Be A Zodiac One

32. Acciones

Gracias por participar en la dinámica! La única que acertó con el signo fue XxricciardixX, pero ella no explico el por qué creía que era ese signo, así que no valía. Vi la respuesta que más me convencía y fue la de...

InfiniteGalaxyTime!

Felicidades!

Ahora sin más habladurías, aquí está el capítulo. Espero y lo amen.

-Deja de mover la pierna. Me pones nervioso. - le comentó Joe a Alana por el repetido movimiento que hacia con su pierna.

La miro por un momento mientras quitaba su vista de la carretera. Estaba bastante pálida.

-Lo lamento. Estoy muy nerviosa.

-No te preocupes. - el chico le sonrio mientras tomaba su mano.

-Concentrate en conducir, chico. Quiero llegar viva. - dijo divertida.

-Como tu desees.

Joe se había ofrecido a llevarla al punto de encuentro con Adam, y quedarse por si las cosas se ponían rudas.

-Estas lista? - le preguntó al estacionar.

-No.

Joe soltó una risa.

-Recuerda: Esto es por Vic.

-Si.

Se acercó a él para darle una pequeño beso en los labios.

-Ve a patearle el trasero a ese idiota. - la ánimo.

-Con mucho gusto.

Salio del auto y cerró la puerta.

-Estaré aquí por si me necesitas. - le dijo mientras baja la ventana del auto.

-Estaré bien.

Camino un poco y recordó algo en lo que había pensado la noche anterior.

-Joe? - hablo asomándose por la ventana.

-Si? - dijo mientras quitaba su vista del celular.

-Que signo eres?

-Acuario. Por?

Un sonrisa gigantesca apareció en el rostro de Alana.

-Nada nada. - le dijo feliz. - Me gusta tu signo.

-Se perfectamente que también eres Acuario, linda.

-Exactamente por eso me gusta.

El chico, ahora Acuario, río.

-Somos dos Acuarios juntos y disparejos.

-Y eso me encanta. - Alana guiño un ojo para después dar la vuelta y volver a caminar.

-Hey! Chica Acuario!

Ella volteo al ver que la estaba llamando. Levantó una ceja esperando que hablará.

-Quieres salir conmigo?

La chica volvió a sonreír.

-Claro.

Camino de nuevo hacia las bancas del parque.

Y lo encontró.

Con el mismo atuendo de hace un día y unas ojeras tan grandes como su rostro.

Tenía los brazos sobre sus rodillas y la cabeza entre las manos. Con la mirada baja y posiblemente los ojos cerrados.

Camino decidica y se paró en frente de el.