Sentimientos Mutuos

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— Karla yo no veo que tiene de malo que me ames,  la verdad yo también te amo,  por eso es que no quiero cancelar la boda,  quiero tener una vida junto a ti -  dijo John.

— ¿Espera que? - dije sorprendida.

— Te amo -  dijo mientras ponían un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

— John tu debes conocer a la persona indicada,  por favor no lo hagas más difícil de  lo que ya es.  -  dije a punto de llorar.

— Puedo asegurarte que tu eres la indicada -  se acercó para besarme, pero  no lo dejé.

— ¿Estás seguro que es el momento indicado para esto? Aún no se bien cuales son tus sentimientos y cuáles son los míos. -  dije retrocediendo

— Deja se pensar tanto y bésame -  dijo con una sonrisa.

— Creo que sólo está vez -  me acerqué y lo besé.

Cuando iniciamos el beso este era apasionado,  con sus manos rodeo mi cintura, para pegarme más a él, yo rodee su cuello con mis brazos,  cada vez que lo besaba esa sensación de satisfacción, se llamaba,  sentía que no necesitaba nada en el mundo más que él,  nuestras respiraciones se agitaban pero eso era lo de menos,  nuestro corazón latía muy acelerado,  sus labios despegaron de los míos solo para mirarme fijamente.

— Eres tan hermosa -  dijo.

— ¿Hermosa?  -  dije.

— Tienes razón no eres hermosa,  eres perfecta - me volvió a besar.

Después de ese beso,  sus ojos se iluminaron,  me miró,  sonrió y dijo.

— Paso por ti a las 7, vamos a tener una cita,  claro sólo si tu aceptas.

—Bien pasa por mi -  sonreí.

John se alejó  se veía que llevaba algo de prisa,  sólo mire como el se alejaba de mi,  no podía estar son el,  pero  pues me había dejado un abrazo pequeño recuerdo para toda la tarde.

Regrese a la oficina,  muchos todavía estaban comiendo, mientras que Fernando volvía a buscar buena música.

El estéreo estaba a todo volumen,  la verdad no estaba muy atenta a la que me decían,  me sentía feliz,  sentía que nada tenía importancia,  solo esperaba el momento para ir aquella cita.

La tarde paso rápido,  en mi casa me preparé para irme,  me puse un vestido de noche, color morado,  tenía un escote de corazón y por detrás lograba mostrar la mayor parte de mi espalda.  Mi cabello lo amarre  en una cola de caballo,  mi fleco lo puse del lado izquierdo. Me puse unas zapatillas del mismo tono que el vestido,  me retoque el maquillaje y para finalizar me puse un pequeño abrigo de color violeta.

Mira el reloj eran las 7:05, que extraño habíamos quedado que a las 7,  baje me senté en la sala a esperarlo,  7:30 no lo podía creer me había dejado plantada.  Mi celular empezó a vibrar.

Conteste

— Bueno ¿quien habla -  dije.

Karla lo siento mucho,  se me hizo tarde pero ya voy por ti -  dijo como apresurado.

— Muy bien yo te espero -  dije.

Colgué

Bueno al menos sabia que no me dejaría plantada,  pero ¿que sería eso tan importante como para llegar tarde a una cita? Bueno al menos esperaba una explicación.

En menos de 5 minutos estaba en mi casa,  toco la puerta,  así que le abrí para que pasara pero este se negó,  cerré la puerta, estaba algo nervioso,  así que no dije nada y subí al auto.

— Lo siento pero no estaremos en una cita hoy -  dijo mientras conducía.
— ¿Entonces?.

— Bueno nuestro padres hicieron una cita.

— ¿Nuestros?.

— Si también los tuyos estarán ahí.

— Y ¿donde será la cena?

— En el restaurante de mis padres -  dijo serio.

— Conste que me debes una cita - dije
— Si,  verás que pronto te invitare a salir. - sonrió

Llegamos en 20 minutos a un elegante restaurante, sus decorados se veían tipo siglo XV,  los meseros tenían esmoquin,  la música era clásica.

— ¿Este restaurante es de tu padre?

— Bueno,  pronto será mio -  sonrió y me tomó de la mano.

— ¿Pronto?  - dije confundida e impresionada.

— Como regalo de boda -  dijo sin mirarme.

Esperen en verdad me amaba o solo quería ese restaurante.

— ¿Porque?

— Bueno fue lo que pedí a cambio de casarme -  dijo observándolo muy lentamente y ni siquiera me miraba.

— Ahora entiendo porque dices que me amas tanto -  le solté la mano.

— ¿Espera que? -  reaccionó, al parecer no se había dado cuenta de lo que había dicho.

— No me importa si tienes o no tienes restaurante - dije pero  antes de irme me jalo del brazo.

— Lo siento,  mira no me  importa tanto este restaurante,  de verdad me enamore de ti,  es mas no pediré el restaurante si te casas conmigo - dijo dulce.

— No se si creerte,  pero ahora de seguro nos esperan,  vamos a la cena y después hablamos de esto -  dije molesta.

Me intento tomar de la mano pero no me dejé.

Cuando llegamos a la mesa donde nos esperaban,  vi a mis padres charlando con otras personas y supuse que ellos serían los padres de John.

— Hola mucho gusto me llamo Karla -  dije saludando a los padres de John.

— Mucho gusto señorita,  mi nombre es George soy el padre de John - dijo el señor.

— Yo soy su madre me llamo Elizabeth -  dijo la madre de John.

Nos sentamos,  John se puso de mi lado izquierdo y mis padres estaban en mi lado derecho.

— Así que ella es tu hija,  es encantadora,  me gusta mucho para mi John,  creo que tendré nietos hermosos -  dijo mi suegra.

— ¿Espere ya quiere nietos? -  dije sorprendida.

— Si me encantan los niños - sonrió.

Pronto nos trajeron platos de comida, la verdad no siquiera sabia que era eso que comía pero sabia delicioso,  seguí comiendo pero no quería excederme porque eso acabaría mal.

— ¿Cuantos nietos me piensas dar? - dijo aquella mujer,  acaso no puede hablar de otra cosa.

— No lo he pensado - dije.

— Mamá no la presiones con eso - dijo John.

— Sabes que no quiero morir sin nietos - dijo Elizabeth.

— Bueno entonces ¿para que nos mandaron a llamar? - dije.

— Recuerdan que la boda era dentro de 4 meses. - dijo mi mamá

— ¿Era?. - dije

— Si era,  porque pudimos adelantarla,  se van a casar dentro de 2 semanas - dijo Elizabeth.

— ¡¿QUÉ?!- dijeron los dos al mismo tiempo 

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