A la mañana siguiente, me despertó otro... dioses, "sonido de aviso", vamos a llamarle. La verdad, era bastante más temprano de lo que me solía levantar, pero ese día estaba impaciente por pasar tiempo con mis nuevos amigos.
Nada más levantarme, me puse mi camiseta nueva del Campamento Mestizo. Me hacía mucha ilusión formar parte de un lugar en el que todos los días te jugabas la vida luchando contra monstruos. No, no es broma. Sufrir mola. El sufrimiento es lo que tomo todas las mañanas para desayunar.
Vi que Percy aún seguía dormido. Me acerqué a su cama y le miré fijamente. Estaba babeando. No pude reprimir una sonrisa. Era adorable. Le di un beso en la frente y salí corriendo de la cabaña, mientras le oí decir algo así como "noo, los ponis pez noo".
Eso me recordó al pegaso del día anterior. Debía preguntarle a Nico cómo conseguir uno. Iba camino de su cabaña cuando un chico lleno de hollín vino corriendo hacia mí.
- ¡Tú! -me señaló. Tenía el pelo rizado alborotado, las manos llenas de aceite y una expresión tan despierta como la de un toro hasta arriba de cafeína delante de una tienda de... cosas rojas- Eres hija de Poseidón. Necesito agua. Ayúdame.
- Eh... Perdona, pero aún no sé cómo controlar mis poderes y eso -el chico se cruzó de brazos y se quedó mirándome, pensativo- Por cierto, -me atreví a decir- ¿cómo te llamas? Fuiste el que ayer me dijo lo del martillo, ¿no?
- Seeep, ese fui yo, Leo Valdez, a su servicio -me cogió la mano y la besó delicadamente. Normalmente, si un chico me hacía eso, le daría una cachetada tan fuerte que su cara estaría roja de por vida, pero... no me quería manchar de hollín.
- Un placer... -alcé una ceja- Yo... Soy Millie.
- Millie, buen nombre -mágicamente, un destornillador apareció en su mano, y comenzó a rascarse en la sién con él- Entonces, ¿no sabes usar tus poderes? ¿Quieres que te ayude?
- ¿Cómo se supone que harás eso? Eres hijo de Hefesto, ¿no? El agua no es lo tuyo -me crucé de brazos.
- Bueno, no será muy difícil, supongo que es más o menos lo mismo que controlar el fuego -se encogió de hombros.
- ¿Puedes invocar fuego? Nico me dijo que los hijos de Hefesto no podían hacer eso cuando le pregunté -le miré sorprendida.
- Al parecer Di Angelo se olvidó de mencionarte a Leo Valdez -sonrió de lado y alzó su mano, haciendo que una pequeña llama apareciera en ella- Soy el único que puede hacerlo
- Guau -no pude evitar sonreir, era increíble- ¿Y no te quemas?
- Noope -deshizo el fuego de la palma de su mano- Ese es otro de mis poderes, que sería lo mismo que tú puedas respirar bajo el agua.
- ¿Puedo? -cada vez flipaba más.
- Percy puede, así que tú puedes -me cogió de la mano y me arrastró con él- Ven, vamos al lago, intentaré enseñarte.
No estaba muy segura de que pudiera ayudarme, pero lo seguí. El chico era simpático, me vendría bien hacer más amigos en el campamento, y diciendo que no a su ofrecimiento no iba a ganarme su simpatía.
Llegamos al lago, en el que unas náyades reían y se peinaban unas a otras. Cuando me vieron, inclinaron levemente la cabeza. Hice lo mismo, pensando que sería una especie de saludo.
- Esas náyades te tienen respeto por ser hija de Posi, es una suerte, están bastante buenas -dijo una vez nos alejamos un poco.
- ¿Posi? -alcé una ceja. Pensaba que si insultabas a los dioses o les llamabas de alguna manera inadecuada, te partían en pedacitos y te mandaban al Tártaro, pero Leo parecía bastante tranquilo.
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Millie Curry y Los Dioses del Olimpo (PJO y HoO) [PAUSADA]
General FictionVale, sé que el nombre de esta historia no da muchas ganas de leerlo, pero qué queréis, es el nombre que me puso mi madre, y como soy la protagonista, esto tiene que tener mi nombre, ¿vale? Vale. Soy Millie Curry. Un día llegué a un lugar al que lla...