Escape perfecto

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La doctora se despidió hace una hora con veintisiete minutos y catorce segundos. Quince. Dieciséis. Diecisiete. Dieciocho. Diecinueve. Veinte. ¡Ah, como me frustra contar los segundos para poder salir de aquí!... Debo ser paciente y mostrarme relajado, así nunca se esperarán mi huida, será una mañana tranquila. He visto a la mayoría de los que quieren escapar, como Jerry, mi compañero de desayuno, tenia buenas ideas, escalar, cavar, clavar un tenedor en el ojo de algún médico y a pesar de todos sus intentos no logró escapara y se ganó una semana de castigo. Para algunos no son tan malos los castigos, de hecho los prefieren como Manny, una compañera con la que jugaba ajedrez. Ella es masoquista y disfruta del dolor, un par de veces, cuando se sentía muy estresada me pedía que la mordiera en el cuello, las piernas o los brazos, y mientras yo cumplía su petición me cambiaba las piezas de lugar y me ganaba la partida, según ella, sin que yo me diera cuenta. La dejé ganar noventa y dos veces una vez, porque a mi me gustaba morderla, sentía sus nervios pasar por mis dientes y a veces tronar, y le escuchaba a ella gemir, a veces no sé si de gusto o de dolor... Puede que de ambos, pero jamás lo sabré. Volviendo a Jerry, necesito superar todas sus ideas, el detalle de él es que siempre avisa antes de hacer las cosas: Con la mirada, con un movimiento de manos, con un espasmo muscular, siempre hay algo que lo delata y que observan las aves de rapiña que trabajan en el área de cámaras de vigilancia, nada se les escapa. Así que yo debo ser mas inesperado, pero si pienso en ello ahorita me delataré... 

Debo pensar en algo que me relaje... Kathy.... Katherine Cavna... Sí... Ella... A veces... Pierdo la noción del tiempo mientras duermo y no sé que hacer al despertar, porque sueño con Kathy... Ella odiaba que la llamara así, pero a mi no me interesaba. En realidad, ahora que lo pienso, solo a mi me dejaba llamarla así. Era su nombre especial para mi. Ella ha sido la única persona en el mundo que he invitado a pasar a mi mente, porque ella era la única persona en el mundo que no se volvería loca al entrar a mi psique. Fue un regalo de cumpleaños que yo le hice. Ella y yo nos conocimos hace cuatro años, ella tenia mi edad actual y yo apenas tenia doce. Siempre recordaré la primera vez que la vi y a pesar de ser tanto el tiempo que no la veo, su imagen está tatuada en mi mente, si yo dejará que alguien más entrara ahí, seguro se la encontraría cantando "El suelo es de lava". Era su canción favorita y le encantaba que yo se la cantara toda la noche, cuando se escapaba de su casa y corría hasta mi casa, entrando por el techo, no sé como. Cuando cumplió diecisiete, ocho meses después de que nos conociéramos fue como cada noche hasta mi cuarto y me dio un beso en la mejilla, yo siempre he tenido problemas para acercarme a las chicas y cuando ella tubo ese gesto conmigo me petrifiqué, no supe que hacer. Cerré mis ojos y me acostó en su regazo como a un pequeño bebé. Cuando me desperté estaba helado como tempano de hielo y mi habitación parecía un refrigerador. Corrí con desesperación mortal, sin saber exactamente porqué. Al llegar a su casa entendí todo, la noche anterior, ella se había ido a despedir de mi. Había muchos bomberos apartando los restos de cenizas de la casa para encontrar los restos calcinados de los habitantes de la casa de Kathy y cuando yo me acerqué alcancé a rescatar una nota. Una nota con la letra de Katherine que decía:

      Querido Oli: Yo me he marchado a un nuevo mundo, no me busques, solo el día que me dejes de             buscar me encontrarás donde menos creas que estoy. No estoy tan lejos como crees, me podrás             sentir cada vez que al cielo mires

Con cariño para ti, mi dulce niño: Kathy.

 Yo la busqué a través de las 15 dimensiones de la primera realidad, la busqué en el sitio más recóndito de este mundo, más allá de lo que ha llegado cualquier mortal, a donde los dioses mismos se han perdido, yo no quería dejarla ir. Hasta una noche de tormenta... Ha sido la noche con más agua en mi vida, acepté que ella se había ido... 

Hora de despertar, hoy es el gran día...

Salgo con la camisa de abrazos  (Es que camisa de fuerza suena raro) y me llevan al patio, pido un par de libros, como un poco mas de lo normal y espero tranquilamente la hora perfecta: Esta tarde llegan nuevos doctores, los cambian cada 4 meses, para evitar que también los doctores tomen nuestros trastornos. A las 17:00 abrirán la puerta y me podré colar entre los nuevos. Tengo ropa azul de la que usan para entrar a vernos guardada en un arbusto del jardín. Podré salir de nuevo y valdrá la pena....

Todo ocurre al pie de la letra, me visto, corro hacia la puerta como si fuese un médico atrasado y salgo sin más. Al sonar la alarma de que no estos en mi celda me encuentro doblando tranquilamente la esquina del centro psiquiátrico y me desvanezco con el lindo atardecer. Después de caminar unas horas entro en una tienda y compró un mapa para decidir hacia donde ir. Debo re ubicarme lejos de aquí pronto... 

¿Crees que estoy loco?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora