Sentimientos de un asesino

Parte 10: En su cabaña

Abby

Lentamente empiezo a cobrar conciencia, lo primero que siento: un gran dolor en mi cabeza. Me llevo las manos a la frente mientras abro los ojos. Y... ¿dónde estoy? Me encuentro en una habitación que desde luego no es la mía, esta es más grande y fría, y tampoco es una habitación de hospital como a las que ya me he acostumbrado. Me levanto de la cama en la que estaba estirada, siento el frío en mis pies descalzos y creo que ya he perdido la sensibilidad en estos, realmente hace mucho frío en esta habitación.

De acuerdo, ahora debo pensar en la razón por la cual estoy aquí, lo último que recuerdo es que estabamos en el hospital, Jeff mató a Liu, entonces yo, yo... creo que salí corriendo, pero después Jeff, ah es verdad!! Me golpeó en la cabeza. Eso significa que él me ha traído a este lugar a la fuerza, ¿un secuestro?, es posible, ese hombre está muy loco. Lo primero que he de hacer es averiguar donde estoy. Evidentemente lo primero es mirar por la ventana, aparto la cortina y vaya... es asombroso, todo lo que veo es blanco. Ante mi se extiende un precioso bosque cubierto por la nieve y lo mejor de todo, a la iquierda hay un lago de cristalina agua, si no fuera porque moriría de hipotermia, diría que me dan ganas de lanzarme al agua, pero creo que paso, soy muy joven para morir. Entonces me ha traído al bosque, creo que esta puede ser la cabaña a las afueras que me comentó aquella vez.

Tengo que intentar salir de la casa de ese psicópata, pero ahora no llevo mi móvil y no tengo forma de contactar a nadie. Lo primero creo que es encontrar algo que ponerme en los pies. Abro el armario que hay en la habitación y para mi sorpresa está lleno de ropa, ropa de mujer. Empiezo a revisarla toda y al parecer todas las piezas son de mi talla, y los zapatos también. Esto es extraño, significa que tiene intención de retenerme por un tiempo, no creo que se tomara tantas molestias de otro modo. Pero bueeeeno, ya que toda esta ropa está aquí sería un desperdicio si no la utilizara ¿verdad? No creo que a nadie le importe. Cojo una blusa azul celeste y un pantalón color ocre, también busco unos mocasines de color negro. En unos cajones que hay en el armario encuentro ropa interior de mujer, pero bueno, ¿en serio ha comprado incluso eso ///.///?, aunque la verdad si que me hace falta, así que cojo lo primero que veo y me cambio.

Ahora sí, tengo que salir de la habitación. Agarro el pomo de la puerta y lo giro, abro la puerta lo más silenciosamente que puedo y antes de salir miro a ambos lados del pasillo. Hay cuatro puertas más y hacia el lado derecho hay unas escaleras para subir y otras para bajar, pues si que es grande la "cabaña" de Jeff, yo más bien la llamaría mansión. No se hacia donde ir, es posible que él esté tras alguna de las puertas o incluso a bajo o arriba, pero no puedo quedarme aquí parada, así que decido abrir una de las puertas, la que hay al fondo del pasillo a la izquierda. La abro con el corazón latiendome a mil por hora, por favor que no esté Jeff aquí. Miro dentro y parece ser una biblioeteca, no es muy grande, pero deben haber unos centenares de libros, que suerte, con lo que me gusta a mi leer, je, je. Si muero , al menos habré podido aprovechar mis últimas horas de secuestro. Camino mientras miro algunos de los libros, en total hay cinco estanterías en toda la habitación, es bastante impresionante y me pregunto si se habrá leído todos estos libros, al parecer tiene bastante tiempo libre, ya que solo "trabaja" de noche.

Decido coger uno de los libros que ha llamado mi atención, se llama "Fugitivos en el tiempo", lo conozco, he escuchado buenas críticas sobre este libro y me apetece leerlo. Abro la primera página y entonces... Oígo golpes en la puerta.

Jeff: Aby!!!!, así que ¿ya has despertado? ¿Dónde estás Aby? No debiste salir de tu habitación, deberís ir con cuidado si estás en casa ajena, hay cosas que no deberías ver.

Escucho como abre la puerta de la biblioteca, me encuentro detrás de la última estantería al final de la habitación, agachada y con los nervios a flor de piel. Por favor, que no me encuentre.

Jeff: Aby, sal de donde estés, se que estás aquí, te he buscado por toda la casa ¿tienes ganas de jugar al gato y al ratón? Porque yo no.

Sus pasos se dirigen directamente aquí. Siento un soplido en mi oreja izquierda y salto.

Aby: Kyaaaaa!!!!

Jeff: Aquí estabas ¿eh?, vamos tienes que bajar conmigo.

Abby: ¡No quiero! ¡Suéltame! No quiero ir contigo a ningún sitio.

Intento correr para salir de aquí, pero como todos sabemos, correr es inútil contra Jeff the killer.

Jeff: Vamo, ¿tan traumatizada te has quedado con lo de Liu?

Aby: Estás loco, eres un depravado, dejame marchar, ¡¡me has secuestrado!!

Jeff: ¿Como?, ¿Secuestrar?¿Yo?, creo que te equivocas.

Aby: me golpeaste y me trajiste aquí contra mi voluntad!

Jeff: Te golpee, cierto, pero fue por tu bien, entraste en una paranoia después de ver como maté a Liu, fue un error mío, lo se, no debí permitir que presenciaras aquello, tal vez fui un poco brusco, pero no te he secuestrado. Necesito que estés aquí, estás en peligro, has conocido un mundo al que jamás debiste entrar, los Creepypasta, y ahora no hay marcha atrás, todos saben de tu conexión con Liu y conmigo, no se quedarán de brazo cruzados. Tengo unos cuantos enemigos a los que les gusta la carne humana ¿sabes?

Aby:¿Un poco bruto? Casi me matas del golpe!!, aún así, debería ser yo quien decida si quiero estar aquí, tu no eres nadie.

Jeff: Como quieras, solo quería avisarte de que tienes el desayuno abajo, me voy a mi habitación.

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Entonces fue eso, supongo que interpreté demasiado, pero es normal que tuviera miedo. Creo que he sido muy dura con él, pero es que lo que ha hecho no es normal, y todavía no me fío de sus intenciones.

Bajo a desayunar como el me ha dicho, la cocina es bastante grande, los muebles son todos blancos, todo tiene mucha luz, y también hay grandes cristales que muestran una visión espectacular del exterior. Esta cabaña no es para nada como la lúgubre y terrorífica que me había imaginado, después de todo, a Jeff le queda algo del humano que algún día fue.