Y por eso te odio

No eres tú, soy yo

Si alguien se va de tu vida, dejalo ir, si vuelve no lo aceptes. Si de verdad te amaba no tenia porque irse.

Querido José:

 No eres tú, soy yo, pero si también eres tú y mucho. Nos enamoramos sin pedir permiso. Sin darnos cuenta. Puede ocurrir en tan sólo unos segundos y cuando pasa ya no puedes hacer nada para evitarlo. Eso es lo malo de los sentimientos, que no podemos mandar sobre ellos. Ni cuando nos encantamos ni cuando nos desencantamos.

No eres tú, soy yo. Y donde antes sentía mariposas ahora sólo siento monstruos. Donde había sexo con muchas ganas ahora no quedan ni los deseos. Donde todo era maravilloso ahora todo es insignificante. Todo lo que parecía romántico, ahora simplemente me da náuseas. Todos los planes y proyectos juntos ahora parecen desconocidos y desagradables. Simplemente dejaste de encantarme y enamorarme.

Y no eres tú, soy yo, porque sigues pensando que no puedes decir casi nada malo de la otra persona y crees que quien se quede con ella tendrá mucha suerte, pero que no es para ti, sin embargo lo fue durante un tiempo y tú estabas estancado.

Esto también ocurre sin darte cuenta. Un día despiertas y de repente ya nada es lo que solía ser. Entonces, ni soy yo ni eres tú, es la magia que ha desaparecido. Como si de un hechizo se tratase. Cuando estás bajo los efectos de la magia y la química todo te parece absolutamente increíble e insuperable y lo más importante, te hace sentir feliz, pleno y único. Pero cuando la magia se acaba, ya no hay nada que hacer. Todo es amargo y donde viviste el cielo ahora sólo hay infierno, y no hay nada peor que intentar sentir cuando ya no tienes esa capacidad.

Así pues, soy yo y eres tú, y sobretodo la magia que nos ha abandonado, y que dudo que algún día podamos recuperar.

Y te odio por eso.