Parte cinco.

1.9K 154 121
                                    

En otras circunstancias no habría creído en absoluto lo que acababa de oír. Genos era un tipo con suerte, demasiada para lo descuidado que era en batalla. Aunque varias veces había llegado tarde y lo encontraba hecho un estropicio, siempre se las había apañado para sobrevivir. Por eso la idea de que muriera nunca la ponía en duda no importaba qué, estaba seguro de que al llegar el rubio se alzaría de entre sus pedazos para verle.
Las cosas eran diferentes si tenía en cuenta que el oponente era él mismo. No necesitaba ejercer demasiada fuerza para romper al chico y eso le hizo pensar que realmente podía esperarse lo peor.
Un tumulto molesto de emociones raras se asentó en su pecho, acaparaban su cuerpo dejando apenas un poco de espacio para el oxígeno. No recordaba que sentir fuera tan asfixiante.

- ¿Dónde está ese tipo? - su voz se oía tremebunda y su cuerpo estaba poniéndose rígido al obligarlo a mantener la compostura.

- ¿Un asalto ahora mismo? No podemos - Sonic se le acercó previendo sus acciones - Es como meter la cabeza en un panal de abejas, todos están ahí. Necesitamos más gente

- Llama a quién quieras, yo voy a ir ahora. ¿Por dónde? - ambos enmudecieron en un último intento por frenar la tontería que iba a hacer, pero provocaron el efecto contrario - Bien. Puedo preguntarle a alguien de por ahí

- ¡Saitama espera! - el azabache iba a seguirlo pero frenó sus pies. Dio media vuelta y levantó a Mumen para ponerlo de pie - Mejor voy a por esa mujer

- Aquí te espero... - el castaño asintió y se apoyó en su motocicleta para no padecer el bochorno de una recaída.
Un frío horroroso subió por su espalda al ver las sombras depredadoras por el espejo retovisor, listas para emboscarle. "Ya se enteraron".



Saitama notó que alguien le seguía a una distancia muy prudente. No era Sonic, tampoco el tío de las gafas, ya lo conocía pero no lo suficiente como para saber quién era. Frenó en seco y se giró listo para pelear.

- ¡Sal de ahí!

- Vaya, no esperaba que captaras mi presencia tan rápido. ¿Te parece bien dejar a tus amiguitos solos? - los sonidos pausados de aquellas sandalias tradicionales le revelaron de antemano la identidad de su atacante. "Si este sale es porque estoy cerca"

- Saben cuidarse por sí mismos. A propósito viejo, ¿Dónde está el otro Saitama? Llévame con él

- No vine a escoltarte - el pelinegro le apuntó con la katana mientras hacía un leve retroceso.

- ¿Entonces te tengo que obligar? - se ajustó los guantes mientras meneaba la cabeza hastiado - No tengo tiempo para esto

◇◆◇◆◇◆◇◆

Agradecía desde el fondo de su alma que Fubuki hubiera interceptado los ataques dirigidos a Mumen. De no haber sido por ella, la cabeza del castaño habría surcado los aires hasta caer al suelo en ese instante. "No debí confiarme tanto dejándolo solo".

- Rider, condenado traidor

- Ustedes tres...

Los discípulos de Atomic Samurai desenfundaron las armas dispuestos a comenzar una pelea, en vista de que uno de la organización de villanos nuevamente osaba ir contra corriente.

- Se puso de moda cagarse en quienes te dieron la mano, eh

- Yo no estoy traicionando a Saitama

- Ni quien te crea esas mentiras ¿Qué haces con ese héroe afeminado entonces?

- Mira quién habla, okama y con un gusto asqueroso para vestir

- Cuida tu boca, ninja de pacotilla

El amor en tres simples palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora