Capítulo 8:
Estaba despierta, pase toda la noche pensando en mi padre. Los rayos del sol se filtraban en la tienda.
Corrí el cabello que caía sobre mis ojos y le di la espalda a la entrada de la tienda, ¿Estaría mi padre para cuando yo saliese?
Empujando la sabana, me coloqué mi capa sobre la ropa que tenía en ese momento y salí rumbo a la tienda de mi padre.
Al quedar frente a la entrada, me quede parada, no me animaba a abrirla. Tome coraje y entre. Me desilusione al imaginar que mi padre estuviese dentro, esperándome con una sonrisa como siempre.
Miraba todas las cosas que estaban a mí alrededor. Me apoye en la mesa, donde había un mapa que mostraba a toda Narnia, sosteniendo todo el peso de mi cuerpo sobre las palmas de mis manos. Todo estaba tan silencioso, parecía que nunca fue habitada. Sentí como algo cálido bajaba por mi mejilla. Con delicadeza, la tome, con la punta de mis dedos una delicada lágrima que en ella se podía ver todo el dolor que tenía acumulado.
Ahora todo dependía de mí.
-Hola.- saludó una voz. Peter había ingresado a la tienda ya preparado y esperanzado de encontrar a mi padre.
-Hola.- conteste en voz baja.
-¿Don... Donde esta Aslan?- pregunto. Lo mire a los ojos unos segundos, tratando de mantenerme fuerte.
-Él...él se ha ido.- conteste bajando la vista.
-¿Entonces era verdad?- Peter vacilo, mirándome.
-¿Cómo lo sabes?-pregunté rápidamente.
-Lucy y Susan estaban con él, enviaron un mensaje.- contesto con suavidad. Ambos nos quedamos en silencio.
-Vamos.-Peter, extendió su mano con una pequeña sonrisa.-Sera mejor que te prepares.-suavemente acepte tomarlo de la mano.
Edmund estaba afuera con Oreius. Un mapa estaba en una mesa junto a ellos. Los dos juntos nos acercamos.
-Entonces tú tendrás que ser nuestro líder.- dijo Edmund simplemente. Peter negó con la cabeza.
-Peter, hay todo un ejército esperando por las ordenes.- replico, Edmund, con seriedad.
-No puedo.- respondió Peter en voz baja.
-Aslan confiaba en ti. Alanys confía en ti. Y yo también.- dijo Edmund firmemente.
-Edmund tiene razón, Peter. Tú eres el Gran Rey.-coloqué mi mano sobre la suya mientras le sonreía.
-¿Y qué hay de ti? Ellos confían en ti para que los lideren.- dijo Peter.
-No importa cuántos hayan sido los años que yo los haya guiado, tú, eres la verdadera persona que hará que todo lo que yo hice, funcione.-Peter miro hacia el mapa, tragando saliva asintió.
-El ejército de la Bruja se está acercando, señor, ¿Cuáles son las ordenes?-preguntó Oreius.
Luego de haber tenido esa pequeña reunión, me dirigí a mi tienda para alistarme. Para una ocasión como está, dejaría de lado los vestidos de princesas y le daría lugar a la vestidura de una verdadera guerrera. Un corsé negro con delicados bordados en dorado, una fina camisa de tela de lino, no usaría falda, algo parecido a lo que le había entregado a Peter. Tan solo había usado este tipo de ropa, la primera vez que me había enfrentado a Jadis, con tal solo 9 años.
Me mire por unos segundos en el espejo y suspire. Estaba preparada para lo que pasase. Al salir de la tienda, me acerque a la herrería, necesitaba que afilasen mi espada para este momento.
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Las Crónicas de Narnia: El león, la bruja y el ropero
FantasyMitad humana y mitad ninfa, Alanys, la joven hija del Gran León, estará sola durante más de un siglo, deberá hallar la forma de mantener a los futuros reyes de Narnia, a salvo del perverso poder de Jadis, la Bruja Blanca. Sola desde que tiene 11 año...