Capítulo 3

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Narrado por Nathan

Me sentía la persona más detestable del mundo, ahora le doy la razón a todos aquellos a los que yo solía llamar idiotas. Siempre tuvieron la razón, yo solo soy un completo idiota y me arrepiento de haber sido tan estúpido. Siempre arruinando la vida de la gente, haciendo sentir mal a todos con mis comentarios absurdos. Lo siento pero es algo que viene conmigo, quizás pueda cambiar y supongo que ya es hora de hacerlo. Desde aquel día que insulté a Benjamín sin razón lógica alguna me sentí la persona más estúpida. Lo veía llorando y sufriendo por la pérdida de su madre quien había muerto en un accidente y yo de idiota tuve que insultarlo en ese preciso momento. Yo solo quiero hablar con él para disculparme pero no había manera, el chico me evitaba, ya ni me mira directamente a los ojos, siempre me deja con la palara en la boca cuando en realidad solo quiero decirle lo siento. Sé que perderé mi orgullo, quizás mis amigos se molesten conmigo, pero no me sentía bien siendo como soy.

Quizás la gente nunca se ha preguntado por qué soy como soy. ¿Por qué soy ese amargado que anda vagando en silencio por los pasillos del colegio? ¿Por qué soy ese imbécil cuando hablo los demás? ¿Por qué no sonrío cuando de verdad debo? ¿Por qué no me enamoro? Nadie se da cuenta de tus lágrimas, nadie nota tu dolor, ni si quiera ven tu tristeza, pero todos notan tus errores. Sé que cometo más errores que buenos actos pero de vez en cuando es bueno preguntar por qué los cometo. Y la respuesta es porque nunca tuve a nadie que me diera cariño, nadie nunca me colocó una manta en las frías madrugadas, nunca tuve a alguien que me preguntara como estaba o como me sentía ¿Y por qué? Porque no tengo familia, bueno, si la tengo, pero es como si no estuviera, solo soy una última opción para ellos, nunca descubrí el motivo de porque soy tan invisible en sus vidas pero por el momento lo único que sé es que soy más invisible que el espíritu de un espíritu.

Me encontraba en mi cama respondiendo el cuestionario que nos habían mandado, según escuché afuera tendría que entregarlo esta noche y ya lo era, habían inspectores de educación en el yate y nada podía salir mal. Era la única manera de que al foca le dieran una buena calificación por su trabajo.

Terminé de contestar la última pregunta del cuestionario. Guardé mi lapicero y comencé a morderlo pensando en que haría para lograr que me escuchara. A la fuerza seguramente no lo lograría, y si pudiera ir a donde estaba ahora pues iría pero seguramente estaba con sus amigos y lo menos que quería en estos momentos era recibir otro apretón de huevos por parte de Alessia. De repente siento alguien acercándose a la habitación.

— ¿Hola Benja? ¿Estás ahí? — Dijo Alessia asomada en la puerta

— No está—. Contesté serio

— Oh hola Nathan, ¿Has visto a Benjamín? —. Preguntó preocupada

— No, ¿Me ves cara de que me importe donde se encuentra? — Sonreí sarcástico pero esta me observo maliciosa, temía de ella en ese momento

— ¿Qué dijiste? — Se acercó lentamente como una asesina psicópata

— Nada, por cierto, quería hablar contigo—. Se me había ocurrido una gran idea

— ¿Tú conmigo? — Carcajeó — Tú y yo no tenemos nada de qué hablar—. Dijo dándome la espalda

— Alessia espera, es sobre Benjamín—. Se detuvo en seco

— ¿Qué pasa con él? — Arqueó una ceja

— Siéntate—. Señalé la cama

— ¿Y bien? — Dijo curiosa

— Bueno, quería disculparme con ustedes y con principalmente por lo idiota y arrogante que me he comportado, y quisiera que seamos buenos amigos como lo son ustedes—. Confesé todo con un nudo en la garganta

Juntos Hasta El FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora