7: Sin miedo a nada ~ Sergio Ramos

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¿Por qué lo hago?

¿Por qué te amo de ésta manera?

No podía evitar pensar en esa pregunta en cada instante que tú pasas por mi mente; es decir, todo el tiempo.

Estoy nervioso, temeroso, impotente en toda ésta situación.

Somos iguales, los mismos. Dos almas perdidas que esperan por ser rescatadas para no volver a dejarlas ir jamás. Pero no estamos seguros.

Te miro cada día, te siento cada instante, te amo cada día más.

Pero, ninguno es capaz de abrir su alma y su corazón al otro con total libertad.

Me amas, lo sé muy bien pero todo ésto es tan complicado. Quisiera que me permitieras poder entrar en tu vida como nunca has dejado a nadie, como nunca se lo permitirás a nadie y quiero, que tú seas capaz convertirte mi corazón para darle apoyo a todo mi ser.

Pero sigue siendo difícil.

Hay tantas cosas que me muero por decirte, por pedirte.

Me muero por suplicarte que no te vayas mi vida, me muero por escucharte decir las cosas que nunca digas más me callo y te marchas.

Pero jamás me doy por vencido.

Mantengo la esperanza, de ser capaz algún día, de no esconder las heridas que me duelen al pensar que te voy queriendo cada día un poco más.

¿Cuánto tiempo vamos a esperar?

Me muero por abrazarte, y que me abraces tan fuerte...

Me muero por divertirte y que me beses cuando despierte acomodado en tu pecho.

Hasta que el sol aparezca, me voy perdiendo en tu aroma, me voy perdiendo en tus labios que se acercan susurrando palabras que llegan a éste pobre corazón.

Voy sintiendo el fuego en mi interior.

Me muero por conocerte, saber que es lo que piensas, abrir todas tus puertas, y vencer esas tormentas que nos quieran abatir, sembrar en tus ojos mi mirada, cantar contigo al alba, besarnos hasta desgastarnos nuestros labios y ver en tu rostro cada día, crecer esa semilla, crear, soñar, dejar todo surgir, apartando el miedo a sufrir.

Te observé. Me mirabas fijamente analizando cada parte de mi rostro. Me sonreíste apenas me atrapaste viéndote de esa manera.

No sé por qué pero especialmente hoy te veías tan hermosa, tan bonita.

Siempre lo estabas pero hoy, hoy no sé que me pasaba.

Te levantaste y viniste a mí. Yo parecía un chiquillo enamorado.

Pero es que te amaba tanto y veía al mundo tan fuera de la realidad por ese amor tan profundo que cada día se me despertaba un poco más que era imposible que mi corazón no quisiera salirse de mí.

Te abracé fuertemente como quería hacerlo todo el tiempo. Te escuché reír.

Me aparté y te sonreí. Mis manos ya comenzaban a sudar.

—Sofía, ¿Tú me amas? —Esa pregunta era necia pero tenía la necesidad de escucharte decirlo una vez más para sentir que todo ésto iba a tener un final feliz.

Tu sonrisa desvaneció de tu rostro y me miraste.

—Por supuesto Sergio. Pensé que lo sentías. —Apartaste mi mano de tu mejilla y desviaste tu mirada.

Ignoré tu último comentario. No quería arruinar ésto.

Suspiré y te tomé las manos para besarlas.

One Shots Futbolistas © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora