Adam en Multimedia
Al siguiente día los ocho, ahora nueve, amigos se dirigían con normalidad a la universidad.
-Connor... - le llamo Teo, quien iba caminando detrás de todos.
-Si?
-Necesitó decirte algo.
El Tauro hizo una seña para que los demás se adelantaran y los dejaran solos.
-Que pasa? - el chico, sin desearlo, sintió miedo. No había intercambiado muchas palabras con Teo desde su llegada y ahora quería que hablaran a solas. No era normal.
-Antes de que lleguemos a la escuela, debes enterarte de algo.
Connor lo miró sin entender lo que trataba de decirle.
-Nosotros... No somos de la misma manera en la universidad a lo que somos en casa.
-A que te refieres?
-Verás... - Teo no sabía como decirle eso a su nuevo compañero, no encontraba las palabras. - Allá todos nos tienen cierto... Respeto.
El chico Cáncer seguía sin comprender.
-Sabes que? Por que no mejor lo miras por ti mismo.
Ya habían llegado a la universidad.
En efecto, Connor se dio cuenta de la forma en la que las demás personas miraban a sus amigos mientras caminaban por los pasillos.
-Parace una escena de High School Musical.
Teo río por la comparación del chico.
-Si. Más o menos...
Los dos se miraron incómodos.
-Pues, si quieres estar con nosotros no hay problema, pero somos muy reservados y no dejamos que las demás personas se nos... - Teo busco la forma de que no sonara tan mal. - Acerquen.
-Comprendo. - asintió mientras trataba de asimilar todo. - No me interesa como sean con los demás, son mis amigos.
Teo le dedicó una sonrisa sincera.
-Entonces vamos.
Los dos chicos se acercaron a los demás y Pauline se ofreció a llevarlo a la secretaria para que le diera toda la información necesaria.
-De algún modo debo agradecerte por salvarme la vida.
-No fue para tanto.
-Por supuesto que lo fue! Que hubiera pasado si nadie me ayudaba y me quedaba tirada en la carretera?
-En primer lugar ese auto nunca te hubiera golpeado si yo no te hubiera distraído. Y en segundo, ya me lo pagaste con dejarme quedar en tu casa.
Los dos chicos hablaban mientras iban de camino a las oficinas.
Todas las personas se asombraron al ver que Pauline, conocida por ser la más amigable pero reservada de Los Ocho, ahora hablaba animadamente con un chico desconocido.
Era claro que una de las cuatro vacantes ya esta ocupada.
En el almuerzo, los nueve se sentaron en la mesa en la que acostumbraban a hacerlo.
-Hola hola! - la alegre voz de Isis los sorprendió a todos.
-Que hacen aqui? - preguntó un cortante Adam. Victoria le pateó la pierna por debajo y le dedicó una mirada asesina.
-Pensamos que sería bueno compartir más tiempo con ustedes, ya que vamos a vivir juntos y eso. - habló Alana mientras se sentaba en una de las sillas restantes y ponía su comida en la mesa.
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Be A Zodiac One
Roman pour AdolescentsTodos deseaban estar en su círculo de amigos, todos deseaban ser uno de ellos. Libro #1 Serie Be A Zodiac One