana y donde estaba.

–¡Tranquila! no te alarmes, solo ha desaparecido.

–Haha, "solo ha desaparecido"

Tomé aire.

–¡Pero como me pides que me tranquilice si mi hermana ha desaparecido! Encima soy la mayor, pff... -—me llevé las manos a la cara y me dejé caer en el colchón.

-–¿Por cierto, quién eres tu y por qué me llevo tan bien contigo?

–Soy Daniel y voy ayudarte a encontrarte —dijo sonriente.

–Dirás que vas ayudarme a encontrar a mi hermana, ¿no?

–No, la que está perdida aquí eres tú.

–Esa es la frase más... no sé, profunda, que he escuchado decir a un chico.

Vi como Daniel se recostaba al lado mio y ponía su mano por encima de mi cintura.

–Pues vete acostumbrado —dijo con una risita.

Acto seguido cogí su mano y la lanzé lo más suave y delicado que pude al otro lado de la cama.

–Alto ahí Romeo, fuera de mi cama.

–¿Por qué?

–A ver... ¿eres un desconocido?

-Igual que tu para mí.

"Me debe de estar bacilando" —pensé.

–Hmph, vale, me voy...

–¡Espera! ¿a dondé vas?

–Pues voy a llamar a la policía por acoso.

–¡Pero que no te voy a hacer nada!... ¡por favor no llames a nadie!

Empezaba a verlo un poco más serio.

–Bien, entonces explicame mejor que haces aquí y porque te he encontrado en mi cuarto.

–De acuerdo... la última vez que deseaste algo con muchas ganas era estar en tu cuarto y es por eso que has aparecido en tu cuarto, segundo cuando tu hermana trató de decirte que todo saldría bien dijiste que nada iba a cambiar y tu falta de fe y esperanza me hizo venir a ti, yo soy un aliado mandado de un mundo en concreto para ayudarte a recuperar las ganas de vivir y sonreir, y tercero tu hermana se encuentra en el mundo del que provengo sin saber nada de esta vida que tiene en el planeta tierra, hasta que no te encuentres tu hermana no volvera aquí; eso es todo, ¿vas a llamar a la policía?

–Por lo que me has contado no pienso llamar a la policía, sino a la NASA para que te devuelvan a tu mundo imaginario y busquen a mi hermana, pero voy a hacerte caso, quiero recuperarla. También he podido entender que si deseo algo con muchas fuerzas se acabara cumpliendo, ¿si pido encontrarme con mi hermana o que vuelva mi hermana a casa, se hará realidad?

–No, porque tienes que vivir varias experiencias antes de encontrarte y si deseas que tu hermana vuelva a este planeta volvera pero en otra parte del mundo, con otra nacionalidad, otra economía social y otra familia.

–Mierda, ¿y si deseo que desaparezcas?

–No puedo des-apa-re-cer si aún no te has en-con-tra-do.

–Buena separación de sílabas Daniel, ¿y que pasa con la vida social de mi hermana en el instituto y con su vida personal, aquí en casa y redes sociales?

–Al desaparecer, su huella en la tierra también, por lo tanto, es como si nadie nunca la hubiera conocido, ni tu madre, excepto tú.

–Vale, me voy a tomar esto con tranquilidad... Tu quedate aquí —dije.

No podía creerlo, mi hermana desapareció de la vida de todos e incluso la mía solo que yo la recordaría.

Bajé al comedor y en la encimera se encontraba un sandwich con una nota encima.

"Queridas hijas:

Ha surgido un nuevo viaje de negocios y por lo tanto estare ausente los próximos meses hasta verano, os quiero muchooo.

Posdata: Alice cuida de tu hermana :)

Vuestra madre, Liss xx "

–Otra vez —susurré.

Daniel bajó las escaleras hacia el comedor.

–¿Toda esta casa enorme es tuya? —preguntó, mirando asombrado los alrededores.

–De mi madre, mi hermana y mía, y ni se te ocurra mencionar a mi padre porque no sé donde se encuentra.

–Tu padre... siento como si cargaras con mucho dolor por ese nombre ¿quieres llorar?

–¿No?

Arqueé mis cejas un poco confusa pero cuando dijo esas palabras fue como si hubiera rasgado aquella herida que dí por curada.

–Quizás si quiero llorar...

–Pues ven aquí.

Daniel abrio sus brazos se acercó a mi y me abrazó con una intensidad que hizo que se me saltaran las lagrimas.

–Nunca antes había llorado delante de alguien —dije confusa.

–Siempre hay una primera vez para todo.


*

PD: Daniel en multimedia. Según mi imaginación.

Espero que de momento os este gustando la historia :) xx

Hasta El Fin Del MundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora