Daniela estaba acostada en el piso de su habitación con los audífonos, la música se escuchaba desde lejos, pero a ella no le importaba. Se fundía en la música para no pensar en lo que acababa de hacer.
De pronto sonó el timbre de su casa, una y otra vez, pero Daniela ni se dio cuenta por su música, por suerte, su pequeño hermano Manuelito abrió, luego de mirar detenidamente al visitante con un tono de malicia preguntó:
-¿Buscas a mi hermana?
-Sí.-respondió él divertido.
-¿Eres su novio?
-Sí...- Manuel abrió los ojos de par en par y abrió la boca para decir algo, pero luego se arrepintió.
Abrió la puerta de par en par y gritó:
-¡Daniela tu novio te busca!- como era de esperarse ella no escuchó, Manuel fue hasta su habitación, se acercó y le quitó los audífonos, luego justo al lado de su oreja volvió a gritar- ¡Que tu novio te busca, tonta!
-¿Eh?- Respondió ella aun confundida porque estaba en medio de un sueño, y porque no tenía novio.
-¿Lo vas a dejar esperando?
Para su mala suerte estaba en pijama.- de cuadros.- solo alcanzó a ponerse pantuflas antes que Manuel empezara a molestarla para que saliera de su cuarto.
Al salir de su habitación quedó completamente sorprendida y no pudo decir ni una sola palabra.
-¿Alejo?- preguntó ella.
-Tus pijamas son de cuadros.- rio él.
Ella se acercó y lo saludó con un abrazo, luego al invitarlo a sentarse lo miró con intriga.
-¿Qué?- preguntó ésta vez el con dulzura.
-Espero que no te suene mal educada, pero ¿Qué haces aquí?
-Dani, ¿sabías que nunca me ha gustado ser cursi?- ella negó con la cabeza.- ¡Ah! Nunca te lo dije, en fin, soy una especie de... grinch del amor. Sé que tú también lo eres, por eso, me he matado la cabeza- por así decirlo- en buscar una forma de decírtelo sin que nos moleste a ambos.
-¿Molestar qué, Alejo?
-Déjame seguir, pequeña.- al decir esto Daniela arrugó la nariz y Alejandro soltó una carcajada.- He decido que te lo diré sin palabras, solo tendrás que ver algo.
-¡No entiendo nada!
-Eso es porque eres una distraída, enana. Si tan solo hubieras puesto atención a mis palabras, a mis comentarios, tan solo hubieras puesto atención a quien te miraba siempre esperando hablarte, te hubieras dado cuenta...
-¿De qué?
Alejandro saca un sobre de entre su chaqueta, y sonríe. Daniela no necesitó verlo, ni siquiera leerlo, para darse cuenta que esa era la carta que le había escrito a Dan. No necesitó nada más para darse cuenta de todo.
Él esperaba que Daniela se quedara asombrada, o que como mínimo fuera a sus brazos, pero hizo algo que jamás hubieran estado entre sus posibilidades.
-¿Te llamas Dan Alejandro?- preguntó con risas.
-¡Hey! ¿No vas a decir nada más? ¿Ni siquiera un "Oh, lo sabía" O un "Eres tan inteligente y atractivo y amo tus dos nombres"?
- Te diré que te quiero por no hacer esto algo muy cliché, también te diré que eres un tonto por hacerme todo esto, porque sabías que me gustabas desde hace tiempos, y aun así planeabas enamorarme secretamente de otra persona. Pero, que eso es lo más cursi y empalagoso que alguien ha hecho por mí, y me gusta. Me gustas.
-¿De veras? Pequeña chica de camisas a cuadros, tu a mí.
Dan se acercó disminuyendo los pocos centímetros que quedaban entre ellos, entonces Daniela soltó una pequeña risita y le preguntó en un susurro.
-Dime que no es la parte en que luego que se declaran su amor se dan un beso apasionado. Oh, Dios, como odio esas partes.
-¿Qué me crees? Soy Dan Alejandro el rey de los grinchs del amor. ¿Dani? No me digas, ¿eso de ahí no es un panda?
-¿Qué?- Daniela volteó en dirección contraria, y una vez comprobando que no era nada, volvió la mirada a Dan, esperando reclamarle, pero antes de poder decir cualquier cosa, los labios de Dan se habían encontrado con los de ella.
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La chica de camisas a cuadros; 02
Short Story"Dan le escribía cartas a la guapa chica de las camisas a cuadros. Si se pusiera a pensar sobre ese tema, tal vez fuera un apodo un poco apresurado, ya que la había visto muy pocas veces. Pero su belleza lo cautivó como en el momento en que te toman...