Muchos decían conocerla, va, creían conocerla. Ella era tan transparente como el agua, o eso creían.
Ella guardaba para si misma sus mejores partes, sus miedos más oscuros, sus recuerdos más dolorosos y sus sonrisas más sinceras.
Vivía noches intensas de las que nadie más que ella y su mente sabían. Podía quemarse viva en los peores infiernos y nadie se daba cuenta.
Le gustaba tener amigos, conocidos, le gustaba pasar el tiempo con gente. Ella se llevaba bien con todo el mundo y no sufría la perdida de los lazos amistosos, por que entendía que algunas personas son simplemente pasajeras en la vida de uno, sabía que podía divertirse y reír a carcajadas con gente que quizás mañana ya no estaría a su alrededor.
A veces sus verdaderos amigos, los que sí eran amigos ((que ella sabía perfectamente quienes eran)) le cuestionaban por que hacia cosas por gente que sabía que no eran amigos. Y para ella no había un exacto porqué, pero si había una forma de ser. Y así era ella, le gustaba ayudar a quien sea, sin importar que mañana no lo fuera a ver más. Y no lo hacia por el otro, sino más bien por ella misma.
"Lo que das te lo das y lo que no das, te lo quitas." le había dicho una vez su profesora de Literatura el último año de la secundaria. Esa frase la marcó muchísimo. Esa mujer, por que con unos cortos 24 años, ya era una mujer hecha y derecha, la marcó muchísimo.
Ella aprendió a entender, comprender y aceptar. Y así logró no llevarse tantas decepciones en su vida. Claro que el alma es frágil y estando enamorada se ha llevado decepciones por esperar cosas que nunca pasaron, pero ya estaríamos hablando de temas del corazón y eso es otro tema.
Ella siempre entendió a la personas cuando no pudieron estar para ella en sus momentos de mayor fragilidad, por que las personas tienen vida, tienen problemas, tienen sus propias cosas por las que preocuparse. Y eso es algo que a tantas personas les cuesta entender, que no sólo ellos tienen problemas y necesitan contención. A veces el resto también necesita ayuda.
Era de esas personas que irradian una luz tan pura y tan brillante, que fácilmente puedes confundirla con el sol. Cuando se enamoraba era algo tan hermoso de ver, se convertía en una poeta empedernida que llenaba de magia cada lugar por el que pasaba.
Quería mucho a muchísimas personas, pero el círculo de personas que en verdad le importaban se reducía a su familia y 5 amigos/as. A esas personas sí que las amaba y se desvivía por verlos bien. No era de extrañar nunca a nadie que no fueran esas personas.
Y trata de vivir plena y feliz aunque muchas veces sea tan difícil. Ayudando a quien fuera con lo que pudiera y sin apegarse demasiado a nadie.