Capitulo 28 - La caja

528 40 2
                                    

La visita de Audrey la había tomado por sorpresa y cuando la había llamado su superior lo último que se hubiera esperado es que Audrey estuviera frente a ella.

Realmente cuando llegaban notificaciones o cartas de la única persona que sabia le escribía o le enviaba algo de vez en cuando mientras se encontraba en su servicio militar era su abuela que siempre le mandaba un nuevo lote de galletas junto con una pequeña carta recordándole que por favor se cuidara y que deseaba muy pronto verla nuevamente.

La semana pasada le habían llegado el paquete de galletas, entonces a como había pasado el tiempo no esperaba recibir nada en ese momento.

Camila se encontraba en su camarote, puso un pie sobre la mesa que se encontraba en el cuarto donde estaban sus cosas y donde se quedaba a dormir. Ella había estado tratando de disfrutar de una comida después de un largo día. Ahora era momento de encontrar la relajación, separar su mente de lo que había pasado hace una semana, el abrume y estrés que se había deslizado de nuevo de vuelta en su interior.

Como era de esperar, después de una tormenta, el gabinete donde tenían almacenados los tractores y automóviles sufrió un desperfecto y esa área se inundo a una altura considerable, provocando que se mojaran algunas de las partes donde precisamente no tenían porque mojar y ella como un terrateniente responsable de que las unidades estuvieran funcionales lo más pronto posible era completa y absolutamente su responsabilidad hacer que estas volvieran a funcionar dejándola durante ese periodo de tiempo en un estado de estrés y agotamiento.

Estaba desesperada por volver a su litera para disfrutar de unas horas de tiempo de inactividad. Ella levantó la vista y sonrió a la escuchar alguien tocar la puerta, abrió la puerta encontrándose a la tan familiar joven que le entregaba su paquete de galletas, tomo la carpeta de aceptación firmando de recibido y con la curiosidad de que sería lo que había recibido, si no tenia esperado recibir nada.

"Más galletas, supongo," dijo la joven, mientras decía eso le entregaba a Camila una pequeña caja de color marrón.

Camila soltó una risa compasiva en lo predecible que se había convertido su vida en la milicia. Pero cuando tuvo la caja en sus manos inmediatamente pudo notar como esta era diferente a los demás paquetes que había recibido siempre en otros meses. La etiqueta de la dirección de donde provenía esta caja no era la dirección de su abuela.

De hecho observando con mayor atención pudo ver que la dirección era de Lauren Junio, del bar el "Pub Jauregui". .

Camila lo sabía, lo había deseado, Lauren no había sido capaz de olvidar su tiempo que pasaron juntas, ni los días, ni esa noche.

Aunque hubo momentos en su tiempo del servicio en que realmente se sentía sola, siempre solía recordar con cariño el tiempo que paso junto a Lauren, siempre recordándolo con mucho cariño, la verdad era que a pesar de que el pensar en Lauren era una cuestión complicada ya que muchas veces pensaba que lo que estuviera haciendo en ese momento a lo mejor podría estar en ese momento con Lauren y las cosas que podría haber estado haciendo con ella, y eso en algunos momentos hacia que su tiempo de servicio se volviera en algunas ocasiones más difícil y en algunos otros momentos algo más llevadero.

Lo único que mantenía a Camila, de una manera un poco más sana es en la promesa futura del hecho de pensar esa segunda noche con Lauren.

Camila rápidamente ya una vez habiendo cerrado la puerta de su cuarto, recordando que en el cuarto donde dormía no estaba sola, ya que tenía una acompañante, que afortunadamente en ese momento no se encontraba, cerró la puerta poniéndole seguro, corrió rápido con la caja en mano, quito las cosas que había dejado desperdigadas sobre su cama recorriéndolas con la mano para hacer un espacio.

A Proper Send-Off - Fanfic CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora