Just The Way You Are - Capitulo Cuatro.

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Caminé por varias calles antes de pensar en algo, no necesitaba ir a casa solo a comer, así que fui directo al centro, pase por un puesto de libros, me detuve a observar unos cuantos minutos.
Había de todo tipo de libros pero hubo uno que llamó mi atención, uno de repostería. Yo sabía hacer pasteles gracias a mi mamá, cuando era más joven y mientras mi hermana estaba ocupada con sus estudios, mamá me enseñó a hacer pasteles, cupcakes y cualquier otro tipo de postres. Pero no le hace mal a nadie retomar el aprendizaje, así que lo tomé, le pague al encargado y me dirigí hacia una cafetería allí cerca.

Al entrar ordené unos pastelillos y un café, pronto llego mi petición, me senté, comence a comer y abrí el libro, habia demasiadas receteas y consejos que obviamente tomaría en cuenta para mi nuevo trabajo. Para mi suerte, allí estaba James, el chico de la playa. El se acercó a mí.

-Hola.- Dijo el.

-Hola.- Sonreí. -Linda ropa, por poco no te reconozco vestido.- y giré mi vista hacia el libro.

-Lo lamento, fuí muy tonto.- Rió nervioso.

-Si.- a sentí.

-Debió ser por el juego.- Continuó el. -Me sentía alterado.-

No dije nada al respecto, de verdad no queria seguir hablando con el.

-Casi no dormi anoche de solo pensarlo, pase horas sintiendome un tonto.- Dijo el.

-Dudo que lo hicieras de verdad.- Lo mire. El rió mostrando los dientes.

-Te equivocas.- Sonrió y yo le devolví el gesto.

-Luego te veo.- Sonreí asintiendo.

-Eso espero.- Sonrió aún más.

Lo miré algo confundido, cerre mi libro y tome mis cosas.

-Si te encuentro ¿cómo te llamo?.- Dijo serio.

Suspire y lo segui mirandoncon algo confundido.

-Eddy.- Dije por fin.

-Eddy.- Sonrió. -Adiós Eddy.-

-Adiós. - Dije y salí del establecimiento.

Camine a casa, me fuí por el camino que daba frente a mi nuevo trabajo, allí estaba Will, lo mire y me acerque.

-¿Qué pasó?¿Ya abriremos?.- Dije

-No lo se.- Rasco su nuca. -Tengo que esperar unos pedidos, pero también tengo que ir a arreglar lo de la hipoteca.-

-Oh.- Mordi mi labio pensando. -¿Qué tal si tu vas y yo espero?.-

-Esa sería una gran idea.- Sonrió.

-Bien, pues andando.- Dije.

-Esta bien.- Sonrió. -Es probable que venga más tarde, pero si no.- Me entrega las llaves. -Cierras por mi.-

-Esta bien.- Sonreí y entre al local.

Estaría bien comenzar a familiarizarse con este lugar, era pequeño, pero acogedor, en la cocina habia un poco más de espacio, pero este estaba ocupado por unos grandes hornos, unas cuantas repisas y una pequeña mesa, todo sujetado a la pared. Fuera de la cocina estaban las mesas donde comerían los clientes, las mesas estaban decoradas como si fueran un caramelo y las sillas hacían conjunto con estas. Haría falta alguna decoración en las paredes. Además también estaba una pequeña barra, que dividía la cocina de las mesas. Era acogedor.

Varias horas después y aún no llegaba el dichoso pedido del que Will habló, quería irme a casa, pero no podía dejar solo el local sin que nadie recibiera el pedido. Lo único malo que impedía que me fuera de allí era que ya era de noche y según escuché a papá que esta ciudad de noche no era de fiar. Así que decidí pasar la noche allí. Dormiría en el piso, cerca de los hornos para poder estar cálido. Me recoste en el frío suelo y trate de dormir.
Se escuchaban ruidos extraños que me ponían los pelos de punta, pero nada mortal.

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