Luego de una recepción y bienvenida monótona, le dieron a Kenai un panfleto que tenía instrucciones, su horario y su respectiva habitación, leyendo se encontraba sobre los toques de queda, cuando escucha el timbre, abre los ojos como platos y se confunde pensando que es el llamado a las habitaciones, corre por los pasillos sin siquiera poder contemplar las grandes instalaciones y hermosas decoraciones, va con la vista en el panfleto mientras busca el número de su habitación correspondiente.
Kenai entró corriendo a los vestidores sin siquiera darse cuenta en dónde se estaba metiendo, cuando de pronto chocó con algo muy fuerte que hizo que el menor rebotara y volviera a la realidad, levantó la vista y se encontró con un tipo de dos metros con una toalla enrollada a su torso, dirigió su mirada confundido a toda la habitación y hasta ver a otros cinco tipos más en toalla, se dio cuenta que estaba en el vestidor para hombres. "Wow, eh, chicos, miren qué tenemos aquí" dijo el que estaba enfrente del menor con una sonrisa burlona, Kenai retrocedió dos pasos.
"¿Qué se te perdió?, niño" preguntó uno de los entoallados levantándose y dirigiéndose hacia él, entonces todos lo rodearon. «Oh, Jesús, ¿por qué» pensó Kenai asustado."Eh, me confundí de lugar lo siento" respondió dándose la vuelta pero se encontró con otro pecho desnudo, lo habían encerrado en un círculo, tragó saliva y comenzó a ponerse pálido.
"Rayos chicos, vaya que lo estamos asustando, pobrecito" burló uno con una media sonrisa. "No te asustes, niño" Kenai se giró de nuevo hacia la voz que habló, que había sido el primero. Sonrío perversamente "Sólo queremos jugar" dijo.El corazón de Kenai comenzó a palpitar muy fuerte, no entendía por qué en aquella escuela sólo habían tíos corpulentos y enormes, con torsos bien formados, él se miraba como un elfo escuálido en medio de todos. "¡ay chicos miren!, ya va a llorar" exclamó uno provocando las risas de todos, y era casi cierto, la expresión de Kenai era tan asustada que parecía que en cualquier momento se soltaría en llanto.
"Chicos ya basta" se escuchó una voz al fondo, fuera del círculo, todos voltearon a ver, y el círculo se abrió dándole paso a esa profunda voz."Oh vamos, sólo nos diverti-"
"He dicho que basta" sentenció apareciendo, alguien muy alto, con el cabello negro húmedo y también en toalla, también con el torso definido, y también medía como dos metros.
Kenai se fijó que todas las toallas eran color rojo, dirigió su mirada hacia los casilleros y visualizó que eran azules, se confundió un poco, no hasta ver unos uniformes tirados en unas bancas de madera.
«Oh perfecto, son de un equipo de deporte, perfecto. Ya me jodí»El que parecía haber impuesto autoridad fijó su mirada en Kenai y la mantuvo ahí mucho tiempo, observándole sin mayor expresión en el rostro. "¿Eres el del intercambio?" le preguntó. "Eh... no, v-vengo aquí con beca" respondió nervioso.
"Oh vaya, chicos, ¡ya encontramos quien nos hará las tareas!" habló uno haciendo que todos se rieran, el de cabello negro fulminó a todos con la mirada y rápidamente se callaron.
«Es el capitán» pensó Kenai por la forma en que todos le obedecían con un simple gesto."Wallace, es un placer" le dio su mano dándole el apellido, Kenai observó aquella mano, y levantó la suya, cuando sus dedos rozaron con la palma ajena, su mano queda atrapada en aquella gran manopla y Wallace tira de Kenai acercándolo a él, Kenai queda impávido observando hacia arriba al corpulento chico, Wallace lo observa con mucha suspicacia y luego de varios segundos sonríe. "Fuera de aquí, pequeño" le dice con un tono amistoso, pero burlón, Kenai asiente frenéticamente y sale corriendo de los vestidores con la frente un poco sudorosa por el sauna. «Qué gente más rara» piensa Kenai con la mirada clavada en la nada.
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Infantil ©
HumorInfantilismo: Estado o condición de la persona cuyo carácter o forma de comportarse tiene las características que se consideran propias de los niños, como la ingenuidad, la candidez, la irresponsabilidad, etc. "una cultura nace cuando un alma grande...