Capítulo 2

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 — Mami, yo quedo oto

Niego con mi cabeza, los labios de Ryan forman un pequeño puchero mientras sostiene lo poco del helado que le queda, le sonrío.  

 — Podrías enfermarte si es que comes más- Susurro bebiendo un poco más de mi refresco, Ryan ladea la cabeza — De acuerdo, te compraré uno más, pero será el último, ¿De acuerdo? 

Ryan me sonríe mostrándome todos sus dientes, se baja de la silla en la que esta sentado y se dirije hacia los juegos que hay en McDonald's, me encargo de botar todo lo que ha sobrado al contenedor de basura para poder dirigirme a la fila para ordenar un helado más. 

Aún me sentía algo mareada por todo el recorrido que tuve que hacer para poder perder a Ross en el camino, estoy casi 100% segura que nunca antes me había mareado tanto mientras conducía, pero al final, logre perder a Ross en medio del camino que me dirija hacía el jardín de niños. 

Estoy segura que en estos momentos Ross esta maldiciéndome una y otra vez mientras repite que soy una jodida inmadura. 

No es que sea inmadura, pero, no quiero que Ross me quité a Ryan si es que llega a saber de él, podría hacerlo, tiene el dinero suficiente como para mandarme tras las rejas, y cuidar muy bien a Ryan mientras yo este allí. Esa es la única razón por la que no quiero que se entere de Ryan. 

Podría quitármelo. Mandarme a una cárcel, si eso llega a pasar, estaría muerta en vida, cómo hace unos años atrás. 

Todo ha cambiado en mi vida desde que tuve a Ryan, por ejemplo, no he vuelto a cortarme, no he vuelto a tener relaciones sexuales, no he vuelto a llorar por algún problema, creo que desde que Ryan llegó a mi vida absolutamente todas las cosas cambiaron para bien. 

Y no me arrepentiré de haberle dado la vida, ya que él se encargo de alegrarla por completo.

*** 

 — ¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabes en donde vivo? No tienes nada que hacer aquí, vete. 

Su cuerpo se dirije hacia a mí, me toma de la cintura peligrosamente y junta sus labios con los míos, el olor a alcohol llega hasta mi nariz.

Intento separarlo pero no puedo, sus brazos me tienen atrapada, no hay manera de que pueda escapar de él ahora. 

Mi rodilla sube directamente hacía su entrepierna, no dudo ni un sólo segundo en golpearlo, Ross me suelta mientras maldice casi en un susurro.

 — _____, ____, _____

Murmura como si quisiera decirme algo mientras sus manos están en su miembro, miro la hora en mi reloj, las 2:09am. Me pongo nerviosa.

¿Cómo es que sabe mi dirección? ¿Cómo sabe donde vivo? Seguramente por los papeles que deje en su oficina... pero ¿Cómo recordó la dirección estando borracho? 

Miro hacia afuera de la casa, no esta el auto que había visto detrás de mí cuando salí de la empresa, él no condujo, de seguro lo trajeron, de seguro tenía los papeles allí y...

 — ¿Por qué no me quieres? ¿No recuerdas lo bonito que era estar juntos? 

Susurra borracho intentando levantarse, al no poder hacerlo, decide quedarse en el suelo. Exhalo una bocanada de aire.

 — Son las 2 de la mañana, estás borracho, no pienso hablar contigo acerca de esto ahora, Ross, llamaré un taxi, y... 

 — No quiero irme- Susurra despeinándose el cabello—Te quiero ____, te quiero otra vez junto a mí, gracias a ti estoy así...

Empleada II | Ross LynchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora