Capítulo 9: ELLA

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Emma abrió los ojos y todo lo que pudo ver fue luz blanca. Había voces y ruidos que no podía distinguir. Hacia a penas unos segundos había estado en los brazos de Killian, pero ahora estaba en otro lugar, en un hospital por lo que sospechaba. Le dolía la cabeza y le dolía el hombro, se sentía mareada y lo único que quería hacer era seguir durmiendo. Las voces a su alrededor seguían llamándola, así que tomó fuerzas abrió los ojos.

- ¿Me escuchas Emma? – Preguntó un hombre rubio, quien debía ser un doctor o un enfermero.

- Si. – Asistió Emma parpadeando ante lo molesta que encontraba la luz blanca de ese lugar.

- Soy el doctor Whale. – Se presentó el hombre. – Quería decirte que acabas de salir de cirugía, sacamos la bala de tu hombro y detuvimos la hemorragia. – Informó.

- Gracias. – Agradeció Emma sin saber bien que decir.

- ¿Recordas lo que pasó? – Preguntó Whale.

- Estaba persiguiendo a un estafador, y él me disparó. – Respondió Emma sintiendo escalofríos al recordar a Walsh.

- De acuerdo, podes descansar si queres, solo quería asegurarme de que estés bien. – Dijo Whale después de llenar varias cosas en una planilla.

- Bien. – Aceptó Emma.

El sueño se volvió a apoderar de ella, probablemente producto todavía de la anestesia. En sus sueños intentó buscar a Killian para decirle que estaba bien, pero no pudo encontrarlo. Cuando despertó encontró a Henry acostado en la cama con ella y sus amigos todos sentados a su alrededor.

- Emma, estás despierta. – Dijo David con una sonrisa.

- Lo estoy. – Asistió Emma.

- ¿Cómo te sentís? – Preguntó Ruby preocupada.

- Como si me habría pisado un tren. – Respondió Emma intentando poner humor a la situación.

- Un tiro más que un tren. – Dijo David seriamente.

- ¿Qué fue lo que pasó? – Pidió saber Mary Margaret.

- ¡Mamá! – Exclamó Henry con voz de dormido al despertarse y ver que su madre estaba bien.

- Hola peque. – Lo saludó Emma correspondiendo el abrazo.

- ¿Estás bien? – Preguntó Henry. – Todos estaban preocupados y nadie me decía nada. – Dijo a modo de queja.

- Estoy bien peque, ahora estoy bien. – Aseguró Emma dándole un beso en la cabeza. - ¿Por qué no vas con David a desayunar? – Sugirió.

- Pero yo me quiero quedar con vos. – Protestó Henry.

- Eso solo a desayunar, después volvemos. – Dijo David interviniendo para ayudarla.

- ¿Lo prometen? – Preguntó Henry todavía algo indeciso.

- Lo prometemos. – Respondieron David y Emma a la vez.

David agarró a Henry de la mano y Emma le dedicó una sonrisa de agradecimiento. Ella necesitaba hablar de lo que había pasado con sus amigas, pero no quería hacerlo delante de su hijo, no quería preocuparlo, ni hacerle sentir miedo. Una vez que David y Henry se fueron de la habitación, sus amigas se acomodaron en la cama, sentándose una a cada lado de ella.

- ¿Qué pasó? – Volvió a preguntar Mary Margaret.

- El estafador que estaba persiguiendo me disparó. – Respondió Emma. – No esperaba que lo haga, ni que tenga un arma, se suponía que él nunca iba armado según mi información. – Explicó recordando el momento.

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