Miraba fijamente la pantalla de mi celular una y otra vez mientras en mi cabeza las ideas batallaban arduamente sobre cuál de todos mis descabellados pensamientos tenía la razón.
Ya era lo suficientemente tarde y la noche empezaba a enfriarse cada vez más probando que la madrugada se aproximaba y que cualquier chica normal podría estar pensando en que lado de su cama es mejor para dormir.
Mientras yo, pensaba las cosas más prohibidas y salvajes que quería sentir ésta noche, las cosas más placenteras que aquel chico misterioso me hacía experimentar en cada encuentro.
"Una llamada en la madrugada para saber que tú estás bien.
Tú me dices cuando que yo estoy esperando"¿Sí?
¿No?
En ocasiones mi mente podía ser tan traicionera como nadie la creería capaz.
Me daba grandes batallas siendo yo, una de sus peores soldadas.
Respiré profundamente mientras seguía sin despegar medio milímetro mi mirada de aquel número telefónico que llevaba por nombre "Jesé".
Vamos Alejandra no seas ridícula. Hazlo.
Una parte de mi subconsciente me motivaba a seguir con la idea que inicialmente llevaba al tomar mi teléfono de la mesa de noche que estaba junto a mi cama.
La misma parte que ahora luchaba contra una que siempre tenía la razón en todo.
No lo hagas, sólo te utiliza.
Ahí estaba esa parte que me ponía todas las ataduras e impedimentos.
Pero...
¿Quién dice que yo siempre obedezco a mi parte subconsciente de la razón en todo?
O...
¿Quién dice que yo lo quiero para que me dé su amor siempre?
Los dos buscamos lo mismo, los dos queremos lo mismo, los dos somos los mismos...
¿Por qué no?
—¡Déjate de pendejadas! Tan sólo recuerda la última vez. —Me susurré para misma dándome unas últimas palabras de aliento antes de proceder a desobedecer a mi mente buena.
—Lo haremos cada vez como si fuera la última. Porque sino estoy contigo me siento vacío y lo sabes bien.
Lo miré dos segundos con mi labio inferior entre mis dientes.
Sonreí y con mi mano sobre su nuca lo atraje a mis labios para besarlo.
Sentí su mano viajar por el broche de mi pantalón para apoderarse de él.
—Cuando quieras, yo estoy para ti.
Sin dudarlo un segundo más, puse a trabajar mis dedos en la redacción del mensaje antes de que fuera enviado por Whatsapp al chico que se encontraba en línea.
—Hola. :)
Una respuesta que no tardó en llegar y ponerme más ansiosa aún.
—Hola guapa. <3
—¿Todo bien?
—¿Y como no si estoy hablando contigo?
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One Shots Futbolistas ©
FanfictionPequeñas historias acerca de algunos hechos que a muchos en su vida tal vez les ha pasado, es lo que quiero plasmar acá. Éstas invenciones tienen como protagonistas a los jugadores del deporte más apasionante del mundo: El Fútbol. Te invito a que t...