Nota dieciocho.

7.9K 1.3K 408
                                    

Daniela estaba acostada en el piso de su habitación con los audífonos, la música se escuchaba desde lejos, pero a ella no le importaba. Se fundía en la música para no pensar en lo que acababa de hacer.

De pronto sonó el timbre de su casa, una y otra vez, pero Daniela ni se dio cuenta por su música, por suerte, su pequeño hermano Manuelito abrió, luego de mirar detenidamente al visitante con un tono de malicia preguntó:

-¿Buscas a mi hermana?

-Sí.-respondió él divertido.

-¿Eres su novio?

-Sí...- Manuel abrió los ojos de par en par y abrió la boca para decir algo, pero luego se arrepintió.

Abrió la puerta de par en par y gritó:

-¡Daniela tu novio te busca!- como era de esperarse ella no escuchó, Manuel fue hasta su habitación, se acercó y le quitó los audífonos, luego justo al lado de su oreja volvió a gritar- ¡Que tu novio te busca, tonta!

-¿Eh?- Respondió ella aun confundida porque estaba en medio de un sueño, y porque no tenía novio.

-¿Lo vas a dejar esperando?

Para su mala suerte estaba en pijama.- de cuadros.- solo alcanzó a ponerse pantuflas antes que Manuel empezara a molestarla para que saliera de su cuarto.

Al salir de su habitación quedó completamente sorprendida y no pudo decir ni una sola palabra.

-¿Alejo?- preguntó ella.

-Tus pijamas son de cuadros.- rio él.

Ella se acercó y lo saludó con un abrazo, luego al invitarlo a sentarse lo miró con intriga.

-¿Qué?- preguntó ésta vez el con dulzura.

-Espero que no te suene mal educada, pero ¿Qué haces aquí?

-Dani, ¿sabías que nunca me ha gustado ser cursi?- ella negó con la cabeza.- ¡Ah! Nunca te lo dije, en fin, soy una especie de... grinch del amor. Sé que tú también lo eres, por eso, me he matado la cabeza- por así decirlo- en buscar una forma de decírtelo sin que nos moleste a ambos.

-¿Molestar qué, Alejo?

-Déjame seguir, pequeña.- al decir esto Daniela arrugó la nariz y Alejandro soltó una carcajada.- He decido que te lo diré sin palabras, solo tendrás que ver algo.

-¡No entiendo nada!

-Eso es porque eres una distraída, enana. Si tan solo hubieras puesto atención a mis palabras, a mis comentarios, tan solo hubieras puesto atención a quien te miraba siempre esperando hablarte, te hubieras dado cuenta...

-¿De qué?

Alejandro saca un sobre de entre su chaqueta, y sonríe. Daniela no necesitó verlo, ni siquiera leerlo, para darse cuenta que esa era la carta que le había escrito a Dan. No necesitó nada más para darse cuenta de todo.

Él esperaba que Daniela se quedara asombrada, o que como mínimo fuera a sus brazos, pero hizo algo que jamás hubieran estado entre sus posibilidades.

-¿Te llamas Dan Alejandro?- preguntó con risas.

-¡Hey! ¿No vas a decir nada más? ¿Ni siquiera un "Oh, lo sabía" O un "Eres tan inteligente y atractivo y amo tus dos nombres"?

- Te diré que te quiero por no hacer esto algo muy cliché, también te diré que eres un tonto por hacerme todo esto, porque sabías que me gustabas desde hace tiempos, y aun así planeabas enamorarme secretamente de otra persona. Pero, que eso es lo más cursi y empalagoso que alguien ha hecho por mí, y me gusta. Me gustas.

-¿De veras? Pequeña chica de camisas a cuadros, tu a mí.

Dan se acercó disminuyendo los pocos centímetros que quedaban entre ellos, entonces Daniela soltó una pequeña risita y le preguntó en un susurro.

-Dime que no es la parte en que luego que se declaran su amor se dan un beso apasionado. Oh, Dios, como odio esas partes.

-¿Qué me crees? Soy Dan Alejandro el rey de los grinchs del amor. ¿Dani? No me digas, ¿eso de ahí no es un panda?

-¿Qué?- Daniela volteó en dirección contraria, y una vez comprobando que no era nada, volvió la mirada a Dan, esperando reclamarle, pero antes de poder decir cualquier cosa, los labios de Dan se habían encontrado con los de ella.

La chica de camisas a cuadros; 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora