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Me desperté con la canción de reggaeton a todo volumen que hizo que me levantara y saliera del cuarto de Víctor.
Ahí fue cuando volví a meterme cuando la vi agarrada a la escoba.
Tenia tan solo un top negro y unos shorts que iban como bragas. El cabello atado en un moño despeinado. Y ella estaba aferrada a la escoba mientras barría y movia su cuerpo al ritmo de "la vecinita tiene antojo".
La miraba desde el cuarto, que había un espejo que hacia el reflejo y hacia posible que la viera. Como movía su cuerpo de tal manera que no podía parar de imaginarmela bailando eso para mí.
Mierda que sí tenia cuerpo.
Cuando terminó la canción, pasé corriendo al baño.
Vaya vecinita.
Necesitaba una ducha.
Fría.

Crónicas De Un IncomprendidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora