~18~

5K 347 47
                                    

Los dos jóvenes shinigamis se apresuraron a mas no poder para llegar con su amigo de lentes.

Cuando Ichigo y Rukia se ha cercaban hasta casi estar junto al joven lo vieron correr tras "algo".

Al seguirlo para darle caza a tal ser u objeto por el que Uryuu apresuraba el paso, se vieron encerrados en una habitación a oscuras.

—¡Ishida!

Gritaban ambos igual de preocupados.

El joven tramposo de lentes los veía desde un lado de la habitación sonriente carismático, " Kurosaki, si que esta loco... Y si que sabes actuar..." era lo que pensaba en ese momento.

Con un veloz movimiento le tapó los ojos con una venda a Rukia y con otro le ato las manos, con un tercer uso de su velocidad le dio una linterna a Ichigo.

—¡Rukia! —gritaba el pelinaranja simulando estar en la misma situación que la chica.

—¡Ichigo! ¿Dónde estas? —la ojivioleta comenzaba a desesperarse al estar atada de manos y sin posibilidad de ver para donde caminaba.

El Kurosaki e Ishida "guiaban" ;aunque Uryuu no hiciera nada mas que caminar junto a Ichigo; con sus reiatsus y voces a Rukia por un largo y oscuro pasillo, por el que, el joven anaranjado, alumbraba con la linterna, hasta una lejana habitación.

En aquella habitación se encontraba una enorme y brillante sorpresa para la para la chica de ojos violeta.

.
.

El lugar donde habían entrado los alumnos fugitivos de los libros era un salón de fiestas, que había sido reservado por el padre del anaranjado, por pedido de Yuzu; y a Yuzu se lo había pedido Ichigo.

El naranjita haría de todo con tal de no pedírselo él en persona a la cabra loca. Y Yuzu se veía muy entusiasmada por hacerlo.

El salón era amplio, perfecto para lo que quería hacer el chico.

—¡Rukia!

Ichigo grito su nombre una vez más cuando ingresaron a la amplia habitación.

Le quito la venda y desató sus manos con una paso flash. La pelinegra inmediatamente sintió sus manos libres las llevo a su espada y la desenfundó. Abrió sus ojos dispuesta a asestar una estocada con su filosa zampaktou a quien tuviese en frente.

Tal fue la sorpresa de la pequeña Kuchiki al ver a su alrededor cientos de globos blancos... Todos esparcidos por la amplia habitación...

Los globos comenzaron a rodearla... Y con un poco de desconfianza guardó su espada. Con una pantalla de reiatsu comenzó a mover los globos para poder ver con donde caminaba.

Al mismo tiempo, el chico que estaba detrás de todo esto se posicionaba en el lugar indicado...

—¿Ichigo?... ¿Ichigo?... —la de ojos violeta lo llamaba con gran preocupación.

Y el pelinaranja se moría de ganas por gritarle donde estaba, pero si hacia eso arruinaría todo... Tenia que resistir.

Rukia continuo moviéndose, y por preferencia fue en linea recta, lo cual fue perfecto para el Kurosaki, pues no le faltaba mucho para toparse con la bella sorpresa...

Recordando el día en el parque, hizo presente el lazo rojo que los unía, como lo había hecho Ichigo. Rukia prosiguió a seguirlo...

Cuando creyó que ya había llegado, levanto la vista, encontrándose con dos peluches gigantes de conejos tomados de la mano, uno con un pequeño tu tu rosa. Y debajo de los enormes conejos había alguien.

Ichigo.

Él la miraba con una bellísima e impecable sonrisa y presencia, vestido de traje negro, camisa blanca y corbata violeta, la esperaba a ella.

Rukia se pregunto rápidamente si estaría en su cuerpo, Gigai o en su forma de alma.

Fue una sorpresa cuando se dio cuenta que era una alma.

—¿Ichigo...? Que lindo... —no sabia exactamente que decirle, y aunque estuviera demasiado emocionada no reaccionaba.

—Como veras no es mi forma humana, eso quiere decir que soy un alma. Y para eso... Tuve que renunciar a mi cuerpo. Y esto lo hice sólo para hacerte una pregunta.

Rukia continuó avanzando bastante desconcertada. Pero decidió no interrumpirlo mientras hablaba.

Cuando la joven estuvo enfrenté suyo, Ichigo Kurosaki bajo su estatura y se posicionó en una rodilla y luego en la otra, sacó de el bolsillo derecho de su traje una pequeña caja de terciopelo negra. Arrodillado frente a ella le preguntó con un valor, dulzura y amor sorprendentes:

—Rukia, amor de mi vida, luna de mi cielo, adicción de mi cuerpo, oxígeno de mi aire, mi vida propia, ¿Quieres casarte conmigo?

Abrió el pequeño recipiente y allí se mostró un bellísimo anillo de oro blanco, con una amatista incrustada en la punta. Un bellísimo anillo. Un bellísimo anillo de compromiso.

La de ojos violetas no supo como responder, muy en el fondo de si, sabía lo que el pelinaranja iba a pedirle. Y ella quería que se lo pidiera, y estaba más que segura de lo que diría, pero en ese momento el asombro era mayor que todo lo que restaba en su ser. No podía responder, y sin pensarlo unas pequeñas lágrimas rebeldes se escaparon de sus ojos.

—¿...Rukia? —pregunto Ichigo preocupado, porque Rukia lloraba.

La emoción se le hacia incontrolable. Y antes de darse cuenta se tiro sobre el chico. Abrazándolo.

—Si, si, si, ¡SI! ¡Claro que si Ichigo!

El varón, aun en el suelo la abrazo con posesión. La separo un poco de si mismo y la beso con gran amor.

—Gracias... —le susurro al oído. —...Te amo.

.
.

El aula ya se estaba vaciando, pues la hora del receso acababa de comenzar y los jóvenes shinigamis se mezclaban entre los alumnos para poder pasar desapercibido con respecto a Uryuu, quien culpa de los dioses de la muerte había perdido tres horas de clases.

—Gracias Ishida, y lamento lo de las clases. No era mi intención que las perdieras. —hablo Ichigo a su amigo, con una mano en la nuca demostrando nerviosismo.

—No importa Kurosaki. Un favor es un favor. —sonrió al anaranjado. —Y un favor a un amigo es muy importante.

Ichigo le devolvió la sonrisa junto con una promesa.

—Prometo que cuando tu tengas que hacerlo con Inoue yo te ayudare.

—¿Que? —preguntó medio a los gritos el de pelo azul, muy sonrojado al no entender la referencia de Ichigo.

Al comprender el porque de su actitud Ichigo enrojeció.

—¡Pero que te estas pensando,tu idiota pervertido! ¡Yo me refería a cuando le propusieras matrimonio!

El joven de lentes se disculpo y agradeció por su futura ayuda para luego irse corriendo por la vergüenza, "ahora Kurosaki debe pensar que soy un maldito pervertido, maldición..."

♔♔♔♔♔♔♔♔♔♔♔♔♔♔♔♔♔

Lamento si el capítulo es corto, pero he estado acomodando las cosas para comenzar las clases.

Pues empiezan nada mas y nada menos que mañana. =)

Bueno...em...creo que es todo, si tienen dudas o preguntas, las respondo con todo gusto en los comentarios o en mensajes privados.

Muchas gracias por sus votos y comentarios, me hacen muy feliz.

=)

Con cariño...

Shosiku Kuromi

Mi nuevo Comandante («♥Ichiruki♡») Donde viven las historias. Descúbrelo ahora