Capítulo 29.

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BOOKTRAILER (Multimedia)

-Vete tú sólo, yo me quedo aquí con las niñas.

-Son mis hijas, tengo derecho a verlas. Si estoy aquí es por ellas.

-No quiero volver. Me saldré del grupo.

-No digas eso, Linda. Ustedes me dijeron que me tomara un descanso por mi situación, y ahora estoy perfectamente.

La discusión continuó hasta que finalmente Linda accedió a pensar sobre el tema.

Paul luego cayó en la cuenta de su acto egoísta, pues por querer estar cerca de Arabella, Linda podría alejarse de Thomas.

Pero estaba seguro de que él la acompañaría. O eso esperaba, porque si no se sentiría culpable siempre.

*

Arabella firmó el contrato.

Su padre le aseguró que le serviría y que quizás hasta le terminara gustando más que el periodismo.

Le acomodaba perfectamente por su horario de la universidad.

-Tú conoces muy bien este sector -dijo su padre caminando por los pasillos que dirigían a la sección donde trabajaría. -Bessie está muy atareada con mi papeleo, reuniones y todo eso. Tú te encargarás de recibir los de los tres supervisores, revisarlo y entregármelo .

Ella asintió.

Sería muy fácil. Ya tenía experiencia en eso.

-Nos vemos luego, estrellita -sonrió su padre.

-Sé profesional, por favor -rodó los ojos.

-Oh, claro. Quiero los informes antes de las seis, señorita Arabella -intentó ser lo más profesional posible.

Le era imposible hablarle tan serio y formal a su hija.

Arabella rió.

-Ya vas a mejorar -le dio una ligera caricia y luego se puso más rígida. -Hasta luego, señor Gunn.

Se retiró a su pequeña oficina.

Junto a la puerta había una gran ventana y daba justo frente al gran escritorio de Bessie.

La morena la saludó animosamente y ella correspondió.

Sólo tenía dos informes, así que comenzó a revisarlos, ya que en caso de que hubiera errores debería retornarlos.

Puso un poco de música, a bajo volumen, para no aburrirse.

De vez en cuando le bailaba a Bessie a través de la ventana provocando que ella riera estruendosamente.

Faltaban sólo unos minutos para el horario de colación cuando llamaron a la puerta.

Rápidamente apagó la música.

Pronunció "adelante" y tomó un informe e hizo como que lo revisaba.

Ya lo había revisado dos veces antes.

-Buenas tardes, soy Anth... -dijo y se frenó cuando Arabella levantó su vista.

Arabella se quedó pasmada ante la imagen que tenía delante.

Un chico alto. Cabello negro. Ojos azules, profundos. Una barba -que no tenía años atrás - bien arreglada que le daba un toque más varonil y maduro a su rostro.

Sabía muy bien su nombre.

Se produjo un silencio unos segundos.

Él inspeccionó con sus ojos azules el rostro de la muchacha que hace años no veía.

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