Rechazo

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— No les parece genial,  bueno estará muy pronto juntos - decía mi suegra.

— Siento que es muy pronto,  pero ¿porque la adelantaron? -  me queje

— Por un pequeño problema en la iglesia,  pero afortunadamente el salón qué contratamos no tuvo problemas  en acomodarse con los horarios. - dijo mi madre

— Pero ¿el vestido?  Aun no lo tengo - dije.

— Mañana vamos a ir a buscar el vestido,  las tres - dijo mi mamá.

— Estoy de acuerdo - dijo mi suegra.

¿Porqué estoy pensando suegra  si no pienso casarme?  John me ha demostrado sus verdaderas intensiones,  estaba tan distraído qué  no se había dado cuenta que me había revelado todo.

Debía evitar a toda costa esa boda,  pero era en muy poco tiempo cómo para poder hacer eso,  sabía que John ya no me ayudaría.

Al parecer nuestros padres estaban emocionados por la boda,  ellos nunca nos preguntaron que queríamos solo hicieron lo que quisieron.

— Oye ¿estás bien te noto un poco tensa?  - me miró John.

— ¿Tensa?  Claro que no - dije poniendo una falsa sonrisa.

— Ya se como hacer para que estés más tranquila - dijo sonriendo.

—¿Como? -  dije mirándolo.

El se acercó lentamente, como estaba sentado a mi lado la distancia era corta,  una de sus manos tocó mi rostro,  de pronto me di cuenta lo que iba hacer,  así que me intente hacer para atrás, el puso su otra mano en mi barbilla para jalarme,  nuestros labios se unieron.

— Qué hermoso - dijo mi suegra.

— Fue una buena idea hacer que se casen - dijo mi madre.

— Se ven muy bien juntos - dijo mi padre

Me separé de John,  estaba algo ruborizada,  solo note que había muchas miradas sobre mí.

— Disculpen debo irme - me pare.

— Pero no has terminando de comer.  - dijo mi madre.

— No te preocupes mamá,  además mañana debo estar temprano en la oficina,  mucho gusto en conocerlos -  tomé mis cosas.

— Te acompaño - se levantó John.

— Muchas gracias pero no,  necesito un tiempo sola,  nos vemos en 2 semanas -  sonreí,  empecé a caminar hacia la salida.

—  Espera ¿puedo pasar mañana por ti al trabajo? - me detuvo.

— NO -  grité — Digo es que mañana debo ir con el juez, tengo un caso importante -  salí casi corriendo.

Tomé un taxi, me pregunté ¿de verdad me amaba o tan sólo quería su restaurante? Se había mostrado tan lindo conmigo y de repente me salia con ésto.

No sabia que pensar mi mente estaba algo confundida.

— Señorita hemos llegado -  dijo el taxista.

— Disculpe no me había dado cuenta ¿cuanto le debo? - dije algo pensativa.

— 20 dólares -  sonrió.

— Bien -  saque de cartera el dinero y le page.

Baje del taxi,  me acerque a la puerta de mi casa,  pero me arrepentir de abrir entonces decidí que era mejor ir a darme un respiró en el parque.

Empecé a caminar en dirección al parque,  mire al cielo mientras caminaba,  las estrellas tenían un gran respaldor.

— Vamos no estés enojada conmigo - decía John mientras bajaba del auto,  al parecer me había seguido.

—¿Qué haces aquí?  - dije muy molesta.

— Te seguí,  lo siento creo que no debí haber dicho eso,  la verdad es que me  enamore de ti,  no me importa el restaurante,  solo te estoy pidiendo una oportunidad - dijo acercándose a mi.

— No puedo creer que me voy a casar con alguien como tú,  solo te importan tus intereses,  aun así ni tu ni yo queríamos casarnos,  bueno más bien no queremos casarnos,  tu solo estas aceptando la situación,  pero no deben obligarnos a algo que no queremos hacer,  ni con sobornos -  dije muy molesta.

— Es enserio yo me enamore de ti,  ¿necesitas que te de pruebas? - dijo

— Pues tengo una prueba que te sobornaron o ¿que me dices del restaurante? - me cruce de brazos.

— Ya por favor perdóname,  ese fue un gran error,  nunca debí de aceptar el restaurante -  dijo a punto de llorar.

— ¿Porque eres así? Solo me estas lastimando,  creo que piensas que soy tu juguete,  además nunca planee casarme.  -  dije más que molesta.

— Te salve de un secuestro,  fingi qué eramos algo cuando no y terminé enamorando de ti ¿qué más quieres de mi? -  dijo demasiado cerca.

— Bueno gracias,  eres un gran amigo y no estoy esperando nada- lo mire.

— No podemos ser amigos estamos a punto de casarnos -  estaba más cerca de mi.

Quedo enfrenté mio, sus ojos brillaban debajo de la luna,  tanto que me hipnotizaron,  sus labios chocaron contra los míos. Lentamente se iba dando ese pequeño beso,  puse mis manos al rededor de su cuello.

Nos separamos,  lo mire a los ojos me parecía sincero.

— Antes de que te vayas quería decirte algo importante - dijo mirándome nervioso.

— ¿Qué sucede? - dije al notarlo así.

Se inclinó ante mi, saco un pequeño estuche,  lo abrió,   había un hermoso anillo de oro con un pequeño diamante color rosa en forma de corazón.

— ¿Quieres casarte conmigo? - dijo con una pequeña sonrisa.

— Sabes que nos vamos a casar,  así que no entiendo porque me lo propones -  dije extrañada.

— Pero no quiero que nos casemos por que nos lo impusieron nuestro padres,  quiero que nos casemos por el amor que nos tenemos -  me miró sonrojado.

— ¿Amor? ¿Enserio sientes amor? Mira siento que estás viendo algo que no hay,  tu no me amas yo no te amo -  dije sería.

— Bueno tal vez tu no sientas lo que yo siento por ti,  pero de todo corazón te amo -  dijo desilusionado.

Se levantó, cerró aquel estuche.

— Mira no voy a evitar casarme contigo,  pero deja que logre entender mis sentimientos - dije sería.
— Yo se que tu sientes lo mismo por mi,  me lo has demostrado cada vez que me besas,  no se porque lo ocultas yo no voy lastimarte ni hacerte ningún daño - dijo mientras apretaba sus puños.

— Yo pensé que de verdad me amabas,  pero después de este día se confundieron mis sentimientos,  así que necesito tiempo para responder  no es que huyan de mis sentimientos,  ni que tenga miedo de ellos,  solo que no se cuales son,  mejor luego hablamos de esto -  le di un beso en la mejilla y me alejé rumbo a mi casa.

Mis sentimientos no estaban del todo claros necesitaba tiempos para pensar.

Mi Futura BodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora