Capítulo 6

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Capítulo Seis

Sus brazos se habían entumecido hacía ya bastante tiempo. Eso había sido bueno, parte del dolor había desaparecido con ello. Su cuerpo estaba lacerado, las marcas del constante azote que había recibido por las últimas dos horas se regaban por su, ahora, penoso cuerpo. Estar colgado cual saco de arena a la intemperie para que aquel funesto bastardo lo golpeara no había sido algo fácil, pero él tenía que resistir... por Dahl tenía que hacerlo.

—Entonces... ¿por dónde nos quedamos? —Dijo con una malvada sonrisa Axel mientras se limpiaba el sudor de la cara- creo que es hora de mi sesión de boxeo.

Lenard trató de cubrirse, pero sus brazos no respondían en absoluto. El tipo se colocó unos guanteletes en las manos y dio unos cuantos puños al aire. ¡Maldición!, si sólo él pudiera hacer algo para liberarse.

—Sé que tu novio es un buen rastreador —Habló Axel con una sonriendo como un demente- verás... él me capturó hace algunos años cuando secuestré a una mujer de Sweet Valley, ¡un tonto veterinario me capturó!, pero el mundo es justo ya ahora puedo matarte a ti y a él, dos por el precio de uno.

El sujeto empezó a reír como un psicópata. Sin previo aviso Lenard sintió un golpe fuerte en su estómago que le sacó el aire. Trató de recuperarse pero más y más golpes le eran dados. Sintió un dolor especialmente profundo en una de sus costillas. De seguro se había roto. Pero él no tenía tiempo para preocuparse por sí mismo. Tenía que descubrir la forma de evitar que Dahl saliera lastimado por su culpa. Tenía que hacer algo para evitar que el loco que tenía en frente pusiera sus manos encima de Dahl.

Yo te puedo ayudar.

Dijo aquella vocecilla... ¿Niriel se llamaba?

Sólo tienes que darme parte de tu sangre y te ayudaré a escapar de aquí.

¿Parte de su sangre?, Lenard estaba confuso, ¿por qué tenía que dar parte de su sangre?, y más importante, ¿cómo diablos el tipo que lo había secuestrado y estaba a punto de golpearlo no había notado a la voz.

¿Tenemos un trato?

Lenard con las pocas fuerzas que tenía asintió.

+++

"Más velocidad."

Necesitaba más velocidad. Sólo un poco, el olor se había hecho más y más fuerte. Había percibido una vaga esencia metálica, su chiquillo debía estar sangrando. Debía ser más rápido, ¡¿por qué diablos sus piernas no se movían más rápido?!

—Sólo un poco más... Lenard aguanta sólo un poco más

Dahl se apresuró aún más, en su forma de lobo él era uno de los más rápidos, pero ahora que corría por su pareja sentía como si corriese a través de un rio de fango. Si tan sólo pudiese correr más rápido, sólo un poco más rápido.

—¡MALDITA SEA!

Dahl gruñó, y lloró con desesperación. El lugar al que habían traído a su chiquillo era sencillamente detestable. La fábrica de algodón del pueblo Sweet Valley que había sido abandonada hacía ya muchos años. Un sitio demasiado obvio para esconderse, pero a su vez, un sitio en el que muy pocas personas pensarían en hacerlo. La fábrica quedaba cerca de una de las granjas de cerdos del pueblo, lo que hacía que el olor fuese insoportable. El lugar, en términos generales, se estaba desmoronando por sí mismo, y la hierba y el moho habían cubierto lo que en algún momento podría hacer sido un impecable edificio.

Sin corazones rotosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora