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Alexander

- Bien , yo y el bebé nos vamos a por Claris , habitación 111, y John y tú a la 114 , a por su amiguito - la barbie repartió las parejas y resoplé resignado.

- Bien, con suerte nos vemos fuera.

Sigilosamente nos delizamos por los pasillos blanco. Me daba repelús que todo estuviera impecable.

- Voy a pasar la identificación, y tenemos siete minutos antes de que la grabadora detecte que somos unos intrusos. ¿ Preparado ?

Asentí decidido. Iba a sacar a mi hermanita de aquí.

- Allá vamos - respiró para liberar la tensión y colocó la targeta en un lector de pantalla incrustado en la puerta.

Ésta se abrió con un chasquido y entramos a trompicones en la habitación.

- ¿¡ Alex ?!

- ¡ Claris ! - suspiré aliviado y corrí hacia la cama para quitar las ataduras que la esposaban a la cama - Tranquila, nos vamos de aquí.

- Intrusos , intrusos - aulló una voz mecánica. Mire a Cristinne asustado mientras el robot se acercaba para fotografiar nuestras caras - procesando información para mandarla a los jefes.

Abracé a Claris. Al menos lo habíamos intentado. Pero entonces , la máquina dejó de hablar.

Cristinne estrelló repetidamente su puño contra la especie de ojo central.

- Listo, larguémonos de aquí - se sacudió la mano con un quejido y alargó la mano para coger un par de vendas antes de echar a correr.

Y mientras la seguía, admiré la velocidad con la que había reaccionado.

Una vez fuera, me sentí libre.

ESCAPANDO DEL DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora