Despertó a la mañana siguiente plenamente descansado. Hacia días que no dormía bien y esa noche había sido reparadora. El caballo estaba ya despierto y vigilaba de cuando en cuando a Aria que en algún momento había despertado y estaba sentada a su lado. Como cuando se conocieron, estaba esperando a que despertase, comprendió Yíal.
-No me vigiles mientras duermo -dijo antes de bostezar tapándose la boca con la mano.
-N-no te estaba... -se apartó de él ligeramente mientras Yíal se sentaba.
-Ya sé, ya sé, estabas esperando a que despertase -le interrumpió él.
Se levantó estirándose, a pesar de haber conseguido descansar eso no quitaba que dormir sobre el suelo seguía siendo incómodo. Desentumeció los músculos haciendo algunos estiramientos. Si tenían buen ritmo hoy conseguirían llegar antes del atardecer al siguiente pueblo. Ir más rectos les ahorraba casi un día de viaje. Fue hacia las bolsas.
-¿Has desayunado ya? -preguntó mientras sacaba dos manzanas. Al ver que Aria asentía guardó una.
-¿Qué tal has dormido? -la pregunta hizo que Yíal se parara en seco, le había pillado por completo de improvisto.
-¿Cómo? -quiso asegurarse del porqué de la pregunta. Era la primera noche que dormía bien en varios días, justo el día que ella le había preguntado. Después de la charla con Rover no conseguía tener claro lo que pensaba de Aria. Ella desvió la mirada.
-Te agitabas bastante en sueños ayer, pero hoy no... -Yíal suspiró aliviado. La semilla de duda que había plantado Rover en él seguía extendiendo sus raíces.
-Bien, he dormido bien -dijo sonriendo. Aria se levanto dándole la espalda, por un momento le pareció haberla visto sonrojada.
-Yo también...
Yíal se encogió de hombros y se subió al caballo tras desatarlo. Se dirigió al lado de Aria y le tendió una mano para que subiese. Ella no dijo nada y aceptó su ayuda poniéndose tras él como el día anterior.
La jornada, como las anteriores, transcurrió silenciosa entre ellos, solo fue interrumpida eventualmente por los ligeros respingos que daba Aria al pensar que se caía y se agarraba con más fuerza a la camisa de Yíal. Este no podía evitar reír levemente al escucharla.
Pararon para comer y se sentaron en un tronco caído. Sacó pan y carne seca para los dos. Aria se le quedó mirando un momento mientras masticaba antes de hablar. Parecía que le había estado dando vueltas a la pregunta.
-Yíal, ¿tú por qué viajas? Quiero decir... yo estoy huyendo, pero tú no pareces estar como yo.
-Bueno... Tampoco tengo un sitio al cual volver.
-¿Por? -Yíal desvió la mirada apenado al recordar lo sucedido. Aria pareció captar sus sentimientos- L-lo siento... No debería haber preguntado...
-No te disculpes, no sabías nada... -ciertamente la culpa no era suya, pero recordarlo le había entristecido de nuevo.
Cuando terminó de comer se metió las manos en los bolsillos, esperando a que Aria terminase lo suyo. Encontró de nuevo esa extraña piedra caliente al tacto. La sacó para examinarla. Aria se la había dado antes de llegar a conocerse y después le había dicho que se la quedara a pesar de ser valiosa. La sacó del bolsillo y la dejó en la palma de su mano, era bastante pequeña. Miró entonces a Aria, quien también se había puesto a mirarla.
-¿Que es exactamente y por que es valiosa?
-No sabría como explicarlo...
-Inténtalo, tengo tiempo -le contestó sonriendo.
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Crónicas De Las Sombras: Despertar
FantasíaEsta es la historia de un conjunto de personajes que entrelazaran sus destinos en su viaje por un mundo que poco a poco se acerca a su final. En todas partes ha habido un incremento en el numero de Sombras, espíritus malignos que atacan el mundo, na...