VIII. sensible

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"Me estoy aburriendo, ¿sabes?, nos estamos aburriendo. Tenemos vario tiempo de no hacerle una broma bien puesta a los de primero y no podemos seguir esperando a que nos des órdenes. Tú como líder no estás haciendo nada, te exigimos que hagas o mandes algo" reclamó un castaño hablando en el nombre de todos, el sujeto al cual se dirigía estaba sentado en una silla grande sobre una pequeña tarima, solo le faltaba el gato en los brazos para parecer el presidente de una mafia.

"Escuchen, tenemos que dejar pasar un tiempo, después de la última broma tenemos que dejar que las cosas se calmen, además, necesitamos un nuevo blanco" respondió con una voz profunda mientras dirigía la mirada a todos los chicos sentados en ese sofá verde mohoso con mucha intensidad. "¡Yo tengo un blanco!" Levantó la mano un pelinegro con una sonrisa satisfactoria. "Habla" ordenó el mayor.

"Es nuevo, y es un blanco fácil, su nombre es Kenai, primer año, está aquí por una beca, es mi compañero en clases de química y vaya que es un estúpido" indicó con una sonrisa cínica, el pelirrojo cerezo lo vio sin ninguna expresión en su rostro. "No" respondió haciendo que todos comenzaran a hacer bulla y a espetar. "¿por qué no?" gritó uno al fondo. "Porque no" respondió con serenidad "¿Creéis que no investigo a los nuevos?, los tengo a todos en la mira para precisar un blanco y atacar en cualquier momento, pero ese chico es demasiado vulnerable para nuestras bromas, no lo soportaría" contestó.

"¿Y eso cuando nos ha importado?" Preguntó otro en una esquina, el mayor le dirigió una mirada penetrante y seria que provocó que todos guardaran silencio, "¿acaso no soy yo el que toma las decisiones aquí?, he dicho que no" respondió, entonces un grupo de cuatro personas intercambiaron miradas cómplices. El mayor no pasó de alto ese gesto.

"Ya hicieron algo, ¿verdad?" Preguntó inclinándose hacia el frente comenzando a enojarse. Nadie contestaba y comenzaba a perder la paciencia, un compañero codeó a otro para que hablara. "...F-fue... una broma de bienvenida" a penas el mayor al oír eso, le pegó un fuerte puñetazo a la mesa de al lado quebrando un vaso cuando cayó al suelo e hizo un ruido sordo. "¡no tenéis que hacer nada sin mis indicaciones!, ¡lo sabéis bien!" Gritó, luego la estancia quedó en un perturbador silencio, el mayor se colocó los dedos en el puente de la nariz y suspiró pesadamente.

"No quiero que le hagáis nada a ese niño, ¿quedó claro?" Preguntó con voz fuerte, todos asintieron un poco desganados pero con mucha frenética, el líder dirigió la última mirada fría a todos, y se levantó de esa silla para salir sin decir ni una palabra más. Cuando abandonó la sala, todos comenzaron a renegar pero un cobrizo les llamó la atención. "¡chicos, calmaros!, si él dice que no le hagamos bromas, seguro es porque tiene mejores planes para el idiota" incluyó, todos comenzaron a sopesar, pero un comentario sobrepasó todas las voces. "Sí, seguro llevárselo a la cama" todos dirigieron la mirada al responsable de ese comentario y abrieron los ojos como platos.

"¿Por qué me miráis así?, oh por favor, no me digáis que ahora no sabéis que el líder le ha echado el ojo encima por eso, es un gay de primera y el niño tiene talle de que le gusta por detrás, ugh, no puedo creer que haya caído tan bajo, qué asco."
Replicó, un castaño comenzó a hacerle una mirada y un pelinegro le respondió "Oye..."
"¿Oigo qué?, díganme si no es demasiado obvio que es porque al líder le gusta, claro, pero según él, el 'niñito' es muy vulnerable, mis cojones, ¿saben?, ya me harté de que un maricón nos mande y que haga siempre lo que se le place" mientras tanto todo el mundo le dirigía miradas de 'cállate, maldita sea'.
"¿Por qué me miráis así?" todos desviaron la mirada y disimularon.
"...Está detrás de mi, ¿cierto?"

-x-

Estaba abatido, realmente estaba abatido porque no sabía con exactitud que hacía allí sentado, debería estar en su habitación estudiando para sacar buena nota en el examen pero no, estaba ahí sentado en aquella banca de la cancha, viendo como tíos con cuerpos corpulentos se ejercitaban, de pronto, unas manos grandes se colocaron en sus menudos hombros.
"Pensé que no vendrías" dijo una voz ronca tras él.

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⏰ Última actualización: May 26, 2017 ⏰

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