Carta 37

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¿Madurar? ¿Para qué? Si lo primero que madura es lo primero que se pudre.

Querido José:

Sé que estas esperando que comience a hacer un drama de todo esto o que comience a insultarte de todas las maneras posibles pero, aunque debería de hacerlo, ni siquiera vales eso. En realidad, quiero agradecerte.

Quiero agradecerte porque a pesar de todo me regalaste maravillosos momentos y recuerdos inolvidables que atesoraré por siempre. La sensación de tu mano contra la mía, el sonido de tu risa, las bromas y conversaciones secretas que morirán con nosotros, el calor de tu abrazo, así como me mataste también me diste vida por mucho tiempo.

Quiero agradecerte por enseñarme a valorar los sentimientos de las personas: fui una simple marioneta en tus manos sin realmente querer mi cariño, simplemente un capricho de tu parte o una absurda necesidad de atención y cuando te cansaste simplemente me desechaste sin importar mi dolor. Por ti aprendí que el tener el corazón de otra persona en tus manos es algo muy preciado y que si no planeas cuidarlo nunca deberías tomarlo.

Quiero agradecerte por cambiar mi perspectiva de la vida: no lo puedo negar, me enseñaste a sonreír, a vivir al límite, me hiciste una persona más positiva y eso es algo que atesoraré aún sin tenerte.

Quiero agradecerte por enseñarme que soy una persona fuerte. Por momentos casi me quebraste completamente, me dejaste tirada sin importarte en lo absoluto, pero aprendí a vivir con el dolor, a seguir luchando, aprendí que soy más fuerte de lo que creía.

Finalmente quiero agradecerte por que debido a ti aprendí a valorarme y a tener mejores expectativas. Ahora busco a un caballero, no a un egocéntrico, alguien de sentimientos, no de emociones, alguien seguro de sí mismo, no un desertor. Un día hallaré a un hombre no a un niño.

Aprendí gracias a ti que no cualquiera merece mi cariño, que no se cree en palabras y que incluso debes dudar de los hechos, que solo un verdadero hombre merece el corazón de una mujer que le ha dado su amor por completo.

Debería odiarte, insultarte, tratar de humillarte, pero es más lastima lo que siento, porque tú mismo te estás destruyendo. Me has herido, sí, pero las heridas sanan y de las lecciones se aprende, la vida continúa cariño y yo también, y un día solo serás un capítulo más dentro de todas las grandiosas cosas que logre en mi vida.

Ha llegado la hora de avanzar y finalmente me siento lo suficientemente fuerte para hacerlo. Esto es lo último que alguna vez te escribo. Me diste los motivos suficientes como para darle paso a la razón y no al corazón. Que tengas una buena vida, en serio lo deseo, ojalá un día te ames y te aprecies lo suficiente y encuentres amor y sepas reconocerlo, pero para mí hoy es el "hasta nunca"


Y te odio por eso

Y por eso te odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora