#15

9.8K 739 42
                                    

¿Qué? Oh. Dios. Trágame tierra. Ahora. ¿Mi hermano me había visto? ¿Cómo era eso posible? Yo no lo vi por ningún lado.

Como si eso fuese una excusa...

Como si tuviera poderes de telepatía o supiera leer mi mente, mi hermano responde al bombardeo de preguntas que me han aparecido en mi mente.

-Estaba en la barra, recogiendo algunas bebidas y cuando me doy la vuelta, ¿sabes lo que veo? A mi hermana besando a Christopher, ¡¿en qué  estabas pensando?

O no, ¡por favor! Una charla ahora no, me cabeza va a estallar. Y tampoco tengo ganas de tener una bronca con mi hermano y dejar de hablarnos, como cada vez que nos peleamos.

-Christopher tendrá veinte años, pero no es como cualquier chico que te tiras cada fin de semana, ¿sabes? -grito.

¿Qué había dicho? ¿No me habrá dicho zorra en otras palabras? Y exploté. Otras personas podían decirme lo que quisieran, pero de él, no me lo esperaba.

-Jamás pensé que oiría decir a mi propia hermano llamarme, perra-me enderece en el sillón y clave mi mirada en sus ojos -Si crees que soy una zorra dímelo a la cara de nuevo... Dime que soy una zorra por estar cada semana con uno diferente, ¡dímelo! -sentía como me ardían los ojos -Pero no me pidas explicaciones de por que soy así, por que tu estuviste ahí, cuando Dyland me violó, cuando él me quito lo único valioso que me quedaba, mi virginidad... -sentí las primeras lágrimas caer.

-Ari yo... -intento hablar, pero yo sabia que no podía negar nada de lo que había dicho, que no podía reclamarme nada. Yo había sufrido, mas que nadie y él, mejor que nadie, lo sabia.

Me limpie con brusquedad las lágrimas y me alejé de él. No quería saber nada de él en lo que quedaba de noche. Mañana seria otro día y podría culpar al alcohol, hoy no.

Al llegar casa, subí rápidamente a mi cuarto, cerré con seguro y me tire en la cama. ¿Lloré? Como una Magdalena. Las palabras de mi hermano seguían ahí, reproducidas una y otra vez en mi cabeza. No podía, no podía aguantarlo más. Quería estar con mi madre, ella sabría que decirme. Ella es todo lo que necesito ahora. Solo ella.

Me cambie de ropa y me desmaquillé. Al mirarme al espejo, noté grandes bolsas debajo de mis ojos. Había llorado demasiado. Mamá.

Odiaba ser tan niña cuando me criticaban, cuando me llamaban zorra. Eran tan débil y a la vez no quería serlo. Quería ser fuerte, afrontar las cosas y no llorar. Eso era la única cosa que pedía al año nuevo. Menos llorar y mas felicidad.

Unos golpes en la ventana llamaron mi atención. ¿Enserio? Típica escena de película. Por que no me extraña. Lo único que deseo es que no sea nadie indeseable. Me acerque a la ventana, corrí la cortina y abrí el pestillo. No pude creer lo que vi. De verdad que no.

-¿Qué haces aquí?

Behind his gaze •1•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora