Mi versión Jorlara

Bienvenido, bebé Correa

POV Jorge Correa

- ¡Jorgeeeeeee!

El grito de Clara me despierta a las 5am. Prendo la luz del velador y la veo apoyada sobre el respaldar de la cama, con las manos en su panza de 9 meses.

- ¡Jorge, ya viene! –dice agitada-

- ¿Ya viene quién? –respondo desorientado-

- ¿Cómo quién? –me mira furiosa- ¡Tu hijo!

- Me despertas a las 5 de la mañana gritando. No puedo reaccionar –me levanto de la cama a los saltos y me empiezo a cambiar-

- Apurate, por favor –decía inhalando y exhalado aire apurada-

- ¿Qué hago? –pregunto ya cambiado-

Los hombres somos inútiles para estas situaciones. No sabemos cómo tratarlas ni qué decirles para calmarlas. Y ni hablar de los dolores y el mal humor que les ataca. Es comprensible, están por parir. ¿Quién puede estar tranquilo?

- Agarrá el bolso y andá a sacar el auto. Mientras, voy a cambiarme.

No perdí un segundo más. Hice lo que me pidió y volví a subir para ver si ya estaba lista.

- Clara, dale –le golpeo la puerta del baño- Vas al hospital, no a una pasarela

- ¿Qué? –abre la puerta con el cepillo en la mano- Eso no quiere decir que haya que perder la elegancia

- Vos estás linda igual

Dicho eso, la alzo a upa y la llevo hasta el auto.

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POV Jorge Correa

- ¿Y? –Clara se retuerce en la cama por los dolores-

- Vas a cesárea –me siento al lado de ella y le tomo la mano-

- ¿¡Qué!? ¿¡Por qué!?

- Es que... va a ser un nene grande.

- ¿Ya le avisaste a la familia?

- Sí, quédate tranquila. Están viniendo. Vos concéntrate en esa personita que tenes ahí –le sonrío-

- Anselmo, en 20' entra al quirófano –dice el doctor entrando a la habitación- ¿Está lista?

- No... -solloza- Quiero que mi marido me acompañe

- No puede entrar gente ajena al personal. Lo lamento –comenta el médico-

- No me dejes, Jorge –su mano aprieta la mía-

- Va a estar todo bien, Clara –trato de calmarla- Yo te voy a estar esperando acá. Te amo

- Yo también te amo

Le di un beso y los enfermeros se la llevaron para hacer su trabajo.

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POV Clara Anselmo

Parpadeo unas cuantas veces para acostumbrarme a la tenue luz del hospital. Como puedo, trato de sentarme en la cama.

- Jorge –le sonrío cuando entra en la habitación-

- ¿Cómo andas? –se acerca y me da un beso en la cabeza-

- Bien. ¿Dónde está?, quiero verlo. ¿Está bien?

- Sí –ríe- Cuantas preguntas

Va hasta la cuna que estaba a unos metros. Alza a nuestro hijo y me lo entrega con sumo cuidado. Le hago lugar en la cama para que se siente a mi lado. Con el movimiento el bebé abre apenas sus ojitos.