Capitulo 7

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Capítulo 7:

No espere ni a Peter ni a Edmund. Comencé a cabalgar hasta el campamento, tenía un mal presentimiento acerca de la inesperada visita de Jadis.

Apenas llegue, desmonté de Angus e ingresé a la tienda de mi padre.

-Aslan ¿Qué está ocurriendo? ¿Qué quiere? ¿Por qué viene?-pregunté alarmada.

-Sabía que tarde o temprano, ella, vendría. Era solo cuestión de tiempo.-me contestó, tranquilamente.-No debes tener ningún tipo de preocupación.-

-La preocupación es algo natural estando frente a ella.-

-Alanys, sabes muy bien que su poder aumenta gracias al miedo de las personas. No dejes que tus emociones te dominen, debes ser fuerte a eso, hija mía.-me aconsejó mientras salía por la puerta. Me quedé unos segundo más en el interior antes de salir y encontrarme con los cuatro reyes de Narnia.

Mi rostro estaba serio, no dije nada y me coloqué al lado de Oreius. Desde el final del campamento, se podía observar como una gran masa de nuestros enemigos avanzaba hacia nosotros.

-La reina de Narnia!- gritaba Ginarrbrik, a medida que se iban acercando.

-Ten cuidado.- indicó ella, al tambalearse su litera.

-¡Jadis! ¡La Reina de Narnia! ¡Emperatriz de las Islas Solitarias!-todos los súbditos de la bruja blanca, se mostraban amenazantes hacía nuestra gente.

Cuatro cíclopes llevaban su litera, entre ellos, la colocaron muy torpemente en el suelo, permitiéndole a Jadis poder bajar. En sus ojos se podía ver el miedo.

-Hay un traidor en tus tropas.- fue lo primero que dijo, comencé a apretar mis manos debido a la furia que tenía dentro.

-Su delito no te ha hecho ningún daño.- repuso mi padre.

-¿Has olvidado las leyes sobre las que Narnia se fundó?- preguntó la Bruja.

-¡No cites la Gran Magia frente a mi bruja!- gruño Aslan.-Yo estuve ahí cuando fueron escritas.-

-Entonces sabes que todo traidor es de mi propiedad.- le espeto Jadis - Su sangre es de mi propiedad.-

-Trata de llevártelo entonces.- Peter, desenfundo su espada amenazando a Jadis con ella.

-Peter, bájala.-ordene, pero omitió lo que dije y siguió apuntándola.

-¿Crees que a la fuerza lograras negarme mi derecho, niño rey?- lo miro con burla para luego hacer una pausa.-Si no se me da la sangre que la ley demanda, toda Narnia arderá en fuego. Ese muchacho, va a morir en la Mesa de Piedra como lo dicta la tradición.- todas las miradas estuvieron en el menor de los reyes.

-Si tanto alardeas de que los traidores te pertenecen, ¿No crees que la Mesa de Piedra merece tener tú sangre sobre ella?- no pude soportar mucho más el silencio y decidí enfrentarla.

-Basta... Hablare contigo a solas.-Aslan se alejó y entro en su tienda. Jadis fue hacia la tienda, pasando junto a mí, en sus ojos se podía ver que el miedo crecía mientras que en los míos nada parecía asustarme.

-Ya veremos de quien es la sangre que se derramara.-me murmuro antes de desaparecer. Respire profundamente, mientras clavaba mi mirada en el suelo.

El tiempo pasaba y no se sabía nada de lo que ocurría en el interior de la tienda. Todos los narnianos, incluyendo a los reyes, se encontraban sentados. Edmund, jugaba con la hierba, enroscándola en su dedo para luego desenroscarla.

Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el roperoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora