Cuando volvimos de casa de mis padres Topher se encerró en su cuarto y no salió ni para comer.
Aquello me rememoro viejas épocas pero esta vez no intercedí. Él necesitaba tiempo para afrontar todo.
Y yo... bueno era la madrugada del Viernes y no podía seguir durmiendo. Presentía que muchas cosas iban a pasar y no estaba segura de que al menos una fuera a ser buena. Cientos de cosas daban vuelta por mi mente pero principalmente dos. ¿Serían los cazadores que estaban aquí ahora los mismos de los que papá había hablado? Y ¿Qué pasaría mañana que habría...?- mejor borraba rápido aquellos pensamientos de mi mente.
Aun estaba oscuro pero yo no podía volver a conciliar el sueño-si es que se le puede llamar sueño a despertarse cada diez minutos exaltada por los abrumadores pensamientos que tenía- asique decidí ponerme unas calzas negras y una vieja remera holgada para salir a correr. No lo había hecho desde el día en que Topher me había salvado y necesitaba volver a conectar conmigo misma. Necesitaba liberar todas mis tenciones y miedos si quería ser de ayuda.
El bosque estaba calmo y aparte del ruido que yo producía no se escuchaba nada, corrí durante dos horas- observando bien donde pisaba para no caer en otra trampa- y cuando se hicieron las seis decidí que era hora de volver a casa. Estaba calmada, relajada y dispuesta a aceptar todo lo que estuviera por venir. Cualquier miedo que pudiera haber tenido había desaparecido.
Me bañe, me cambie- por lo general cuando entrenada tenia un aspecto desarreglado y desprolijo pero el resto del tiempo optaba por lucir lo mejor posible asique me puse un vestido ceñido al cuerpo pero suelto a la vez para poder moverme con soltura- y busque a Topher para desayunar, no estaba. Por un segundo me preocupe pero luego me di cuenta que quizás sería bueno si él se alejaba un poco de "Bleu Rivière". Este pueblo le revolvía tantas emociones que lo desbordaban y alejarse, a lo mejor, le ayudaría a sentirse bien.
Me quede un rato pensando en él y repasando todo lo que habíamos vivido. Qué raro y rápido había sido todo entre nosotros. Habíamos pasado de ser dos completos desconocidos, a debernos la vida y a conocer parte de nuestras vidas. Pero, a su vez, no había nada- al menos nada en lo que yo pudiera pensar- que nos atara asique a lo mejor se había marchado para siempre.
Bueno ya veríamos que pasaba, mientras, desayunaría y limpiaría la casa- nuevamente hoy no trabajaba por pedido mío asique tenía todo el día para estar en casa-.
Se me fue casi toda la mañana haciendo aquello y a las 11:30, para mi sorpresa, Topher volvió. Se notaba que había estado corriendo, creía yo que para liberar todas sus tenciones, aunque no quiso acercarse. Prefirió quedarse apoyado contra uno de los últimos arboles del bosque- o uno de los primeros de mi propiedad- por lo que fui yo en su encuentro para asegurarme de que todo estuviera bien.
_ Creí que te habías ido- dije cuando llegue a su lado. Estaba todo transpirado, por lo que la camiseta se le pagaba al cuerpo, y se le notaba agitado pero aun así me parecía que estaba más calmado que antes.
_ ¿Por qué me iría? Tengo al menos una cosa aquí que me interesa
Me daba curiosidad saber que sería lo que lo retenía aquí pero preferí no preguntarle. Probablemente tuviera que ver con sus padres y no quería traerlos a colación, aun era muy pronto para volver a hablar de ellos.
_ ¿Cómo te encuentras?- pregunte en su lugar
_ Mal
_ ¿No...
_ No Thea, no hice nada de lo que luego pueda arrepentirme
Eso me sorprendió, me sorprendió que supiera que era lo que iba a preguntarle pero su respuesta me había sonado confusa. ¿Aquello que había dicho significaba que no había hecho nada o que no había hecho nada de lo que luego se fuera a arrepentir?
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Bleu Rivière
FantasyThea Candie es una adolescente de diecinueve años que ocupa la mayor parte de su tiempo siendo niñera pero hay cosas que no dice, hay cosas que oculta. Detalles que de a poco se irán revelando cuando un desconocido se cruce en su camino y su hermano...