1. Un chico cabra y un fantasma bastante atractivo me llevan de paseo

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Bien, empezaré por presentarme. Mi nombre es Millicent Curry. Sí, curry, como la salsa esa que está tan buena. Prefiero que me llamen Millie, Millicent es un nombre horrible (gracias mamá). Tengo 15 años y soy de Houston. No, no tengo ningún problema.

La historia de mi vida es bastante corta. Nací, mi madre me abandonó y me las apañé para vivir sola. Según ella, lo hizo porque no podía hacerse cargo de mí, aunque parecía que más bien me tuviera miedo. Nunca supe el por qué de esto hasta hace poco tiempo. Será mejor que cuente todo desde el principio, dejad que me prepare... Ejem... Ya, empiezo.

Estaba en un parque cercano a mi apartamento, sentada a la orilla de un lago. El agua siempre me había tranquilizado, era como si estuviera en sintonía con ella. Y tal vez así era, o eso me decían los pocos "amigos" que tenía, ya que mis ojos eran tan azules como el agua más pura.

Bueno, pues eso, que estaba ahí y vino una cabra. Sí, una cabra. Solo que andaba a dos patas y tenía una cara normal, de humano. Pensaba que me estaba volviendo loca. Luego me di cuenta de que ya lo estaba, jajaja.

Lo mejor de todo es que la cabra empezó a hablarme.

- Eh, -dijo el chico cabra- tú, ven -me hizo un gesto para que le siguiera. Yo, como nunca tuve una madre que me dijera que no hiciera caso a las cabras desconocidas, fui con él.

- Ehm... ¿Qué... quién eres? -pensé que sería grosero decirle "Eh, ¿qué eres? Porque nunca había visto una cabra como tú, ya sabes. Caminando a dos patas y hablando", así que cambié mi pregunta.

- Perdona, -se paró en un claro bastante alejado de los lugares transitados. Estabamos rodeados de árboles, nadie allí nos vería- soy Grover. Supongo que estarás un poco confusa, pero ahora tengo algo de prisa, ¿te importaría acompañarme a un sitio?

Vale, ahora sí que estaba asustada. Una cabra que se llamaba Grover tenía prisa y me quería llevar a un sitio. Iba a decir que no, pero de repente apareció otro chico. Salió de entre las sombras. Literalmente. En un momento no estaba, y al otro... Bueno, que ya os hacéis una idea. Parecía un fantasma. Era escuálido, estaba en los huesos, y su piel estaba pálida y llena de cicatrices. Sus ojos negros reflejaban una profunda tristeza, y tanto su alborotado pelo negro como su vestimenta (una cazadora de aviador, unos pantalones negros y una camiseta con una calavera), le daban un aspecto interesante.

Por alguna extraña razón, cambié de opinión y decidí irme con el chico cabra y el atractivo fantasma.

- Grover, no tenemos tiempo, nos están siguiendo -además de guapo, era un malote. ¿Quién le estaría siguiendo? ¿La policía? Tal vez fueran un grupo de gansters...

- Sí, vamos -Grover pareció alterarse- Ah, por cierto, ¿cómo te llamabas? -me preguntó.

- Millie Curry -Grover aguantó una risita. La verdad, no le culpaba, sonaba bastante ridículo.

- Pues... Millie, -señaló al chico fantasma- este es Nico, Nico, esta es Millie -nos presentó. Nico... ¿Un nombre italiano? Definitivamente eran gansters. Aunque nunca había pensado en una cabra como tal.

- Un placer -Nico hizo una pequeña reverencia, y, apartando la mirada, continuó hablando- Vuelvo a repetirte, Grover, que nos están siguiendo.

- S-sí, sí, ehm... Millie, necesitamos que vengas con nosotros, por favor -me puso ojitos de cordero degollado. ¿Lo pilláis? Cordero. Jajaja. Ah. Olvidadme.

- Mm, ¡claro, por qué no! No hay nada de malo en ir a un sitio desconocido con dos completos desconocidos a los que están persiguiendo -forcé una sonrisa. Debió de salirme algo muy raro, pues no estaba acostumbrada a hacerlo.

Millie Curry y Los Dioses del Olimpo (PJO y HoO) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora