Conociendo A Mi Prometido

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Me termine de arreglar,  extrañamente el primer vestido que encontré fue azul marino que me llegaba hasta la rodilla,  en la parte de arriba estaba un poco escotado,  y tenía unos pequeños tirantes azul cielo. Me mire en el espejo y realmente me veía hermosa.

*Diablos  ¿porqué hago esto? , lo único que logró es darle la razón a mis padres* pensé.  Decidí no ir a la cita,  pero recordé algo muy  importante "no sabia ni adonde era la cita"  eso sólo significaba una cosa "el vendría a recogerme".

Mire el reloj que marcaba las 9:25pm, genial en 5 minutos conocería a mi prometido. Siempre me pregunté ¿porque a mis padres le gusta manipular mi vida? Ciertamente nunca lo sabré.  Mientras pensaba esas estupideces me interrumpió el timbre,  volví ha mirar el reloj 9:30pm,  *es muy puntual* pensé.

Baje corriendo las escaleras,  y abrí la puerta,  no sabía que me llevaría una gran sorpresa.

— Hola licenciada.
— ¿QUÉ HACES AQUÍ?
— Pues vine por mi cita - sonrió.
— ¿Tu eres John Gracie? -  confundida — Si ¿por que?
— Pues eres el raro de la oficina.
— Tan rápido me pone apodos,  licenciada. - río
— Bueno si pero tengo mis razones.
— ¿Cuáles son?
— Primero entras a mi oficina sin cita previa,  segundo no me dices tu nombre,  tercero me preguntas sobre los papeles de una boda,  cuarto te vas corriendo y quinto resulta que ahora tu eres mi cita.
— Ups lo siento,  creo que se le da bien poner apodos. 
— Bueno pues ¿a donde vamos a salir?
— Espera ¿tu eres Bayoleth?
— Se ve que no me prestas atención,  te acabó de decir que tu eres mi cita y si mi nombre es Bayoleth.
— ¿Eres Karla o eres Bayoleth?
— Soy Karla Bayoleth,  enserio no puedo creer que hayas regresado de Francia.
— Mira si acabo de regresar de mis estudios en Francia,  pero estoy un poco confundido porque cuando regrese mis padres me dijeron que ya tenían una prometida para mi.

De repente empezó a llover así que Karla hizo pasar a John.

— Siéntate,  bueno mira por lo que veo de lo que hablamos creo que ni tu ni yo queremos boda.
— Bueno yo dije que me han obligado pero ¿a ti también?
— Si,  larga historia  -  rodé los ojos
— Sabes ya son las 10, vamos al restaurante, porque la verdad me tarde en hacer la reservación.
— Bueno está bien,  seguimos hablando haya.

Fuimos por el auto,  el conducía,  iba algo rápido por lo que me puse tan nerviosa que no hable en todo el camino,   llegamos pronto. Un mesero nos dirigido a nuestra mesa y nos trajo la carta.

— En un momento vengo por su orden -  dijo antes de desaparecer entre varias mesas.
— Es muy elegante - dije para romper el silencio.
— Bueno tenemos que idear un plan -  dijo serio en susurro
— ¿Un plan? -  muy confundida.
— Si - suspiro — y dices que yo estoy en la luna. - seguía susurrando
— Yo nunca te dije eso -  repliqué pero también me puse ha susurrar
— Pero me lo diste a entender.
— Bien,  bien mejor dime tu plan.
— No tengo te dije que hay que hacerlo.
— Mmm.
— ¿Que sucede?
— Pues si vas a decir algo,  piensa antes de hablar.
— Entiendo pero ¿quieres que nos casamos?  Creo que no ¿verdad?
— No me quiero casar contigo,  pero si me vas a proponer un plan mínimo deberías tenerlo.
— Disculpen por interrumpir pero ¿ya esta su orden? -  dijo el mesero amablemente.
— Si por supuesto. -  dejamos de susurrar

Ambos ordenamos el primer platillo que leímos, ya que por platicar no siquiera vimos la carta. Después de unos minutos trajeron lo que pedimos.

— Gracias -  dijimos ambos.
— Si necesitan algo más no duden en llamarme -  se retiró
— Mañana pasa a mi departamento,  para poder pensar en nuestro plan. -  susurre
— Bien - también susurro.

Empezamos a comer,  la verdad el platillo que yo pedí estaba delicioso,  bueno no por nada ese restaurante es el mejor de la ciudad.

Después John pasó a dejarme a mi casa.

— Mañana a las 6.- dije
— Mañana a las 6 -  repitió y se fue en dirección a su auto.

La verdad ese hombre ya me estaba gustando,  pero al parecer yo no porque quiere idear un plan para que no nos casemos,  bueno ahora que lo pienso pues si me gusta un poco pero no por eso me casare con él. Me fui a dormir.

Mi alarma empezó a sonar,  mire el reloj 7:00am,  era temprano así que me metí a bañar,  después me cambié y fui a mi trabajo.

— Licenciada,  licenciada -  escuché que alguien me hablaba, venía corriendo detrás de mi, me voltee
— ¿Que sucede Julie?
— Le dejaron algo en su escritorio, les dije que no podían meterlo,  pero Fernando los dejo pasar.
— ¿Pero que es?
— Usted misma lo verá -  se fue a revisar unos pendientes.
Al entrar a mi oficina me encontré con una sorpresa,  alguien me había dejado un enorme ramo de flores,  de mis flores favoritas,  cerca del ramo había una carta que decía :

Querida Karla :
Hola soy Peter,  ¿no te has olvidado  de  mi verdad?,  creo que la respuesta será no.
¿Porque como olvidar al  idiota,  que te sufrir tanto?,  se que es difícil para ti,  se que no querías volver a saber de mi,  se que me amaste tanto, también se que esto que te voy a pedir es una tontería. Me eh dado cuenta de mis errores y uno de ellos fue dejarte ir,  fui un estúpido porque corte contigo y ahora después de tantos años me di cuenta que no puedo vivir sin ti.

Te lastime tanto que me avergüenzo de mi,  se que no merezco lo que te pediré,  pero inténtalo por el amor que sentiste por mí.

Por eso te pido otra oportunidad.

Atte: Peter el idiota más grande del mundo.

Pd: paso a verte hoy a las 8 para que hablemos del tema

Leí la carta, me puse a llorar,  el único amor que tuve me desprecio  y ahora resulta que quiere otra oportunidad,  lo que se me ocurrió hacer fue tirar las flores por la ventana después de golpearlas una y otra vez en el escritorio.

Mi Futura BodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora