Estoy sentada con Rich en una impoluta habitación de hospital, y en la cama, tumbada, está Liv, con lo que parece ser la sombra de una sonrisa triste, mientras juguetea con el botón de su bata.
Desde que la hospitalizaron hemos venido a ver como está y a hacer su tiempo de enferma más ameno, aunque no la conozcamos de absolutamente nada.
Supongo que salvarle la vida a alguien crea fuertes lazos, aunque no puedo asegurarlo del todo, es mi primera experiencia con alguien de su naturaleza. No sabes lo que te puedes encontrar con ella al lado.
- Y te fuistes corriendo, sin más? - Rich está al borde de la histeria, pataleando de risa y con los ojos llorosos.
- Deberías haber visto su cara. Se parecía a una foca con problemas de digestión. Así. - Liv imita lo que parece ser más bien un mono epiléptico, y esto parece ser demasiado para el pobre Rich, que se retuerce en el suelo.
Sí, no sabes lo que te puedes esperar.
Como me aburro, me acerco a la ventana para mirar el triste paisaje.
La nieve, de hace unas semanas, se ha fundido casi al completo y ensuciado tanto que sólo queda una fina capa gris de sueños helados.
La gente que entra y sale del hospital camina alegre o en lágrimas. Otro ejemplo que me da la vida de lo hermosa y terrible que puede ser.
Nunca he perdido a un ser querido, probablemete porque no quiero a mucha gente, así que no se lo que se siente, un vacío en el interior, que luego es llenado por la rica herencia del esqueleto de tu progenitor?
O tal vez una pena desgarradora que te consume y atrae a las puertas del mismo infierno?
Veo a árboles frágiles y desnudos sin la habitual frondosa copa llena de cadáveres de pájaros olvidados.
Veo muchas cosas que luego olvido al darme la vuelta, y ver los ojos de Liv.Una playlist llamada "música del cigarro a las 4 de la mañana en el alfeizar de mi ventana" está sonando ahora.